Las sesiones de trabajo como técnica de
Relaciones Públicas. Un estudio
de caso
Recibido: 05 de diciembre de 2013
Aceptado: 01 de agosto de 2014
Resumen: El objetivo general de la presente investigación fue determinar la influencia de la organización de las sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas en la imagen que tienen los clientes de una empresa. Esta técnica permite a las organizaciones acercarse a sus públicos a fin de comunicar sobre sus productos, servicios, actividades y conducta. En este sentido, se espera generar posicionamiento, identificación y fortalecer los vínculos de relación y comunicación con el público. Precisamente, este estudio de enfoque cuantitativo y explicativo realizado en dos grupos (experimental y control), demostró que la organización de las sesiones de trabajo influye en la imagen que tienen los clientes de una empresa. Sobre la base de los resultados hallados, se afirma que existe un nivel de correlación del 96.7% entre ambas variables.
Palabras
clave:
Sesiones de trabajo, organización, técnica, Relaciones Públicas, eventos, comunicación, imagen, clientes,
satisfacción, relación.
Abstract:
The main objective of this research was to determine the influence of the organization of work sessions as a technique of PR on the clients’
image of a company. This technique enables organizations to approach their
target public in order to communicate about theirs products, services,
activities and behavior. It is expected to obtain placement, identification and
also, to strengthen relation and communication with the public. Precisely, this
explanatory research carried out in two groups (control and experimental) demonstrated
that the organization of the work sessions in deed has influence on the image
of the clients of a company. According to the results, it is stated that there
is a 96.7% level of correlation between both variables.
1. Introducción
Basándonos
en Huaripata (2013),
este artículo resume la importancia de organizar las sesiones de
trabajo como técnica de Relaciones Públicas y cómo este tipo de eventos
influye en la imagen
que tienen los clientes de una empresa, es decir, en aquellos que han
asistido al certamen, comprobando la relevancia de su aplicación para
lograr una buena
imagen en los públicos.
Las Relaciones Públicas tienen como campo de
estudio a la organización y como protagonista al hombre en su acción relacional
y comunicacional, razón por la cual las empresas deben generar, reforzar y
mantener vínculos con sus públicos. Es así que, a través de las Relaciones
Públicas, es posible comunicar adecuadamente, modificar actitudes e influir
positivamente sobre cada uno de sus públicos, quienes se forman una imagen de
la organización. Entonces, ¿cómo hacerlo?, ¿cómo lograrlo? Haciendo uso de las
técnicas de Relaciones Públicas, que son un conjunto de procedimientos basados
en las ciencias humanas y sociales. Estos procedimientos son unitarios y diferentes
según la situación, acción y objetivos de cada organización.
Actualmente
existen diversas técnicas de Relaciones
Públicas empleadas por las organizaciones para comunicarse con sus
públicos y lograr el cumplimiento de sus objetivos. Sin embargo, estas
técnicas deben ser
puestas en marcha por un profesional de las Relaciones Públicas, quien
(basado en el conocimiento aprendido y en la práctica adquirida)
cumplirá sus labores
con eficiencia y calidad, a diferencia de cualquier otro que no sea de
la profesión.
Para
este estudio se eligió a las
sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas, cuyo propósito
es reunirse con los clientes de la organización para invitarles un
ágape. Es preciso mencionar que dicho alimento es el motivo para
concretar la reunión,
pero la esencia en sí es el desarrollo de una actividad técnica o
intelectual. La organización de sesiones de trabajo como técnica de
Relaciones Públicas es un evento que requiere una preparación,
ejecución, seguimiento y evaluación.
Debe ser llevado a cabo por un relacionista público profesional, quien
debe formar y presidir un comité organizador, de lo contrario no
responderá a los
objetivos deseados.
Las
empresas deben organizar las sesiones de trabajo de manera planificada,
no solo como muestra de respeto y consideración
a los públicos, sino porque es una buena oportunidad para fortalecer
larelación y comunicación (directa y efectiva) con sus clientes. De
esta manera, ellos evalúan si la sesión de trabajo cumplió con sus
expectativas analizando los elementos que intervinieron en ella según
la experiencia y relación que han tenido con la organización antes de
asistir al evento. No obstante, luego de su participación, esta
percepción puede mantenerse, reforzarse o verse disminuida,
situación distinta para quienes no han participado en dicho evento. Es
importante mencionar que la sesión de trabajo (como técnica de
Relaciones
Públicas) solo representa uno de los tantos aspecto
que influyen en la imagen total de la organización, porque también
existen otros factores que los clientes valoran de la
organización, tales como sus productos, servicios, actividades y
conducta. Cada uno forma parte de la imagen parcial de la organización.
La imagen hace referencia a la actitud que tienen los clientes sobre la organización. Si bien es cierto, no todos los clientes mantienen la misma relación con la empresa. A algunos solo les pueden interesar los productos y servicios que ofrece. Tal vez otros prefieran participar únicamente en sus actividades y también puede darse el caso de que unos tan solo evalúen la conducta de la empresa. Dicho así, cualquiera de estos escenarios contribuye a consolidar la imagen de la empresa y la suma de todos estos elementos forman la imagen total, que puede ser positiva o negativa. Precisamente, las empresas deben conseguir la satisfacción en general de sus clientes, que es la conformidad expresada y demostrada por parte de ellos. Para lograrlo, es importante que exista en la organización una coherencia entre lo que dice y lo que hace. En caso contrario, los resultados no serán positivos, ocasionando el distanciamiento y hasta la pérdida de clientes. Finalmente, las empresas que decidan aplicar las sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas podrán evaluar, en un plazo determinado, la imagen que tienen los clientes y su repercusión en la imagen general de la empresa a través de distintos indicadores de medición.
2. Objetivo de la investigación
2.1. Objetivo general
Determinar la influencia de la organización de las sesiones de trabajo
como técnica de Relaciones Públicas en la imagen que tienen
los clientes de una empresa.
2.2. Objetivos específicos
• Determinar la influencia de las sesiones de trabajo (como técnica de Relaciones Públicas) en el elemento componente cognitivo, emocional y conductual de la imagen-actitud que tienen los clientes de una empresa, así como en la satisfacción general que estos pueden experimentar ante una organización.
•
Determinar el grado de influencia de la evaluación de las sesiones de
trabajo (como
técnica de Relaciones Públicas) en el elemento componente cognitivo,
emocional y conductual de la imagen-actitud que tienen los clientes de
una empresa, así
como en la satisfacción general que estos pueden experimentar ante una
organización.
3. Metodología
Se adoptó un enfoque cuantitativo por ser secuencial y probatoria, con
un alcance de investigación explicativo a fin de determinar si la
organización de sesiones de
trabajo
Es así que se llevó a cabo la investigación con dos
grupos: experimental y control, cada uno conformado por 200 clientes. El
primero fue el grupo experimental, es decir aquellos clientes que fueron
invitados a las sesiones de trabajo. Inicialmente se les invitó a responder una
encuesta sobre la imagen de una empresa. Dicha encuesta se hizo por entrevista
(personalmente y/o telefónicamente), quince días antes de realizada la sesión
de trabajo. Posteriormente, a los mismos clientes (primer grupo) se les
autoadministró una segunda encuesta el día que se llevó a cabo el evento
(minutos antes de que finalice) sobre las sesiones de trabajo como técnica de
Relaciones Públicas y una tercera encuesta sobre la imagen de una empresa (la
misma que se aplicó quince días antes de que se llevara a cabo la sesión de
trabajo).
Sin embargo, fue necesario contar con un grupo control (segundo grupo)
para determinar si efectivamente los
resultados obtenidos con el primer grupo eran válidos y si se cumplían
los objetivos de la investigación. En ese sentido, al grupo control,
conformado por
200 clientes, que no fueron invitados a la sesión de trabajo, se les
autoadministró la encuesta de imagen de una empresa por entrevista
(personalmente y/o telefónicamente).
Es importante mencionar que gracias al segundo
grupo denominado control, se pudo determinar si la imagen de la empresa cambió
(de manera positiva o negativa) o se mantuvo igual sin la intervención de la
sesión de trabajo como técnica de Relaciones Públicas.
3.1. Tipo
de investigación
Estudio de caso. Investigación de enfoque
cuantitativo y explicativo.
3.2.
Diseño y procedimiento
Investigación cuasi experimental de cohorte transversal, debido a que la variable independiente no ha sido
controlada y el estudio se ha dado en un determinado tiempo. Dicha
investigación pretende demostrar que la organización de sesiones de trabajo
(variable independiente) influye en la imagen que tienen los clientes de una
empresa (variable dependiente).
Con la finalidad de tener el control de que otras variables extrañas no alteren a la variable dependiente para establecer que es la variable independiente la que tiene influencia en ella, se eligió un grupo control con las mismas características al grupo experimental. Este diseño cumple con el requisito15 de la validez interna o control. La investigación corresponde al tipo de diseño de grupo de control no equivalente, con asignación no aleatoria (figura 1):
14. Es
aquel diseño en el que no se puede controlar al 100% todas las variables
extrañas e intervinientes.
3.3. Población
Representada por 1003 clientes de una empresa privada del rubro de tecnologías de la información en Lima Metropolitana
2011-2012.
La población conformada por unidades con características similares, sin embargo es importante saber identificarlas en
base a sus atributos propios para posteriormente clasificarlas en perfiles.
3.4. Muestra. Unidades de
análisis
El tamaño17 de la muestra18 es de 400 clientes de una empresa privada del
rubro de tecnologías de la información en Lima Metropolitana 2011-2012.
3.4.1. Técnica de selección de
muestras
La técnica de selección de muestra utilizada en esta investigación es el
muestreo no probabilístico intencional. En ese sentido, 400 clientes19 en representación de sus
respectivas
15 Los tres requisitos de un
experimento son: manipulación intencional de una o más variables
independientes, medir el efecto que la variable independiente tiene en la
variable dependiente y por último es el control o la validez interna de la
situación experimental (Hernández, Fernández y Baptista, 2010).
16 Donde X = variable independiente;
Y = variable dependiente; O1 = medición previa (antes del evento) de la
variable dependiente; O2 = medición posterior (después del evento) de la
variable dependiente; Ga = grupo experimental que participa en las sesiones de
trabajo; y Gb = grupo control que no participan en el evento y se les aplica la
encuesta referente a la variable dependiente.
17 Este
resultado se obtuvo a través del programa estadístico STATS.
18 La
investigación contó con criterios de exclusión e inclusión de una muestra.
19 El perfil
seleccionado: gerente general
organizaciones
conforman la muestra y, a su vez, está dividida en un grupo
experimental (200 clientes) y un
grupo control (200 clientes). Precisamente, para incrementar los
niveles de confianza, se determinó de manera aleatoria la clasificación
de esta muestra. A
través de un sorteo se eligió a los clientes que pertenecen al grupo
experimental y a los otros clientes que forman parte del grupo control.
3.5.
Variables de estudio
Esta investigación tiene dos variables: una
independiente y otra dependiente.
3.5.1. Variable independiente: La
organización de sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas
Analizada en función de los resultados obtenidos en el cuestionario de la organización de sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas. Para complementar el entendimiento de la variable independiente y sus respectivos indicadores que la conforman, se resume de la siguiente manera:
3.5.2.
Variable dependiente: La imagen
Analizada en función de los resultados obtenidos en la escala de actitudes de imagen de una empresa privada del rubro de tecnologías de la información. A continuación se detallan las dimensiones, los indicadores y los ítems que conforman la variable dependiente:
3.6. Técnicas para la recolección
de datos
Las técnicas de recolección utilizadas fueron las encuestas dirigidas a los 400 clientes de una empresa privada del rubro de
tecnologías de la información en Lima Metropolitana 2011-2012.
3.7. Instrumentos en la
recolección de datos
Se construyeron dos instrumentos de medición: un cuestionario y una escala de actitudes que fueron aplicados a los 400 clientes de una empresa privada del rubro de tecnologías de la información en Lima Metropolitana 2011-2012, durante su participación en una sesión de trabajo como técnica de Relaciones Públicas. Asimismo, los 400 clientes no respondieron los mismos cuestionarios, el grupo experimental (200 clientes) sí respondió a los dos instrumentos de medición y el grupo control solo respondió a la escala de actitudes.
El formato empleado buscó ahorrar espacio en el instrumento y facilitar la comprensión del mecanismo de respuesta.
3.7.1.
Cuestionario de la organización de sesiones de trabajo como técnica de
Relaciones Públicas
Compuesto por 2 dimensiones, 15 indicadores y 55 ítems. Asimismo, los 55 ítems incluyen preguntas cerradas, de
las cuales 13 preguntas son dicotómicas, 36 preguntas con varias opciones de
respuesta, 2 preguntas distractoras con la finalidad de hacer menos tedioso el
proceso de auto administrado realizado por los clientes; 2 preguntas negativas,
(son aquellas que niegan el asunto que se interroga) y dos preguntas abiertas
relacionadas con el nivel de satisfacción en general con la realización de
sesiones de trabajo.
3.7.2.
Escala de actitudes de imagen de una empresa privada del rubro de tecnologías
de la información
Compuesto por 4 dimensiones, 12 indicadores y 25 ítems. En este sentido, la escala de actitudes tiene 25
afirmaciones-ítems, que incluyen ítems con opción a una respuesta, relacionadas
con la imagen que tienen los clientes de la empresa. Además, cada ítem se mide
con 5 opciones de respuesta (a manera de escala), que van desde totalmente de
acuerdo, de acuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, en desacuerdo, hasta
totalmente en desacuerdo.
3.8.
Análisis y resultados de la muestra piloto
Luego de elaborar y comprobar la validez y confiabilidad de los instrumentos de medición, se hizo una prueba piloto a fin de aplicar las encuestas a una muestra de 25 clientes (con las mismas características), antes de llevar a cabo la sesión de trabajo para 400 clientes. En este sentido, se utilizó el mismo diseño de investigación a través del estadístico (Alfa de Cronbach), cuyos resultados determinaron que la hipótesis planteada se cumplió. A continuación se explica el procedimiento realizado:
En la dispersión (figura 5) se distingue una relación lineal entre las variables a través de un análisis de correlación se comprobó esta impresión gráfica, previamente se realizó un análisis de normalidad:
Los resultados (figura 6) determinaron que existe normalidad en la organización de las sesiones de trabajo para niveles de significación inferiores al 95.5%, y existe normalidad en la imagen que tienen los clientes de una empresa para niveles de significación inferiores al 59.2%. Los resultados del análisis de correlación se muestran en la siguiente tabla:
Los resultados que aparecen en la figura 7 permiten
contrastar los supuestos:
• H0: La organización
de las sesiones de trabajo como técnica de Relaciones
Públicas no influye en la imagen que tienen los
clientes de una empresa privada del rubro de tecnologías de la información en
Lima Metropolitana 2011-2012.
• H1: La
organización de las sesiones de trabajo como técnica de Relaciones
Públicas influye en la imagen que tienen los
clientes de una empresa privada del rubro de tecnologías de la información en
Lima Metropolitana 2011-2012.
Así, con estos resultados (figura
7) se rechazó la hipótesis nula y se aceptó como verdadera la hipótesis
alternativa para cualquier nivel de significación que se fije. Entonces, se
confirma con el estadístico de prueba que se valora en 15.44 y está por encima
del valor crítico fijado en 1.71 para un nivel de significación del 5%.
3.9.
Técnicas para el procesamiento y análisis de los datos
Las técnicas que se usaron para
el procesamiento y análisis de la información se realizaron a través del
enfoque cuantitativo y del programa de computación con la ayuda de un paquete
estadístico (Statistical Package for the Social Sciences SPSS, versión 19). A
través de este software, se pudo obtener las pruebas estadísticas para
determinar la relación entre las variables y prueba de Chi cuadrado.
4. Hipótesis de trabajo
4.1
Hipótesis general
La organización de sesiones de
trabajo como técnica de Relaciones Públicas influye en la imagen que tienen los
clientes de una empresa.
4.2
Hipótesis específicas
• La realización de las sesiones de trabajo (como técnica de Relaciones Públicas) influye en el elemento componente cognitivo, emocional y conductual de la
imagen-actitud que tienen los
clientes de una empresa, así como en la satisfacción general que estos pueden
experimentar ante una organización.
•
La evaluación general de las sesiones de trabajo (como técnica de Relaciones Públicas) influye en el elemento
componente cognitivo, emocional y conductual de la imagen-actitud que tienen
los clientes de una empresa, así como en la satisfacción general que estos
pueden experimentar ante una organización.
5. Rol profesional del Relacionista Público
Las Relaciones Públicas conforman una disciplina que desde sus orígenes hasta la actualidad ha evolucionado sin dejar de estudiar al hombre en tanto público, vinculado al ámbito de las organizaciones. A través de los cuatro modelos de Relaciones Públicas (“agente de prensa/publicity”, “información pública”, “asimétrico bidireccional” y “simétrico bidireccional”) de Grunig y Hunt (cf. 2000: 73), se puede observar, comprender y analizar la evolución histórica conceptual, comunicacional e investigativa de las Relaciones Públicas, traduciéndose así el desarrollo de la actividad profesional del relacionista público.
Si bien es cierto que la presencia del relacionista
público en algunas organizaciones no es tomada en cuenta en toda su real
dimensión (debido a que las áreas o departamentos de comunicación están
conformados por otros profesionales especializados en marketing, publicidad,
periodismo, entre otros), merece particular importancia que la alta dirección
evalúe su incorporación en la estructura formal de la organización, o de lo
contrario contratar los servicios de una agencia o consultora de Relaciones
Públicas, a fin de contar con un profesional capaz de diagnosticar,
direccionar, gestionar y evaluar las relaciones y comunicaciones entre la
organización y sus públicos. En ese sentido, Harlow sostiene lo siguiente:
“Las Relaciones Públicas son una función directiva independiente, que permite establecer y mantener líneas de comunicación, comprensión, aceptación y cooperación mutuas entre una organización y sus públicos; implica la resolución de problemas; ayuda a los directivos a estar informados y poder reaccionar ante la opinión pública; define y destaca la responsabilidad de los directivos que deben servir el interés público; ayuda a la dirección a mantenerse al día y a utilizar los cambios de forma efectiva, sirviendo como un sistema de alerta para ayudar a anticipar las tendencias; utiliza la investigación y las técnicas de comunicación éticas como principales herramientas” (ápud Wilcox, Cameron y Xifra, 2006: 7).
Manteniendo el mismo criterio y reafirmando la importancia de la función de las Relaciones
Públicas en las organizaciones, la International Public Relations Association
(1978) define:
“La práctica de las Relaciones Públicas es el arte y la ciencia de analizar tendencias, predecir sus consecuencias a los líderes de la organización y poner en práctica programas de acción planificados que servirán tanto al interés de la organización como del público”.
De esta manera, el relacionista público es quien está mejor preparado para desempeñar estas actividades,
gracias a su formación académica y experiencia profesional, con el propósito de
contribuir a establecer y mantener relaciones duraderas con los públicos,
haciendo uso de la comunicación como instrumento para el logro de sus
objetivos. En adición a esta afirmación, el Colegio Profesional de
Relacionistas Públicos del Perú (2014), explica sobre las actividades del
relacionista público, sin embargo para fines de esta investigación, es preciso
resaltar que “corresponden a su campo funcional, asimismo, la organización de
certámenes y eventos, el ceremonial y el protocolo institucional, la relación
con los medios de comunicación, la proyección de prestigio e imagen en general,
y la enseñanza de las Relaciones Públicas”20.
Con referencia a la organización de certámenes, acontecimientos especiales y eventos, algunas organizaciones
buscan acercarse a sus públicos a través de estas reuniones, pero al tener
diferentes clasificaciones, estilos y características, es el relacionista
público quien debe evaluar el tipo de evento que más se adecue al cumplimiento
de los objetivos de la organización y entendimiento con sus públicos. Xifra
(2007:178) señala lo siguiente:
“La organización de eventos ocupa un lugar privilegiado respecto de
otras técnicas y especialmente aquellos
eventos que tienen una finalidad bidireccional, en la que la
organización quiere atraer a sus públicos de su comunidad geográfica
para darse a conocer o
para informar sobre algún aspecto concreto”.
En esta línea, se podría definir un evento como “un
acontecimiento que requiere de una planificación previa. Se desarrolla en un
momento puntual en el tiempo, con un principio y un final previamente conocido,
independientemente de que pueda poseer una periodicidad establecida”
(Huaripata, 2013: 46). Justamente, la presente investigación se centra en un
tipo de evento, denominado “sesión de trabajo como técnica de Relaciones
Públicas”, y se demuestra que al organizarlo (de manera planificada por un
relacionista público) dicha reunión contribuye a la formación de la imagen que
tienen los clientes de una empresa.
5.1.
Sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas
Para comprender las sesiones de trabajo, es importante entender la definición de técnica:
20. El Decreto Supremo Nº 021-2004-ED aprueba el Estatuto del Colegio Profesional de Relacionistas Públicos del Perú, en el que se detallan las actividades del relacionista público en el capítulo II: “De la Profesión de Relaciones Públicas, campo de acción y funciones”.
“Las técnicas definen la manera en que (los procesos a través de los cuales) el profesional de las Relaciones
Públicas enfocará el tema, cómo gestionará la transmisión de los mensajes a los
públicos objetivo de la estrategia. Es decir, el cómo hacerlo”.
En ese sentido, se considera a las sesiones de
trabajo como una técnica de las Relaciones Públicas, ya que cumplen con mayor
precisión los procedimientos, recursos y las acciones de esta disciplina. Así,
dichas sesiones de trabajo (al ser vistas como técnicas) deben ser organizadas
por un relacionista público, considerando cada uno de los elementos y recursos
que intervienen en su realización. De acuerdo con Palencia-Lefler (2008: 286)
las reuniones tratan
“Un conjunto de técnicas que responden a la iniciativa de la organización que pretende ‘encontrarse’ o ‘reunirse’
con distintos públicos externos y se les obsequia con algún tipo de ágape o
comida. En ocasiones la comida será la excusa para reunirse (sesiones de
trabajo) mientras que el protagonismo lo tiene una actividad técnica o
intelectual”.
En adición a lo explicado, las sesiones de trabajo (como técnica de Relaciones Públicas) responden a los objetivos que la empresa (de alguna manera) busca cumplir con sus clientes: presentación de un nuevo proyecto, conmemoración de un acontecimiento o fecha importante, compartir la cultura organizacional, reunir a los clientes para un acto informativo/formativo, comunicar algún mensaje de tarea21 o mensaje humano22 , etc. En cualquiera de las situaciones se logra el entendimiento entre la organización y sus públicos. Noguero (1996: 175) agrega que “este tipo de reuniones grupales o sesiones de trabajo son utilizables, tanto como nexo de públicos identificables por su convocatoria, como de públicos identificados por su asistencia abierta y libre por parte de los interesados”. El autor se refiere a las reuniones grupales o sesiones de trabajo como un mismo concepto, en el que los públicos (participantes) responden a ciertas características demográficas, psicográficas, etc., en relación con el objetivo del evento y de la organización.
21. Los
mensajes de tarea son aquellos que informan a los empleados sobre la manera de
realizar sus trabajos.
22. Los mensajes humanos son aquellos que están dirigidos a los individuos
de la organización, considerando principalmente sus actitudes, su satisfacción
y su realización (ibídem: 129).
Por ese motivo, es importante mencionar que existen diferentes tipos de sesiones de trabajo. Palencia-Lefler
(cf. 2008: 286) las clasifica en: a) desayuno; b) almuerzo; c) coctel,
refrigerio, tentempié, merienda y piscolabis; y d) cena. Así, este tipo de ágape o comida es ofrecido a los
clientes durante el evento: cada uno tiene características propias y, por lo
mismo, responden a distintos objetivos de comunicación que deben ser
considerados de manera individual antes de ser llevados a cabo.
El desayuno “habitualmente se diseña como un evento de trabajo, para informar de las últimas novedades a los
clientes o realizar una conferencia informativa/formativa ante un pequeño
auditorio de públicos selectos, entre otras alternativas” (Palencia-Lefler,
2008: 286). Asimismo, el formato del desayuno23
permite que los públicos invitados tengan más posibilidades de asistir al evento al realizarse a primera hora del día, por lo
general entre las 8 y 10 de la mañana, y no se cruza con otras actividades.
El almuerzo “es el tipo de sesión de trabajo que presenta más variedad de platos y su elección depende de la
cultura gastronómica del país y del tipo de invitados al evento” (Huaripata,
2013: 55). Cuadrado (2011: 248), por su parte, explica que “suele durar dos
horas. Durante la comida es normal que se aborden los temas que han de
tratarse, pero no será hasta la sobremesa cuando se planteen de manera más
profunda o cuando se adopten decisiones”. Precisamente, el almuerzo puede
realizarse con fines de trabajo como de celebración, en el que se tratan
diversos temas, pero siempre están sujetos a un programa, a fin de no perder la
naturaleza de la reunión.
Los términos coctel, refrigerio, tentempié, merienda, piscolabis “responden etimológicamente a conceptos diferentes, tienen significados suficientemente parecidos como para presentarse conjuntamente” (Palencia-Lefler, 2008: 288). Tienen la particularidad de que la comida es ligera. Este formato ofrece un contexto distinto a los anteriores (desayuno y almuerzo), porque no necesariamente están sujetos a un protocolo; es decir, el ambiente es relajado, pero siempre mantiene relación con el objetivo de la reunión. Huaripata (2013: 59) recomienda que el relacionista público
“Debe ser muy cauto al seleccionar este tipo de formato porque deberá comunicar adecuadamente a sus
públicos el objetivo de la reunión. Es muy distinto un refrigerio a un
cocktail, a un gerente general no se le puede invitar un refrigerio, porque la
empresa daría la imagen que no tiene presupuesto, por ello se deben seleccionar
adecuadamente los alimentos”.
A diferencia de los otros tipos de sesiones de
trabajo, la cena ofrece a los clientes un evento de mayor calidad y “cuenta con
un alto nivel de protocolo en la estructuración de dicha reunión y puede
conseguir gran ceremoniosidad en su ejecución. Sirve pues a objetivos
de cultivación y reconocimiento de la organización hacia sus públicos”
(Palencia-Lefler, 2008: 289). Como resumen, Cuadrado (2011:
245) explica que
23. El desayuno también ofrece variedades como Welcome Coffee (café de bienvenida), Coffee Break (pausa para tomar un café) y desayuno buffet (desayuno
con más variedad de alimentos)
“Las comidas de trabajo surgen ante la necesidad de trasladar los asuntos laborales a un marco más distendido y cordial. En ocasiones una negociación que ha quedado en fase de estancamiento por la postura irreconciliable de sus partes puede solucionarse durante una comida precisamente porque el ambiente se relaja y los ánimos se apaciguan”.
De esta manera, el relacionista público es quien elige y organiza el tipo de sesión de trabajo que mejor permita comunicar los
mensajes de la organización a sus públicos, pero, además, siempre debe existir
el feedback entre ambas partes, de lo
contrario no se conseguirá una comunicación simétrica bidireccional con los
referidos públicos.
5.2. La organización de sesiones
de trabajo como técnica de Relaciones Públicas
Luego de haber desarrollado las sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas, es importante conocer la forma de organizar estas reuniones por el relacionista público, quien considera diversos elementos antes, durante y después del evento, con el propósito de obtener los resultados esperados como, por ejemplo, colmar las expectativas de los públicos de la organización. Chiavenato y Villamizar (1999: 107) definen así a la organización:
< “Función administrativa y parte del proceso administrativo (como la planeación, la dirección, la coordinación y el control). En este sentido, organización significa el acto de organizar, estructurar e integrar los recursos y los órganos responsables de la administración, establecer relaciones entre ellos y fijar sus atribuciones respectivas”.
En ese sentido, “se entiende a la organización de sesiones de trabajo como la planificación en general de un determinado tipo de evento utilizado como técnica de Relaciones Públicas” (Huaripata, 2013: 62). La organización de sesiones de trabajo no es tarea sencilla, ya que requiere de un tratamiento especial. Por consiguiente, para un mejor desarrollo del proceso de la investigación, esta se ha divido en dos dimensiones: a) realización de las sesiones de trabajo y b) evaluación general de la realización de las sesiones de trabajo.
5.2.1. Realización de sesiones de
trabajo como técnica de Relaciones Públicas
Se
trata de la primera dimensión de la organización de sesiones de
trabajo, que se refiere a las funciones administrativas como la
planeación, la organización, la dirección y la coordinación que realiza
el
relacionista público para ejecutar dicha sesión de trabajo. De esta
manera, la
realización de las sesiones de trabajo implica
“La ejecución de todo lo planificado, preparado y considerado para llevar a cabo una sesión de trabajo. Para su desarrollo intervienen aspectos referentes a la programación de sesiones de trabajo, la convocatoria, la tarjeta de invitación, la temática de la sesión de trabajo, la calidad del expositor, el material entregado, la recepción y registro de los clientes, el lugar en donde se realizan las sesiones de trabajo, el equipamiento técnico, el montaje, el estacionamiento y valet parking asignado a los clientes, el alimento ofrecido a los clientes, las medidas de seguridad, y la cartelería” (ibídem: 64).
Asimismo, cada uno de estos aspectos (indicadores) se subdividen en otros elementos (ítems) con el
propósito de que el relacionista público lleve un mejor control de las
actividades a realizar. Así, por ejemplo, la programación de sesiones de
trabajo está conformada por: el día, el horario, la puntualidad al iniciar la
sesión de trabajo, la puntualidad al finalizar la sesión de trabajo y la
duración de la sesión de trabajo. Este aspecto es importante porque con estos
datos es que se da inicio a la planeación del evento y se define una serie de
acciones tales como la fecha para realizar la convocatoria (con la debida
antelación); la preparación y el reparto de las invitaciones (físicas o
electrónicas); la definición del tema, que debe ser actual, interesante y útil.
De igual modo, se busca a los expositores con mejor aptitud y dominio de tema;
se elabora y entrega material a los asistentes al evento (folletos, avisos y
folders).
Durante la recepción y registro de los clientes debe existir un trato especial (cordial y natural), el lugar en
donde se realice el evento debe ser accesible: “la elección del lugar de
celebración es una de las tareas más importantes y complicadas con las que
tiene que enfrentarse el organizador de conferencias” (Seeking y Farrer, 1999:
47). También es importante el correcto funcionamiento del equipamiento técnico
(iluminación, climatización, equipo de sonido/audiovisual y musicalización). Se
debe prever el montaje (ubicación de muebles y equipos) y el otorgamiento del
servicio de estacionamiento y valet parking para los clientes.
Otro aspecto que el profesional de las Relaciones Públicas debe tener en cuenta es el alimento ofrecido a los
clientes. Este se caracteriza por su calidad, cantidad (suficiente) y
presentación, que “suele ser un componente decisivo a la hora de evaluar una
comida. Por ello es conveniente la combinación de formas, colores, consistencia
y, además, graduar la intensidad de los sabores, comenzando por los suaves y
luego aumentar su potencia” (Del Carril y Gill, 2008: 95).
Asimismo, se deben considerar las medidas de seguridad durante el evento: las zonas de evacuación, la vigilancia y la señalética, a fin de garantizar la integridad física de los asistentes. Como último aspecto está la cartelería empleada en las sesiones de trabajo, conformada por la calidad, la cantidad, la colocación y el diseño de los letreros que contienen publicidad tanto del evento como de la empresa. Finalmente, como ya se ha mencionado, la organización y ejecución de las sesiones de trabajo deben estar a cargo del relacionista público y por su equipo de trabajo: solo así se garantizará el éxito de la reunión.
5.2.2.
Evaluación general de la realización de las sesiones de trabajo como técnica de
Relaciones Públicas
Viene a ser la segunda dimensión de la organización de sesiones de trabajo y “es el análisis y control que se hace a la sesión de trabajo luego de su realización (planeación, organización, dirección, coordinación)” (Huaripata, 2013: 91). En ese sentido, Chiavenato y Villamizar (1999: 105) explican que el control consiste “en la verificación para comprobar si todas las etapas marchan de conformidad con el plan adaptado, las instrucciones transmitidas y los principios establecidos. Su objetivo es ubicar las debilidades y los errores para rectificarlos y evitar su repetición”. Es importante precisar que la evaluación no necesariamente es realizada por la empresa que organiza la sesión de trabajo. Con la finalidad de evitar sesgos en la investigación se considera la opinión de los públicos como
“La valoración que hacen los clientes sobre la realización de la sesión de trabajo a la que han asistido. Esta evaluación permite a la empresa conocer la percepción de los clientes sobre la realización de esta reunión y detecta las valoraciones (positivas o negativas) que se han formado” (Huaripata, 2013: 157).
Dicho así, merece toda la atención y esfuerzo del relacionista público realizar correctamente la sesión de trabajo porque finalmente son los clientes quienes evalúan todos los aspectos y elementos dados durante la realización del evento en sí. Por otro lado, la evaluación general de la realización de sesiones de trabajo mide aspectos como la satisfacción en general con la realización de la sesión de trabajo y, a su vez, está conformada por tres elementos: a) nivel de satisfacción en general con la sesión de trabajo; b) reclamos en relación con la sesión de trabajo; y c) sugerencias en relación con la sesión de trabajo.
El primero se refiere al grado de conformidad expresado y demostrado que tienen los clientes en relación con la sesión de trabajo, pero de manera general, porque los clientes no tienen por qué conocer cada uno de los aspectos que sí considera el relacionista público para realizar el evento; por tal razón, aquí la evaluación es de manera general. El segundo elemento hace referencia a la disconformidad por parte del cliente en su participación en el evento. Por último, se aceptan todas las sugerencias (recomendaciones, contribuciones y aportes) de los clientes, con el objetivo de mejorar la organización de futuras reuniones. Lo más importante de la organización de sesiones de trabajo es que los públicos, sobre la base de su participación, se forman una imagen parcial, positiva o negativa y, a la vez, esta percepción influye en la imagen que tienen de la empresa.
5.3. Imagen
Al hablar de una organización se suele hacer referencia a los productos y servicios que ofrece, a las actividades que
realiza, entre ellas las sesiones de trabajo como técnica de Relaciones
Públicas, y a la conducta que muestra ante sus públicos. Es decir, estamos
hablando de una imagen general, pero puede darse el caso que algunos clientes
solo prefieran consumir los productos y servicios de la empresa, y no estén muy
interesados en sus actividades o si la conducta que tiene la organización es
coherente con lo que ofrece.
En cualquier situación, es importante que los clientes, al igual que los otros públicos, se formen una
imagen general de la empresa y sobre todo que sea positiva. ¿Qué sucede cuando
pasa lo contrario?, ¿es posible modificar la imagen que tienen los públicos de
una organización? En relación con la interrogante anterior, Carlson (1989: 208
y 391) responde que las Relaciones Públicas “constituyen un esfuerzo organizado
para comunicar información y modificar las actitudes y el comportamiento en
beneficio de un cliente o de una causa” y que engloba “actividades y políticas
de información mediante las que las empresas y otros tipos de organizaciones
buscan crear actitudes favorables para ellas mismas y para su trabajo, y
contrarrestar actitudes adversas”. En este sentido, podemos comprender que sí
es posible modificar las actitudes y el comportamiento de los clientes de una
organización haciendo uso de las Relaciones Públicas.
5.4.
Imagen-actitud
La imagen-actitud debe ser entendida como la actitud (predisposición) que se tiene a una determinada cosa,
persona, empresa o situación:
“Se llama imagen-actitud, y no sólo imagen, porque la actitud es una tendencia adquirida y duradera a evaluar
un determinado suceso, situación o persona y que posteriormente se actuará en
base a la evaluación realizada [...] Para evaluar la imagen de una organización
es necesario realizar investigaciones de las actitudes de sus públicos
reconociendo cuál es el estereotipo que se han formado los públicos luego de
recibir información o haber tenido algún tipo de relación con los
productos/servicios, actividades y conducta de la empresa” (Huaripata, 2013:
117 y 118)
Relacionando esta línea con el objetivo de la investigación, debemos recordar que si buscamos determinar si la
organización de sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas influye
en la imagen que tienen los clientes de una empresa, es muy importante primero
conocer las actitudes y conductas de los públicos, a fin de determinar si
efectivamente existe una relación entre ambas variables de estudio.
5.4.1. Elementos componentes de
la imagen-actitud
A través de los tres elementos componentes de la imagen-actitud: cognitivo, emocional
En tal sentido, para una mejor comprensión y desarrollo de la investigación, se ha clasificado a la imagen en cuatro
dimensiones: a) elemento componente
cognitivo, b) elemento componente
emocional, c) elemento componente
conductual y d) la satisfacción en
general de los clientes hacia la referida organización. Asimismo, cada una de
estas tiene como indicadores a los productos y servicios, actividades y
conducta de la empresa.
a) Elemento componente cognitivo de la imagen-actitud
Este
elemento corresponde a la primera dimensión de la imagen. Tiene como
objetivo conocer las creencias, ideas, pensamientos que
tienen los clientes sobre los productos, servicios y actividades y de
la
empresa. Huaripata (2013: 121) explica que el elemento componente
cognitivo de
la imagen-actitud está conformado por los siguientes elementos (ítems):
la
calidad, el precio, la plaza, la publicidad, la promoción de ventas, el
proceso
de compra y la utilidad; un indicador corresponde a las actividades de
la
empresa, organización; y un indicador corresponde a la conducta de la
empresa,
la integridad”.
En este sentido, cada uno de estos aspectos y elementos considerados por la autora han sido clasificados de esa manera con el
propósito de conocer con mayor precisión la actitud que los clientes tienen
frente a dichos elementos. Posteriormente, el relacionista público evalúa los
resultados y planifica las acciones comunicacionales con el objetivo de mejorar
y mantener la relación armoniosa entre la organización y sus públicos.
Es importante mencionar que los clientes valoran mucho la calidad de los productos que adquieren. Así, Chias y Xifra (2008: 32)
sostienen que
“La calidad del producto es quizás el elemento más
importante y el más difícil de definir, ya que para el consumidor la percepción
de la calidad es muy variable. Por lo tanto, se tiene que distinguir entre la
calidad intrínseca del producto y la calidad extrínseca o percibida”.
De
esta manera, los clientes no solo valoran las características propias
de los productos (calidad intrínseca), sino también toman en cuenta sus
propias
valoraciones (calidad extrínseca). La calidad de los productos y
servicios contribuye de alguna manera a conseguir y mantener relaciones
duraderas con los
públicos. Otro elemento importante es que cuando un producto y servicio
es preferido por el público, el factor precio no es determinante para
concretar la compra, pero sucede lo contrario cuando no existe una
relación constante, ya que si el precio del
producto se ha incrementado, posiblemente no se realice la compra, y se
elija otros que tengan una mejor oferta de ventas. También se debe
considerar que el
lugar en donde se venden los productos sea accesible para los
consumidores.
Por otro lado, se debe considerar la publicidad utilizada para influir
en los consumidores, además de ofrecer
promoción de ventas que “se orientan a modificar el comportamiento de
compra inmediato de los consumidores” (Peter y Olson, 2006: 426). El
proceso de compra
debe ser eficiente y debe desarrollarse en el tiempo estipulado a los
clientes.
Y, por último, el producto debe ser útil. Referente a las actividades
que
realiza la empresa, es importante que el relacionista público pueda
establecer
los criterios y lineamientos necesarios para llevar a cabo dichas
actividades, sin olvidar que cada una de ellas debe ser planificada de
manera individual a
fin de cumplir los objetivos trazados.
Finalmente, la conducta de la empresa se refiere al comportamiento que
tiene con sus clientes. Está
conformada por un elemento: integridad, que viene a ser la virtud de la
empresa de actuar correctamente y ser coherente entre lo que dice y lo
que hace.
Además, la empresa debe mostrar respeto y confianza hacia sus públicos,
quienes constantemente la evalúan y se forman una imagen general.
b) Elemento componente emocional de la imagen-actitud
Este elemento corresponde a la segunda dimensión de la imagen y explica acerca de aquellos sentimientos de
agrado, desagrado, aceptación, cariño, rechazo, incluso hasta de odio, que los
clientes tienen de una organización en función a sus productos, servicios,
actividades y conducta. Los sentimientos, de alguna manera, son determinantes
en la formación de la imagen que los públicos tienen de una organización, que,
como bien se ha dicho, puede ser negativa o positiva.
Huaripata (cf. 2013: 131) clasifica al elemento componente emocional de la imagen-actitud en: a) sentimientos en relación con los
productos y servicios, b) sentimientos en relación con las actividades de la empresa, y c) sentimientos en relación con la conducta de la empresa. La
autora también menciona que “los sentimientos son el conjunto de emociones
percibidas, detectadas e interpretadas por los clientes en relación a los
productos/servicios”, por lo que también lo hacen con las actividades y
conducta de la empresa.
Cada uno de los aspectos mencionados responden al propósito de conocer,
con mayor precisión, los sentimientos de los clientes
frente a los referidos productos y servicios, actividades y conducta de
la empresa. De esta manera, el relacionista público debe evaluar si los
sentimientos de los clientes son igual en todos los casos o si ocurre
de manera
especial con alguno de ellos y, luego de ello, establecer estrategias
de
comunicación para conservar el vínculo entre la empresa y sus públicos.
Es
preciso mencionar que cuando una organización actúa de manera íntegra y
muestra
respeto a sus públicos, además de formarse una imagen positiva, guardan
y
comparten un sentimiento de confianza, fidelidad, admiración, y hasta
de amor,
que a través del tiempo se mantendrá
c) Elemento componente conductual de la imagen-actitud
Es la actitud (predisposición) de los clientes para actuar de manera
determinada ante los productos, servicios, actividades y
conducta de la empresa, y este elemento corresponde a la tercera
dimensión de la imagen. Pérez y Solórzano (2000: 98) señalan que
“La imagen es un esquema de conductas y una proyección del yo. Es un perfil de actitudes que reflejará cómo
es percibida una empresa, una institución, una entidad, (o un producto, en
ciertos casos) y en función de los cuales el público actúa”.
Manteniendo la línea de estos autores, los clientes pueden tener una
actitud para adquirir los productos y servicios; asistir y participar
en las
actividades; valorar la conducta de la empresa, pero no necesariamente
significa que lo hagan. Esto se debe a que las percepciones del público
no se
convierten en actuación, que es la acción en sí. Este elemento también
está
conformado por tres dimensiones que vienen a ser a) los productos y servicios, b)
las actividades y c) la conducta de la
empresa. A su vez, cada uno está conformado por diferentes elementos (ítems)
que permiten un mejor desarrollo de la investigación y entendimiento al evaluar
la actitud de los clientes en su forma de actuar frente a determinada
situación.
Los productos están relacionados con la decisión de compra y la
evaluación del producto. Es decir, se debe reconocer que esta etapa
es determinante porque es el momento en que el cliente efectúa la
compra de un producto y/o servicio, en el que intervienen factores de
influencias sociales y
personales (cf. Huaripata, 2013:
133). Después de la compra, el cliente evalúa su conformidad o rechazo con
dicha adquisición. Dicho así, el profesional de Relaciones Públicas debe
coordinar con otras áreas (marketing, logística y producción) para que los
productos y servicios cumplan los mejores estándares de calidad, de lo
contrario no se concretará la compra.
Del mismo modo, las actividades de la empresa están conformadas por la
confirmación de asistencia a las actividades en general y el
interés en las actividades que organiza, por lo que el relacionista
público debe evaluar por qué algunas veces los clientes suelen
confirmar su
participación, pero que finalmente no llegan a asistir (aunque también
se dan
casos en que los clientes no tienen interés en participar). Así, se
podrán
establecer planes de comunicación a fin de hacer más interesantes las
convocatorias a las actividades y buscar los mejores mensajes y canales
de
comunicación. La conducta de la empresa se representa en la aceptación
de la
conducta por parte de los clientes: “significa que los clientes
comparten y
aprueban el comportamiento de la empresa como ser social, vivo, que
actúa en
relación a su entorno buscando siempre transmitir sus mensajes para
mantener
una estrecha relación con sus públicos” (ibídem:
142).
d)Satisfacción en general que tienen los clientes de una empresa
De
esta manera, no basta con conocer la actitud(predisposición) que los
clientes tienen de una determinada situación: también
se requiere conocer la conducta de dichos clientes, es decir, conocer
la forma en la que actúan y así se puede conocer (sobre la acción en
sí) cuál es la
imagen que tienen de una empresa (positiva o negativa), por lo que al
final el
relacionista público puede conocer y determinar si existe una
satisfacción en
general con la empresa. Para conocer la satisfacción en general que
tienen los
clientes de la empresa sobre sus productos, servicios, actividades y
conducta,
es necesario conocer el nivel de satisfacción que estos públicos tienen
de la
organización (ibídem: 143). Kotler y
Keller (2006: 144) explican lo siguiente
“El nivel de satisfacción del cliente después de la compra depende de
los resultados de la oferta en relación con sus expectativas
previas. En general, la satisfacción es una sensación de placer o de
decepción que resulta de comparar la experiencia del producto (o los
resultados) con las
expectativas de beneficios previas. Si los resultados son inferiores a
las
expectativas, el cliente queda insatisfecho. Si los resultados están a
la
altura de las expectativas, el cliente queda satisfecho. Si los
resultados
superan las expectativas, el cliente queda muy satisfecho o encantado”.
En este sentido, el relacionista público también debe conocer y evaluar qué tan satisfechos se encuentran los
clientes con las actividades que organizan y la conducta de la empresa, a
través de sugerencias y reclamos por la web, el buzón de sugerencias, vía
telefónica, por correo electrónico, cartas o de manera personal. En el caso que
no exista un nivel mínimo de satisfacción, este profesional debe evaluar y
analizar los resultados y hacer un planeamiento estratégico para mejor la
imagen de la organización.
6. Resultados24
Los resultados de la investigación se han organizado en función de las hipótesis planteadas.
6.1.Influencia de la organización de sesiones de trabajo como técnica de Relaciones
Públicas en la imagen que tienen los clientes de una empresa
Se utilizó la organización de las sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas, como variable independiente y la imagen que tienen los clientes de una empresa, así como variable dependiente, a fin de demostrar que existe influencia entre ambas variables.
24 Mediante diferentes estadísticos
(Kolmogorov Smirnov, Kruskal Wallis y el estadístico T) se obtuvieron los
resultados. Se trabajó con el paquete estadístico IBM SPSS, versión 19.
Primero se efectuó un análisis exploratorio mediante un diagrama de dispersión para analizar el comportamiento
de los datos entre la variable independiente y dependiente. En el siguiente
gráfico (figura 8) se indica su respectivo comportamiento:
La
figura 8 sugiere un comportamiento lineal de los datos. Esta evidencia
orienta el estudio a un análisis de correlación lineal,
que requiere que las variables tengan distribución normal en la
población de
donde fueron extraídas. Para su demostración se utilizó el estadístico Zks
de Kolmogorov Smirnov, cuyos resultados se muestran en la siguiente tabla (figura 9):
Con
los resultados (figura 9) se concluyó que la organización de sesiones
de trabajo tiene distribución normal
en la población para niveles de significación inferiores al 53.1%.
Asimismo, la imagen que tienen los clientes de una empresa privada
también tiene una
distribución normal en la población para niveles de significación
inferiores al
68.5%. Por tanto, se concluyó que se cumple el requisito de normalidad
del
análisis de correlación.
Se planteó las siguientes hipótesis estadísticas para el análisis de la hipótesis principal:
•
H0:
La organización de sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas no influye en la imagen que tienen los
clientes de una empresa.
•
H1:
La organización de sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas influye en la imagen que tienen los
clientes de una empresa.
En relación con la variable independiente y dependiente, se utilizó un
5% de nivel de significación. Con
referencia a la aceptación o rechazo de alguna de las hipótesis
planteadas, se utilizó el estadístico T que tiene una distribución t de
Student con 198 grados
de libertad. Los resultados obtenidos se muestran en la siguiente tabla
(figura 10):
Con
estos resultados (figura 10) se rechazó la hipótesis nula para
cualquier nivel de significación, debido a
que la probabilidad asintótica es cero. Esto se confirma con el valor
que toma el estadístico T, cuyo cuantil es 53.41, que es mayor al valor
crítico de cola
derecha cuyo cuantil es 1.65. Por tanto, el cuantil del estadístico T
se ubica
en la región de rechazo. Por ende, se acepta como verdadera la
hipótesis
alternativa que sostiene como supuesto que la organización de sesiones
de
trabajo, como técnica de Relaciones Públicas, influye en la imagen que
tienen
los clientes de una empresa para cualquier nivel de significación que
se utilice.
6.2. Influencia de las dimensiones de la organización de sesiones de
trabajo como técnica de Relaciones Públicas en las dimensiones de la
imagen que tienen los
clientes de una empresa
En la siguiente tabla (figura 11) se exponen los resultados de las hipótesis específicas:
6.3. Análisis comparativo entre grupos
Se realizó un análisis comparativo entre el grupo
de control y el comportamiento del grupo experimental (definidos en “antes del
evento” y “después del evento”). Para ello, se plantearon las siguientes
hipótesis estadísticas:
•
H0:
No existe diferencia significativa entre la imagen que tienen los clientes de la empresa en el grupo de control y en
el grupo experimental definido entre el
“antes” y el “después” del evento.
•
H1:
Existe diferencia significativa entre la imagen que tienen los clientes de la empresa en el grupo de control y en
el grupo experimental definido entre el
“antes” y el “después” del evento.
Con
el objetivo de comparar al grupo experimental y al grupo control, se
fijó un 5% de nivel de significación, y para el contraste
de la hipótesis planteada se utilizó la prueba estadística basada en el
estadístico H de Kruskal Wallis, en la que se utilizó una aproximación
Chi
cuadrado. Los resultados se muestran en la siguiente tabla (figura 12):
Con los resultados (figura 12) se rechazó la hipótesis nula para cualquier nivel de significación que se fije.
Así, a un 2.5%, se rechaza la hipótesis nula. Por lo tanto, se acepta la
hipótesis alternativa que sostiene como supuesto que existe diferencia
significativa entre la imagen que tienen los clientes de la empresa en el grupo
de control y en el grupo experimental definido entre el antes y después del
evento. Se realizó un gráfico de barras de error (figura 13) para visualizar
esta diferencia significativa:
En la figura 13, los integrantes del grupo de control se formaron una imagen de la empresa en promedio con una
puntuación del 60.3; el grupo experimental tuvo una puntuación de 40.8 sobre la
imagen de la empresa y, después de la sesión de trabajo, obtuvo una puntuación
de 80.2.
La figura 14 permitió determinar que la valoración de los clientes en el grupo de control alcanzó un 33.24%; no obstante, la
variación porcentual en el grupo experimental fue de 11.72%. Esta variación
fortalece las actividades de las sesiones de trabajo debido a que este
incremento explica que se trabajó con un grupo que asignaba una valoración
relativamente baja a la imagen de la empresa; sin embargo, después del evento
esta imagen se vio incrementada desde un 22.52% hasta un 44.24%.
7. Conclusiones
Las sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas, pueden ser de mucha utilidad para las organizaciones porque les
permite acercarse y reunirse con sus clientes a los cuales se les ofrece un
ágape, además de comunicarles algo referente a sus productos, servicios,
actividades y conducta. Sin embargo, para garantizar el éxito y satisfacción de
los públicos en relación con los eventos, es necesario que sean organizados por
un relacionista público y no por cualquier integrante de la organización.
La presente investigación demostró que la organización de las sesiones de trabajo como técnica de Relaciones Públicas
influye en la imagen que tienen los clientes de una empresa. En este sentido,
de acuerdo a los resultados hallados, se afirma que existe un nivel de
correlación del 96.7% (figura 11) entre ambas variables. Esto demostraría que
cuando las sesiones de trabajo son planificadas y organizadas de manera
correcta por las empresas son de agrado de sus clientes, quienes se forman una
imagen positiva de la empresa. Sin embargo, sucedería todo lo contrario cuando
estas reuniones no son planificadas, ya que los públicos sienten que no son
valorados y respetados por la empresa. Entonces, a pesar de que los clientes
puedan tener una buena relación con la organización, esto ocasionaría que se
formen una imagen negativa.
En este sentido, la imagen es una
sumatoria de imágenes parciales y temporales. Es posible modificar las
actitudes de los públicos sobre la base de la conducta que muestren, es decir,
conociendo cuál es la imagen que tienen de la empresa. Es importante mencionar
que si la imagen es positiva, como en este caso, se debe trabajar también los
otros aspectos que la conforman con la finalidad de mantenerla, ya que las
sesiones de trabajo constituyen solo uno de los aspectos que influyen en la
imagen total de la organización y no son determinantes en la formación de la
misma.
Considerándose
las dimensiones de la variable independiente y dependiente, se demostró
que existe un nivel de correlación del
18.9% entre la realización de sesiones de trabajo (como técnica de
Relaciones
Públicas) y el elemento componente cognitivo de la imagen-actitud que
tienen los clientes de una empresa. Entonces, esta correlación se
debería a que los
clientes no conocen o no necesariamente deberían de conocer cómo es que
se
realizan las sesiones de trabajo y cuáles son los criterios tomados en
cuenta
por el relacionista público. Esto demostraría que los clientes solo
consideran
a la empresa tal como es, sin relacionarla con la sesión de trabajo a
la que
han asistido. No obstante, el que sepan o no cómo se planifica y
realiza la
sesión de trabajo no impide que se compruebe la hipótesis general.
Del mismo modo, entre la realización de sesiones de trabajo (como
técnica de Relaciones Públicas) y el
elemento componente emocional de la imagen-actitud, existe un nivel de
correlación del 20.4%; se podría pensar que para los clientes no es
importante
cómo se realizan las sesiones de trabajo, en comparación con los
sentimientos
que tienen sobre la empresa. Esto se demuestra con el resultado
obtenido.
Asimismo, se comprobó que existe un nivel de correlación del 20.3%
entre la realización de sesiones de trabajo (como técnica
de Relaciones Públicas) y el elemento componente conductual de la
imagen-actitud. En tal sentido, se determina que para los clientes
tampoco es
relevante cómo se realizan las sesiones de trabajo en relación con la
conducta de la empresa. Esto no implica que no evalúen el
comportamiento final de la
empresa. Los clientes tienen una imagen general de la empresa (que
puede ser positiva o negativa) y a su vez existen factores como las
sesiones de trabajo, que pueden favorecer a que esta imagen general se
mantenga o por el contrario
se vea disminuida. De tal manera que los públicos se forman una imagen
parcial (en relación con su participación al evento) que se complementa
a la imagen
general que tienen de la empresa. La razón es que las sesiones son una
de las tantas técnicas de Relaciones Públicas o uno de los diversos
aspectos que conforman la imagen. Dicho así, tal sería la razón por la
que existe influencia
entre las variables.
Lo
mismo sucede con la evaluación general de la realización de sesiones de
trabajo (como técnica de Relaciones Públicas) porque tiene un nivel de
correlación del 77.9% con el elemento componente emocional de la
imagen-actitud. En tal sentido, los sentimientos se volverían más
fuertes y
estrechos entre la empresa y sus clientes luego de que estos hayan
asistido a las reuniones de trabajo y las hayan considerado agradables.
De igual manera, la evaluación general de la realización de sesiones de
trabajo tiene un nivel
de correlación del 88.8% en el elemento componente conductual de la
imagen-actitud que tienen los clientes de una empresa. Esto
significaría que el
comportamiento que refleja la empresa en sus clientes es importante y
es el
resultado de la aceptación que los públicos han tenido luego de haber
participado y aprobado las sesiones de trabajo como uno de los aspectos
que
pasan a formar parte de la imagen que se tiene de la organización.
Finalmente, existe un nivel de correlación del 82.7% entre la evaluación
general de la realización de sesiones de trabajo (como técnica de Relaciones
Públicas) y la satisfacción en general que tienen los clientes de una empresa
(dimensión creada). Este criterio es muy importante para la investigación,
porque demostraría que la valoración de los clientes en relación con la
realización de sesiones de trabajo permite que ellos tengan una satisfacción en
general de la empresa y, sobre todo, porque determinaría cuál es la imagen que
se forman los clientes como resultado de su participación en dicha reunión. Sin
embargo, es preciso mencionar que de una sesión de trabajo no va a depender
únicamente la satisfacción general que se tenga de una empresa.
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