Los medios sociales en el ejercicio del periodismo
Recibido:
01 de agosto de 2013
Aceptado:
17 de marzo de 2014
Amaro La
Rosa
Resumen: Se presenta una breve visión panorámica de la
influencia de los medios sociales en
el ejercicio de la profesión periodística. Se describe el uso de los medios
sociales como fuentes de información así como el impacto producido en el
procesamiento de la información y en las rutinas de producción de la
información noticiosa. Se concluye que los medios sociales influyen de manera
creciente en la actividad periodística que se hace efectiva en la sociedad
contemporánea.
Palabras clave: Medios sociales, periodismo,
Facebook, Twitter, newsmaking, audiencia.
Abstract: The
article presents one panoramic viewpoint on social media influence in the work of professional journalism. The
use of social media as information sources and their impact on information
processing and news production routines are described. It is concluded that
social media influence growing in the journalistic activity that becomes
effective in contemporary society.
Key words: Social media, Journalism,
Facebook, Twitter, Newsmaking, Audience.
1. Introducción
Estamos convencidos que a lo
largo de la historia de los medios de comunicación se registra una relación
constante y de raíces muy profundas entre comunicación, tecnología y sociedad.
El dinamismo es un rasgo distintivo de la sociedad y es indudable que en las
últimas décadas del siglo XX y en lo que va del XXI, su velocidad relativa ha
sido comparativamente mayor en comparación con otras épocas de la historia.
La tecnología, entendida como la
aplicación de soluciones creativas a los problemas cotidianos del ser humano
igualmente ha evolucionado ostensiblemente. En consonancia con estos dos
elementos se hace patente el desarrollo de la comunicación masiva en sus
diversas manifestaciones y que, para decirlo con un lenguaje tecnológico
actualizado, se “vehiculizan” a través de distintas plataformas. La rápida
obsolescencia de los productos tecnológicos utilizados para comunicarnos es una
clara muestra de cómo estos avances se hacen efectivos en la sociedad de la
información.
En este contexto es evidente,
apelando a una visión posmodernista, que el cambio es una constante, que la
profesión periodística ha experimentado modificaciones muy aceleradas en los
últimos años. Cambios en los recursos tecnológicos que eran inimaginables,
configuran ahora elementos indispensables para el trabajo profesional
cotidiano, que han determinado notables transformaciones en los tiempos, el
procesamiento de datos y las rutinas de trabajo del periodista así como una
sensible variación en la vinculación con los usuarios, quienes en el mundo
contemporáneo tienen la posibilidad de ser cada vez más activos y de generar
sus propios contenidos.
No obstante, cuando se compuso el
presente artículo se evita encasillar la labor periodística en el interior de
los medios de comunicación tradicionales, en tanto el trabajo profesional se
ejerce actualmente en múltiples áreas, unas ya plenamente consolidadas, otras
que se encuentran aún en estado incipiente, mientras que algunas (usando una
expresión del argot de Internet) podría decirse que están en pleno proceso de
construcción. Es precisamente en estas últimas en las cuales tienen una marcada
injerencia recursos tecnológicos, tales como los que analizamos a lo largo del
artículo.
Las redes sociales existen desde los albores de la
humanidad, como expresión evidente de lo que se ha tendido en denominar el
instinto gregario del ser humano, el cual presumiblemente involucraba en sus
inicios la unión para la supervivencia en un ambiente hostil, para luego
facilitar el desarrollo de diversas modalidades de comunicación y con ellas el
surgimiento y consolidación de las culturas. A lo largo de la historia estos
nexos cotidianos entre los seres humanos han adquirido paulatinamente una
configuración propia dependiente de los contextos socioculturales en las cuales
funcionaron y de los cambios que se produjeron en los mismos. A medida que la
sociedad evolucionaba, naturalmente sucedía lo mismo con las redes sociales que
funcionaban en su seno.
Para los especialistas (pero
también para el acucioso integrante de la audiencia) no constituye un secreto
que Internet ha condicionado un considerable impacto sobre los ahora
denominados medios tradicionales. Es indudable que Internet ha viabilizado el
logro de modalidades de interacción previamente inexistentes así como ha
producido profundas modificaciones en otras preexistentes. Las cifras globales
de su crecimiento registradas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones
(ITU, 2013) son reveladoras: 2,700 millones de personas, vale decir alrededor
del 40% de la población mundial está conectado a Internet y el número de
teléfonos móviles (6,800 millones) se acerca al de la población del planeta.
En este marco, los medios sociales que se desarrollaron con la web 2.0,
realmente han revolucionado la comunicación cotidiana entre los seres humanos,
que ahora no pueden vivir sin estar conectados, pero también han impactado en
la comunicación masiva en general y en el ámbito periodístico en particular,
tal como apreciaremos en las siguientes páginas. Como uno de sus recursos más
populares, los medios sociales vinieron para quedarse y para transformar
nuestro trabajo con herramientas que inicialmente se consideramos irrelevantes,
pero cuya presencia forma ahora parte de la actividad cotidiana de los medios.
¿Quién iba a decirnos hace algunos años que 140 palabras colocadas en el
ciberespacio por algún personaje público, pasarían a ocupar lugar central en
los informativos nocturnos y posteriormente rebotarían en la mayoría de las
primeras planas de los matutinos del día siguiente, logrando en ciertos casos
un enorme impacto sobre la opinión pública? ¿Quién iba a predecir que el uso
intensivo de mensajes en redes sociales sería uno de los factores que hicieron
posible el derrocamiento de regímenes dictatoriales que parecían inamovibles;
tal como ocurrió con la primavera árabe? ¿Algún director de noticias de
televisión podía imaginarse años atrás que estaría en condiciones de recibir
por escrito el feedback inmediato de su audiencia ante cierta información y que
podría presentarlo inmediatamente después en la pantalla?
Enfocándonos en los usuarios, podemos hablar en la actualidad del
consumo multiplataforma pues amén de la PC, es cada vez más frecuente el empleo
de la laptop, del teléfono móvil con acceso a Internet y de manera creciente de
las tablets y phablets, que facilitan las posibilidades de interacción así como
un incremento en la calidad de imagen y sonido. Al respecto, según un estudio
de Duggan y Smith (2013), el 42 % de los adultos utilizan múltiples plataformas
de red social y para quienes usan solamente un sitio, habitualmente el elegido
es Facebook.
2. Algunas consideraciones sobre los medios sociales
Existe una diversidad de enfoques conceptuales sobre la naturaleza de
los medios sociales. Sobre este particular, no intentaremos realizar
precisiones epistemológicas, solamente consignaremos algunos criterios que nos
parecen relevantes para nuestro trabajo. García Govaze (2011: 33) define como
medios sociales a “todas aquellas herramientas tecnológicas que permiten una
comunicación digital social entre individuos”.
Desde lo que entendemos como una visión sistémica,
Cabañas (2011: 20) concibe que los medios sociales constituyen “estructuras
sociales que se puede representar en forma de uno o varios grafos en los cuales
los nodos representan individuos, a veces de-nominados actores, y las aristas
relaciones entre ellos”. Constituyen para Boyd y Ellison (2007) servicios web
que posibilitan al usuario:
• Construir
un perfil.
• Articular
una lista de otros usuarios.
• Visualizar
su lista de contactos.
Para Boyd (2011: 259), son de manera simultánea:
• El
espacio construido a través de la tecnología de redes.
• El
colectivo imaginado que surge como resultado de la intersección de las
personas, la tecnología y la práctica.
Por nuestra parte, estimamos que los medios
sociales son plataformas web que brindan una serie de servicios interactivos y
de creación de contenidos a sus usuarios registrados quienes tienen diversas
modalidades de contacto en red con características preestablecidas.
Cuando hablamos de medios
sociales no nos estamos refiriendo por cierto a un todo homogéneo, sino a un
conglomerado de recursos ubicables en el ciberespacio, con características
diferenciadas, que sirven a grupos distintos de diversas maneras, pero que
tienen algo en común: la “dialogicidad”, que supone la posibilidad que el
perceptor pueda desempeñarse como emisor, convirtiendo en realidad el criterio
conceptual de “prosumidores”1, que acuñara Alvin Toffler décadas atrás. El mapa que reproducimos a
continuación (figura 1) constituye una visión panorámica de los diversos
recursos y de la naturaleza del contacto que involucran los medios sociales.
1. Bruns (2013) prefiere
denominarlos “produsuarios” en tanto sus prácticas no involucran la tradicional
producción de contenidos sino que van más allá al contribuir al mejoramiento de
los mismos mediante su construcción y ampliación.
Los medios sociales figuran entre los más populares
recursos de Internet a nivel mundial. A inicios del 2014, Facebook contaba con
1310 millones de usuarios y Twitter más de 645 millones. Tal como lo
especificamos en la figura 2, para mediados de abril del 2014, varios medios
sociales se ubicaban entre los 10 sitios más populares del mundo:
Lo anterior expresa el incremento en el uso de
medios sociales y su creciente importancia en el mundo de hoy, que en los
países desarrollados se relaciona a nuestro entender con las siguientes
variables:
• El
crecimiento del mercado de Internet.
• El auge
de la banda ancha que posibilita acceso más rápido, con mayor volumen de datos
y alta calidad.
• La
difusión del servicio de Wi-fi en ciudades y locales públicos: Facilita el
acceso a Internet usando laptops y tablets.
• El mayor
consumo de teléfonos inteligentes con conexión a Internet y a las principales
redes sociales.
• El
incremento en el consumo de tablets.
El aumento de usuarios de medios sociales en los
países en desarrollo no sigue el mismo ritmo en todo el mundo. En el caso del
Perú, que figura entre los países con mayor promedio de horas de consumo, se
debe a los siguientes factores:
• El uso de
cabinas públicas: Desde la década del noventa el Perú fue pionero en este
sistema de acceso a Internet que ha permitido sobrepasar la denominada brecha
digital a millones de personas en todo el país, a un costo accesible.
• El
aumento de líneas dedicadas en los hogares: La disminución de costos del
servicio de los proveedores de Internet ha favorecido el acceso doméstico, lo
cual implica tanto un significativo ahorro como la posibilidad de disponer del servicio
sin restricciones las 24 horas del día.
• El mayor
consumo de teléfonos móviles inteligentes. La economía de escala y la rápida
obsolescencia de la tecnología hace factible actualmente la adquisición a costo
asequible de móviles 3G con acceso a Internet y a las redes sociales.
• El crecimiento de la oferta de servicio Wi-fi en instituciones educativas y lugares públicos.
• La creciente instalación de
servicios de telecomunicaciones en sectores rurales. García (2013) revela
cuáles son los medios sociales líderes en el mercado peruano:
3. Los medios sociales como fuente de información
Con el desarrollo de los medios sociales nuevas fuentes de información fueron incorporadas paulatinamente a los medios masivos, los cuales al igual que las grandes cadenas internacionales de noticias y los conglomerados de medios fueron encontrando en los medios sociales un importante recurso en la búsqueda incesante de información, que deviene en tarea fundamental de su actividad. Al respecto, Newman (2009: 8) estima que a partir de la crisis de las elecciones de Irán en 2009, las cadenas internacionales encontraron una serie de beneficios directos en los medios sociales.
• “Posibilidades
ampliadas de acopio informativo, principalmente de fotografías y enlaces en
vivo con reporteros involucrados directamente con redes.
• Una función
de copia única de prueba para la actividad social de la web, reduciendo el
tiempo en la organización y reduciendo el margen de errores.
• La
acumulación de crédito entre comunidades tales como Twitter, incluyendo un
significativo número de retornos hacia sus sitios web o emisoras”.
Los periodistas han encontrado que los medios
sociales son recursos de considerable importancia. En este sentido Gutiérrez y
Zurita (2012) afirman que entre las actividades básicas que desarrollan los
periodistas con los medios sociales las más importantes son:
• Búsqueda
de noticias.
• Búsqueda
de fuentes.
• Contraste
de información.
Al comienzo, Twitter parecía un recurso muy ajeno
al ejercicio de la actividad periodística. Se pensaba que 140 palabras no
podrían decir aparentemente nada significativo que respondiera a los
tradicionales estándares periodísticos y los tweets eran percibidos como un
ejercicio de expresión libre sin mayor trascendencia, pero el tiempo demostró
que las cosas no eran necesariamente así.
Los informativos televisivos locales usan ahora
Twitter con frecuencia para diversos propósitos, algunos de los cuales
describiremos en este trabajo. Un solo mensaje en Twitter difundido por los
medios masivos puede tener un impacto considerable. Así, podemos recordar
tweets que figuraron en las primeras planas de los diarios así como en los
titulares de los informativos de TV y otros que fueron tema de la agenda
pública por varios días. El 6 de diciembre de 2012 Barack Obama (@BarackObama)
envió el tweet “Four more years”, que alcanzó 810,000 retweets, Una hora
después de que el gobierno de Sudáfrica anunciara la muerte de Nelson Mandela
se habían generado más de 2 millones de tweets. El selfie de Ellen Degeneres
twiteado en plena ceremonia de entrega del Óscar (2/III/2014), ya había
superado los 3 millones de retweets un día después. Todos estos casos fueron
motivo de amplios comentarios en informativos de televisión y radio, así como
en los diarios y revistas del mundo entero.
Naturalmente no basta que
cualquier usuario común y corriente de Twitter redacte un tweet para que de
inmediato se logre un efecto de considerable magnitud. Estimamos que su
trascendencia no es necesariamente la misma en todos los casos, pues depende de
los siguientes factores:
• Actor social: Que por una razón u otra sea un personaje socialmente representativo y que cuente con un importante número
de seguidores.
• Contexto: Sus
peculiaridades de índole social y cultural influyen en la significatividad de un hecho. Lo que en un contexto merezca
considerable interés tal vez en otro no determine mayor atención.
• Coyuntura:
¿Qué está pasando en el momento específico en que se envía el tweet?
Aquello que en determinadas circunstancias puede
pasar casi desapercibido en otro puede desencadenar un impacto mayor.
• Forma del mensaje: ¿Cómo se ha redactado? ¿Cuál es el estilo narrativo
que posee? ¿Qué tanto llama la
atención?
• Contenido del mensaje: El asunto del cual trata y el enfoque específico
que se le ha dado.
La credibilidad es un asunto
sustancial cuando se trata de reconocer la confianza que se tiene en las
fuentes de información. Morris y otros (2012) realizaron un experimento vía
online para conocer el grado de credibilidad de los tweets. Encontraron que
Twitter es utilizado como una fuente de noticias e información, pero
paradójicamente los usuarios juzgan como más creíbles los datos cuando
provienen de personas que no conocen.
Cuando se habla de los temas que presentan los medios,
frecuentemente nos viene a la mente la teoría del establecimiento de la agenda
que, en pocas palabras, supone que los medios formulan ciertos temas que serán
motivo de tratamiento informativo en determinado lapso y que en consonancia con
ello se configura una agenda de discusión pública que en líneas generales tiene
una relación de dependencia con lo que los medios presentan.
En nuestra época, ¿cuál es el
papel de los medios sociales en la configuración de la agenda de los medios? La
respuesta a esta pregunta parte del reconocimiento que el criterio original
debe ser modificado, dado que los medios sociales y los propios integrantes de
las redes pueden influir en la agenda mediática, en la medida en que resultan
valiosas fuentes de información, tal como intentamos expresarlo en el modelo
siguiente (figura 4), donde P es una persona que utiliza medios sociales.
¿Qué periodista podría imaginarse tiempo atrás que
bajo determinadas condiciones los primeros datos acerca de cierto hecho no
serían alcanzados por un audaz reportero que por suerte se encontraba cerca del
lugar de los hechos? Actualmente, es bastante frecuente, sobre todo durante
situaciones de crisis o catástrofes, que noticias, fotos y testimonios (en
audio o video) provengan de ciudadanos testigos que emplean los medios sociales
gracias a sus teléfonos móviles.
En esta situación, cabe preguntarse: ¿En qué medida
los periodistas hacen uso de las redes sociales para construir sus discursos?
La versión más reciente de Oriella PR Network (2012) abarcó una muestra de 613
periodistas de 16 países. Encontró que más de la mitad de los periodistas
entrevistados cuando buscan ideas o nuevos ángulos para redactar sus historias
observan posts de páginas conocidas.
YouTube se ha convertido en una fuente de
información muy importante para la televisión. Innumerables programas del mundo
entero emplean el material de la red como archivo de base ya sea para informar
o recrear cotidianamente. La información que puede encontrarse en este medio
social es prácticamente inagotable pues cada minuto se
4. Los medios sociales en la producción de la
información
Desde el momento en que se produce un hecho
noticioso hasta su presentación a la audiencias a través de los medios masivos
se atraviesan una serie de etapas de procesamiento de la información que han
sido analizadas por una serie de autores y que hemos descrito recientemente (La
Rosa, 2013). En pocas palabras, tomando como insumos a los materiales
informativos que proceden de la realidad, son transformados para convertirse en
la realidad mediática.
Estamos de acuerdo con De Maeyer
(2009) cuando sostiene de modo categórico que los medios sociales determinan
efectos sobre las prácticas y las rutinas cotidianas del periodismo. Para
constatar este criterio basta con acercarnos a una sala de redacción actual donde
Twitter, Facebook, Tumblr, YouTube, Instagram, Flickr y otros medios sociales
son parte del entorno de trabajo de los periodistas. Si luego nos detenemos a
revisar su producción notaremos de qué manera son utilizados estos recursos
para la labor cotidiana en las salas de redacción y/o la cobertura noticiosa
desde el lugar de los hechos.
Según Pignard-Cheynel y Mercier
(2011) los medios sociales han acelerado los tiempos de la producción y
distribución de los productos periodísticos, haciéndose efectiva una reducción
en el lapso de tiempo entre la ocurrencia de los hechos y su difusión. A su
entender esto se hace evidente en cuatro aspectos:
• “La
desintermediación porque los ciudadanos pueden convertirse en fuentes y
difusores de información que a su vez son utilizados por los medios.
• Las redes
actúan como multiplicadores de las posibilidades de propagación de la
información que se va difundiendo rápidamente en el ciberespacio.
• Se
quiebran las barreras entre la elaboración, la difusión y la propagación de la
información que se trasmite en tiempo real.
• Se
alargan los tradicionales circuitos de trasmisión de la información con etapas
suplementarias que no están necesariamente bajo el control de los medios”.
En consonancia con el criterio
previo, Levy (2010) comenta que los medios sociales son instrumentos de presión
para los medios masivos que han transformado sus ciclos informativos para
actualizarse constantemente. No es posible para los diarios que tienen un ciclo
establecido de 24 horas pero sí resulta factible para sus plataformas en
Internet que pueden irse alimentando y actualizando constantemente. Presenta
como emblemáticos dos casos particularmente representativos ocurridos en el
2009:
• La
primera información sobre el aterrizaje de un avión de US Airways en el Río
Hudson se da a conocer mediante un tweet y una foto. El autor del mensaje viajó inclusive en uno de los botes de
salvamento, en donde seguía tweeteando mientras que la prensa realizaba la
cobertura del hecho desde las orillas del río
• La muerte
de Michael Jackson se publica primero en el sitio TMZ y se difunde vía Twitter
antes que por otros medios.
Periodistas con experiencia de trabajo online han cubierto, de manera
apropiada con sus tweets, eventos que de otra manera estaban vetados para su
trasmisión en directo, tal como ocurre en el caso de la información sobre los
casos que se ventilan en los juzgados de Estados Unidos, donde están prohibidas
las cámaras. Periodistas que cubrieron, en los últimos años, movimientos
sociales de gran trascendencia, informando a sus bases permanentemente mediante
tweets: Así se estructuraba un relato vívido de lo que estaba ocurriendo,
minuto a minuto, tanto más por cuanto incluían tomas fotográficas o en video.
Por ejemplo Media, Reputation and Intangibles (MRI) de la Universidad de
Navarra analizó la cobertura en Twitter del atentado terrorista producido
durante la maratón de Boston (15/IV/2013). The
Boston Globe publicó el primer tweet a la 13:57 horas: “Un testigo informa
haber escuchado dos explosiones de
bombas cerca a la meta de la Maratón de Boston”. 27 minutos después se
publicaba la primera foto y como estrategia periodística se decidió la intensa
cobertura en vivo a través de Twitter, publicando en las dos horas siguientes
150 tweets sobre el hecho. El medio adoptó una decisión riesgosa, pero
efectiva, pues en cinco días logró incrementar sus seguidores en 300%,
demostrando que es posible el periodismo de medios sociales (Pujol, 2013).
Los diarios no pueden estar a la zaga en cuanto al
uso de los medios sociales, en especial en sus ediciones virtuales, las cuales,
tal como mencionamos, deben actualizarse con frecuencia. Desde mediados de
2013, muchos reporteros de diarios limeños cuentan con teléfonos inteligentes
de última generación para que enviaran a la redacción central sus avances de
información mientras se iban sucediendo los hechos. El material registrado
podría servir para preparar una línea del tiempo o una infografía describiendo
lo ocurrido, pero en todo caso resulta funcional en tanto hace posible
alimentar constantemente la página web del medio. Posteriormente, sobre la base
de estos datos, podría redactarse una nota más detallada para la versión
impresa del diario.
Tal como lo hemos sostenido previamente, los medios
sociales son importantes como cualquier otro recurso tecnológico, pero sin la
intervención del profesional entrenado no pueden ser utilizados para el trabajo
periodístico. Se someten a un proceso de tratamiento de la información puesto
que no necesariamente todos los mensajes siguen los estándares éticos de
respeto al semejante, no registran la suficiente pluralidad para ser
presentados o no corresponden a los criterios de noticiabilidad
preestablecidos.
El conductor del programa de radio o televisión, así como el editor del
sitio web, están siempre al tanto de estos criterios que permiten presentar a
la audiencia aquellos tweets o posts que sirvan a los propósitos de motivar al
entrevistado o aportar a la discusión que se está presentando, desde la línea
periodística del medio y en otros para ilustrar las reacciones diversas que se
producen en la audiencia o las que se supone se están presentando.
Flores (2009: 78) opina que las tecnologías amén de
las formas del periodismo afectan los contenidos. En este contexto estima que
el periodista debe ser:
• “Participativo:
Revisar los comentarios que van ingresando y escribir sobre los que ameriten
respuesta.
• Proactivo:
Buscar retroalimentación antes de publicar. Configurar recursos para conocer
opiniones de la audiencia antes de tratar determinado tema”.
Pero como lo dice un antiguo
adagio, “no todo lo que brilla es oro”, de modo tal que no todo lo que se
recibe a través de las redes sociales es noticiable. Kaul (2013) estima que en
la era digital el periodismo debe cumplir el rol de filtrado de lo que denomina
tsunami de información, aludiendo al ingente (y podríamos agregar
incontrolable) volumen de datos a los cuales se tiene acceso. Esta tarea supone
abordar la clasificación, selección, edición, agregado y vinculación de un
conjunto de elementos ligados con las personas, las ideas y los eventos (figura
5). Será en todo caso el periodista calificado quien posee las competencias
indispensables para llevar a caso estos procesos de manera eficiente en los
tiempos que demanda la naturaleza del medio.
Ante esta sobrecarga de
información, Guerrini (2013: 4) propone la participación del curador de
contenidos: “una persona quien selecciona la mejor información online
encontrada, considerando su calidad y relevancia, la agrega y la linkea a la
fuente original de la noticia, proporcionando contexto y análisis”. Actuaría en
este sentido como un editor de noticias, que no se centra solamente en el
material específico con que cuenta sino que busca contextualizarlo y
preservarlo.
Para la verificación de los materiales se utilizan
tanto recursos online como el criterio técnico del profesional que proviene del
prolongado recorrido histórico de la profesión como de la propia experiencia
individual. En el caso de la información audiovisual publicada en Internet y en
los medios sociales existen en este sentido cuatro elementos básicos por
revisar y confirmar.
• “Procedencia:
¿Es este el contenido original?
• Fuente:
¿Quién subió el contenido?
• Fecha:
¿Cuándo se creó el contenido?
• Ubicación:
¿Dónde se creó el contenido?” (Wardle, 2014: 26).
Sin embargo, cabría anotar una atingencia referida a la pluralidad del
contenido de este gran volumen de información. Smymaios, Maty y Rebillard
(2010) anotan que existen una gran cantidad de info-intermediarios que
distribuyen elevados volúmenes de información online, la cual parece ser
altamente redundante pues tiende a concentrarse en determinados asuntos. Por
cierto, este cambio (en los procesos de producción) es un rasgo general
observable en el periodismo digital. De acuerdo con Machado (2000: 21-22), el
periodismo digital comparado con el periodismo convencional supone una
reestructuración de:
• Los
procesos de producción y los sistemas de circulación de la noticia.
• Los
formatos del lenguaje.
• Las
relaciones de los periodistas con los usuarios de las redes.
Ju (2012) luego de analizar los 74 diarios más
importantes de los Estados Unidos asume que sigue siendo cuestionable la
efectividad de Facebook y Twitter como plataformas de comunicación por cuanto
encuentra que hay una distancia enorme entre el volumen de lectores y quienes
se adscriben a las cuentas de medios sociales de los diarios.
No todos los usuarios de medios sociales están
interesados en las noticias y hasta donde conocemos, no hay evidencia que los
hipervínculos existentes en los medios sociales impliquen un incremento en el
tráfico del sitio web del medio. No obstante concordamos con Lohner (2012) en
la idea de que estos recursos están modificando las maneras de recibir y
compartir información. Las personas se enteran muchas veces de las cosas a
través de los medios sociales, pero también interactúan con el proceso
noticioso al postear criterios referidos a las novedades que están conociendo.
Bastos y Zago (2013) investigaron el impacto de la
lectoría de los social media en el perfil editorial de los diarios. Analizaron
2’842,699 tweets con enlaces a artículos noticiosos en los ocho diarios más
importantes de Estados Unidos, Brasil, España, Reino Unido y Alemania.
Comprobaron marcados cambios en la elaboración de noticias.
Mayock (2012) realiza un análisis de los canales de
retroalimentación usados por diarios online. Realizó 26 entrevistas a
profundidad a editores que laboran en sitios web de diarios locales, para
conocer cómo influyen en su agenda los contenidos generados por los usuarios.
Encontró que los tres principales recursos empleados son Twitter, los
comentarios de los lectores y Facebook.
Yezers’ka (2012) analiza los recursos interactivos
en 20 ediciones digitales de diarios peruanos. Diez diarios son de circulación
nacional y diez regionales. En su análisis exploratorio, la investigadora
describe el acceso creciente a Internet como uno de los factores que favorece
la lectura de los diarios online. En general observa un incremento en el uso de
recursos interactivos. Revela que las redes sociales son usadas por 7 de cada
diez diarios. El 70% mantiene una cuenta en Facebook, el 65% en Twitter y el
15% un canal en YouTube. La mitad de los ciberdiarios permite usar marcadores
como Google Bookmarks y Delicious.
Asimismo, la mitad atiende la opinión de sus
lectores sobre las noticias preferidas y ofrece servicios RSS. Es posible
comentar las noticias en el 40% de los diarios, pero sólo el 25% modera estos
contenidos. Solo tres ciberdiarios tienen blogs de sus periodistas y 2 conceden
espacios para UGC (contenidos generados por los usuarios). Además, los medios
nacionales usan el 85% de los recursos interactivos evaluados, mientras que
sólo lo hace el 45% de los regionales. Existen diarios que aún están en la era
1.0 y no aprovechan los recursos de Internet.
Pero ciertamente los cambios que se han producido
no solo comprenden al periodista. Para cerrar este acápite nos parece
conveniente consignar el aporte de Sorrentino (2013) quien asume que en el
nuevo escenario periodístico contextualizado por la presencia activa de los
medios sociales, se redefine la negociación entre todos los actores
involucrados que participan activamente:
• “Las
fuentes realizan una constante alimentación de datos en el ambiente
comunicativo en consonancia con sus intereses.
• Los
periodistas trabajan con insumos (informaciones) que crecen continuamente.
• La
audiencia procesa la información y la conduce a nuevos circuitos”.
5. Los periodistas y los medios sociales
El análisis previo nos conduce a
preguntarnos cómo se relaciona el periodista con los medios sociales y con su
audiencia. Para Quigley (2012) los medios sociales proporcionan una serie de
beneficios a los periodistas:
• “Son
instrumentos de marketing profesional
• Su buen
uso puede lograr la lealtad de los consumidores de sus noticias.
• Proporcionan
una manera de encontrar y cultivar buenas fuente
• Su
interacción abre las puertas para que las personas proporcionen información sin
necesidad de solicitarla.
• Amplifican
la audiencia”.
Gutiérrez y Zurita (2012), en una encuesta a periodistas de diarios de la ciudad de Concepción (Chile), encuentran que se tiene una elevada valoración del uso de las redes sociales en el trabajo cotidiano (91%). No obstante, la investigación realizada por Herrero (2013) muestra resultados contradictorios en una muestra de 400 periodistas españoles: el 93% las considera una herramienta periodística, el 36.4 % las utiliza para contrastar información y el 63% las considera menos confiables que los medios tradicionales.
López-Hermida y Claro (2011) en su estudio sobre los periodistas chilenos en Twitter destaca que se utiliza este medio social para contactarse con los seguidores, entablando conversaciones de naturaleza coloquial antes que para reportear o informar. Recuero (2011) estima que se hace efectiva en la práctica una interacción entre los medios periodísticos y los medios sociales. Investiga dos casos ocurridos en la misma semana de julio de 2011: la muerte de la cantante Amy Winehouse y los atentados en Oslo. El mapeo de los tweets y los retweets referidos a estas noticias le permite revelar que pese al gran volumen de información, las cuentas productoras de tweets son realmente limitadas y plantear algunas consideraciones sobre el papel del periodismo y de los medios periodísticos en el espacio de las redes sociales que presentamos en la figura 6:
Por su parte Sozeri (2011) categoriza los tweets de los periodistas
según su contenido:
• “Agenda:
Los tweets analizan el contenido noticioso de los medios principales sin
colocar hiperpervínculos.
• Ligados
al propio medio.
• Ligados a
otros medios: Referidos a medios con los cuales no trabaja.
• Menciones
a periodistas: Los que se refieren a sus colegas o amigos.
• Menciones
a otros: Que se refieren a personas que no son periodistas o a la audiencia
• Retweets:
Difunden los tweets de otros.
• Actividades
cotidianas: Se refieren a sus labores de cada día”.
Aun cuando siempre se ha planteado como supuesta
una vinculación permanente, tradicionalmente ha existido cierta distancia entre
el periodista y la audiencia. Inclusive ya desarrollada la web 1.0 se mantenían
los correos electrónicos de los periodistas como datos reservados, al menos
para la audiencia en general. No obstante con el desarrollo de la web 2.0 y de
la interactividad que supone es frecuente que se promocione la cuenta en
Twitter y Facebook de los periodistas de los medios así como de los programas
que conducen.
En tal sentido e el caso de la
televisión aparece un scroll o un texto en pantalla con las cuentas en Facebook
o Twitter de los periodistas. Tanto más, mientras Patricia Janiot presenta el
programa Panorama Mundial en CNN en español, invita con cierta frecuencia a los
televidentes a conectarse con ella a través de sus cuentas @patriciajaniot y
https:// www.facebook.com/PatriciaJaniotCNN.
Ahora bien, usando las
expresiones de redes sociales, ¿cuál es la visibilidad de los periodistas en
las redes sociales?
Galant (2013) publicó la relación
de los 10 periodistas estadounidenses con más seguidores en Twitter (figura 7):
Iluminati Lab (2013) presenta un ranking de los periodistas latinoamericanos más populares en Twitter (figura 8):
Vox Populi (2013) revela cuáles son los 10 periodistas peruanos más populares en Facebook y Twitter (figura 9):
Una rápida apreciación de los
periodistas más populares en Facebook y Twitter en los entornos citados nos
permite concluir que existe un marcado predominio de los periodistas quienes
trabajan en televisión. Ello se debería probablemente al impacto mediático que
alcanzan y a la credibilidad que suele adjudicársele.
Los medios sociales pueden ser
importantes elementos de apoyo para los periodistas en situaciones difíciles.
Desde el 2013, Egipto apresó a un grupo de periodistas de la cadena Al Jazeera acusándolos de estar
implicados con grupos terroristas. La campaña lanzada el 1 de febrero de 2014 usando el hashtag #FreeAJstaff alcanzó 250
millones de visitas. Asimismo, se ha utilizado la innovadora herramienta
Thunderclap que permite colocar el mismo mensaje a la vez en Twitter, Facebook
y Tumblr. En diversos lugares del mundo miles de periodistas salieron a las
calles el 27 de febrero portando pancartas y chalecos con el hashtag y el lema “El
periodismo no es un crimen” (Tenore, 2014).
6. Reflexiones finales
Los niveles de obsolescencia de
la tecnología muy acelerados nos obligan a estar permanentemente atentos a los
cambios así como a descartar muy pronto equipos y recursos de comunicación. Si
bien existen medios sociales que tienen los mayores rangos de utilización a
nivel internacional, están disponibles recursos de diverso orden, para uso y
satisfacción de nichos diversos. Seguramente que en el futuro se desarrollarán
muchos otros y tal vez desaparezcan algunos.
No sabemos a ciencia cierta qué
nos traerá el futuro en el campo de los medios sociales ni cómo ello estará
influenciado por el desarrollo de la tecnología 4G en los teléfonos móviles y
de la banda ancha o por otras innovaciones. Seguramente, sofisticados programas
harán posible nuevas modalidades de categorización automatizada de las clases
de información de acuerdo a categorías preestablecidas y nuevas aplicaciones de
los medios sociales facilitarán el trabajo cotidiano del periodista.
No obstante, por más avances que
se logren en el desarrollo tecnológico, se requerirá siempre del trabajo del
ser humano, del profesional en periodismo quien cuente con las competencias
necesarias para encontrarle la utilidad a los recursos que se vayan inventando
y sepa aplicarlos tanto para el desarrollo de la profesión en general como para
servir mejor a su comunidad, que es una de las funciones esenciales que se hizo
efectiva desde los albores de la actividad periodística.
Estamos convencidos que ningún
estudio prospectivo podrá demostrar que es posible prescindir de los seres
humanos como elementos fundamentales para el procesamiento y presentación de la
información así como para la multiplicidad de decisiones que ello involucra.
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