El contenido generado por el usuario y su impacto en la labor periodística
Esther Bueno Olivera
ebuenoo@usmp.pe
https://orcid.org/0000-0002-2875-1821
Universidad de San Martín de Porres (Perú)
Recibido: 17/01/2020
Aceptado: 30/05/2020
Publicado: 26/06/2020
Para citar este artículo
Bueno Olivera, E. (2020). El contenido generado por el usuario y su impacto en la labor periodística. Correspondencias & Análisis, (11). https://doi.org/10.24265/cian.2020.n11.06
Resumen
El presente artículo explora la interacción de los usuarios con los
medios de comunicación y cómo las herramientas tecnológicas han permitido
que los usuarios fácilmente generen información en grandes volúmenes para
los medios, conocido como “contenido generado por el usuario” (CGU). Los
dispositivos móviles indudablemente representan una poderosa herramienta
para que los usuarios informen a los medios de comunicación a través de
mensajes, fotografías y videos. Sin embargo, existen usuarios que deliberadamente crean información falsa, conocida como “fake news”, la cual es rápidamente esparcida a través de las redes sociales. A menudo, este tipo de
información es captada por los periodistas, quienes tienen la labor de verificar
la veracidad de las noticias antes de su publicación.
Palabras clave: Usuarios, Medios de comunicación, Contenido generado por
el usuario, Fake news, Redes sociales.
Abstract
The following article explores users’ interaction with the media and
how technological tools have allowed users to easily generate information in
great volumes for the media, known as User-Generated Content (UGC). Mobile devices have undoubtedly become a powerful tool to report to the media
through messages, pictures and videos. However, there are some users who deliberately create false information, known as “fake news”, which rapidly
spreads through social networks. Quite often, journalists pick up this information and their job is to verify its veracity before publishing.
Keyword: Users, Media, User-generated content, Fake news, Social
network.
1. Introducción
Los medios de comunicación, en sus diversos formatos, siempre han tenido interacción con sus usuarios. En tiempos modernos, dicha interacción
se ha vuelto más relevante debido a los avances tecnológicos y a las herramientas virtuales como las redes sociales, las cuales permiten la rápida difusión de la información. Es a través de las redes sociales (Facebook, Twitter,
YouTube, LinkedIn, etc.) que los usuarios crean y comparten información,
la cual muchas veces representa material periodístico. A esta información,
creada y diseminada por los usuarios, se le conoce como “contenido generado
por el usuario” (CGU), el cual información valiosa a los medios de comunicación, representando (en algunas ocasiones) la primera fuente de información.
A partir del surgimiento de la Web 2.0, las redes sociales han alcanzado un
alto nivel de popularidad, dado que brindan herramientas interactivas, caracterizadas por ser más horizontales, recíprocas, ágiles y accesibles. De esta
manera, los usuarios dejan de ser simplemente receptores de información y
se vuelven contribuidores de información relevante para los medios de comunicación. Asimismo, las redes sociales se han convertido en un medio para
que los usuarios compartan información a los medios de comunicación, los
cuales a su vez utilizan esta información como parte de su labor periodística.
De esta manera, el CGU se desplaza entre los sectores formales e informales
del ámbito comunicativo.
Mientras que el CGU realiza una contribución valiosa a los medios de comunicación, existen también usuarios que tienen como objetivo desinformar,
presentando información falsa (“fake news”). Esta información se comparte
en las redes sociales y tiene un alto nivel de viralización, debido a su carácter
sensacionalista e imitación del formato de redacción periodística. Ante esta
crisis de veracidad informativa dentro de las redes sociales, resulta importante el rol de los medios de comunicación, que deben verificar la información antes de ser publicada.
Sin embargo, debido a diversos factores (sobre todo, la premura de presentar
la información), los periodistas omiten los pasos necesarios de contraste y
verificación. Así, la aparición de noticias falsas (publicadas por los medios
de comunicación) representa un mal periodismo, pero no califica como fake
news, ya que no tiene una intencionalidad desinformativa.
2. La interacción del usuario con los medios a través del tiempo
Los usuarios han interactuado con los medios de comunicación a lo largo
de la historia. Dicha interacción, no obstante, ha cambiado debido a los
avances tecnológicos reflejados en la Internet, los dispositivos móviles y
las redes sociales, generándose así una interacción más rápida, económica
y de mayor alcance. De esta manera, el usuario pasa de ser solamente “receptor” de información a ser “contribuidor” de información para los medios
de comunicación.
2.1. Cartas al editor
Estas representan una de las formas más antiguas de interacción entre los
usuarios y los medios comunicativos. Según Lobato et al. (2011), los Journal
des scavans y el Philosophical Transactions of the Royal Society, fundados
en 1665, son algunos de los ejemplos más antiguos de lo que hoy se conoce
como CGU. Los artículos que se publicaron en esas revistas tomaban la forma
de cartas que anunciaban un descubrimiento o alguna observación científica.
Aunque estas revistas son ejemplos de CGU de carácter científico, los procesos de intercambio de información académica existían desde mucho antes,
cuando los científicos se comunicaban a través de correspondencia privada.
Obviamente, la publicación de estas cartas en una revista era una forma más
eficiente de propagar las noticias científicas, pero no fue el invento de una
nueva forma de comunicación, sino más bien la evolución de una forma más
antigua de creación de contenido que no era tan organizada (Lobato et al.,
2011, p. 889).
Entre otros ejemplos tenemos las cartas enviadas al editor que los periódicos y
revistas comenzaron a publicar desde el siglo XVIII. En la Inglaterra de aquel
entonces, los diarios incluían un espacio en blanco al final de la tercera página,
cuyo fin era permitir a los lectores escribir un comentario, doblar la página y
enviarla a familiares y amigos como si fuese una carta común (p. 900).
Para Velázquez-Jones (1984), las cartas al editor tienen muchos usos: opinar
sobre aspectos editoriales de la revista, información o investigación publicada; discutir los resultados de un estudio o compararlos a los de otro estudio
semejante; comunicar un hallazgo anteriormente no descrito (pp. 186-187).
Las cartas al editor son registradas en los índices bibliográficos de las revistas y pueden servir como referencias bibliográficas (ver Figura 1). Para la
revista, el número de cartas al editor es un índice del número de veces que
es leída la revista.
Figura 1
Ejemplo de carta al editor
Nota: Portal de The Mining Journal (18/V/2017).
2.2. Llamadas telefónicas a programas radiales y televisivos
Posteriormente, con la aparición de la radio y la televisión, los usuarios podían comunicarse con los medios informativos de manera más rápida y directa, aunque no necesariamente más económica. En este formato, los usuarios
son invitados al aire para hacer preguntas o comentarios por teléfono en relación a un tema en debate. En el Perú, Ricardo Belmont Cassinelli dirigió
programas radiales en vivo desde la década de 1970 a través de su propia
radio, RBC. Los programas “La voz del Pueblo” y posteriormente “Habla el
Pueblo” (ver Figura 2) permitieron un diálogo entre el locutor y el público.
Figura 2
Ricardo Belmont Cassinelli recibiendo llamadas
del público en su programa radial
Nota: Emisión del programa “Habla el Pueblo” (RBC, 17/II/2016).
3. Las plataformas virtuales en la generación y difusión de CGU
Los avances tecnológicos y el boom de las plataformas virtuales en el campo
de las comunicaciones han revolucionado la interacción de los usuarios con
los medios de comunicación, siendo sus rasgos principales la velocidad, la
economía, y el alcance de dicha interacción en el ámbito virtual. De esta
manera, las plataformas sociales tales como Facebook, LinkedIn, Pinterest,
Instagram, Twitter y YouTube juegan un papel importante en proveer información, pero a la vez sirven como un espacio virtual para que el público interactúe, dando su opinión o generando contenido (Chan, 2014, p. 79).
Según el Pew Research Center (citado en Chan, 2014, p. 81), la proporción
de los usuarios de redes sociales que confía en Facebook y Twitter como su
fuente principal de noticias creció de 52% a 63% en el caso de Facebook, y
de 47% a 63% para Twitter entre el 2013 y 2015 (p. 81). Asimismo, Tolmie
et al. (2017) expresan que estas tendencias son controversiales, dada la preocupación que aún existe en cuanto a la confiabilidad, pues existen muchos
ejemplos de información incorrecta que ha sido compartida indiscriminadamente, ocasionando riesgos a la seguridad pública, acoso y violaciones, tanto
de la ley como de las políticas de uso de las plataformas de redes sociales (pp. 10-11).
A continuación, se describe cómo las redes sociales más utilizadas contribuyen a la creación y difusión de noticias.
3.1. Facebook
Creada por Mark Zuckerberg en febrero del 2004, Facebook se ha configurado en un mecanismo altamente efectivo para difundir material informativo,
ya que permite a los usuarios interactuar con muchas opciones al momento
de compartir información. Por ejemplo, se pueden etiquetar a otras personas,
crear eventos, expresar emociones y dejar comentarios. Bruns & Bahnisch
(2009) indican que Facebook se ha convertido en una parte esencial de la
vida de sus usuarios. Más del 70% de los adultos que interactúan en las plataformas sociales utilizan Facebook como su fuente principal para obtener la información más actualizada según el Pew Research Center (citado en
Chan, 2014, pp. 2-4).
Figura 3
Muro de publicaciones del diario El Comercio
Nota: Cuenta oficial de Facebook del diario El Comercio (3/IV/2019).
En Facebook, cada perfil o página tiene un “muro”, donde se pueden publicar mensajes y publicaciones que son visibles para otros usuarios (ver Figura 3). Tales publicaciones pueden ser compartidas y reeditadas, lo cual genera un alto nivel de viralización (Bruns & Bahnisch, 2009, pp. 275-284).
3.2. YouTube
A diferencia de Facebook, YouTube es una plataforma creada principalmente para la transmisión de videos. Diseñada por Chad Hurley, Steve Chen y
Jawed Karim en 2005, es uno de los sitios electrónicos más visitado desde
la década pasada (Bruns & Bahnisch, 2009, p. 278), volviéndose una plataforma de creación y difusión de contenido, el cual puede ser fácilmente
compartido (a través de links) en otras redes sociales, contribuyendo así a la
veloz viralización de información.
Figura 4
Canal de videos del diario El Comercio
Nota: Cuenta oficial de YouTube del diario El Comercio (5/IV/2019).
Asimismo, YouTube ofrece links a “videos relacionados”, lo cual incrementa el uso de esta plataforma, agregándole las características de dejar comentarios, crear un canal y seguir otros canales (ver Figura 4). Por otro lado, YouTube ha reducido tremendamente los costos de distribución para el cibernauta y, como consecuencia, la información en líneas resulta ser de fácil acceso para los que navegan el ciberespacio (Chan, 2014, p. 79).
3.3. LinkedIn
Introducido en mayo del 2003, LinkedIn es una red social orientada a establecer, renovar y extender redes de contactos, dentro del plano laboral y de
los negocios. Además, permite a los usuarios reconectarse con ex colegas,
compañeros de clase de la escuela, empleos pasados y, a la vez, permite extender las conexiones dando acceso a las redes de otros usuarios vinculados. A la fecha cuenta con más de 575 millones de usuarios de 200 países
(Aguado, 2015, p. 12).
Los medios informativos y profesionales del periodismo también hacen uso de
esta plataforma, debido a que sus herramientas también permiten la creación y
difusión de información (ver Figura 5). Esta plataforma permite a los periodistas buscar información sobre empresas y profesionales (particularmente de los
altos niveles ejecutivos), de quienes se puede obtener información de primera
mano. En ese sentido, se han creado aplicativos como LinkedIn Skill (para
identificar información que se convierte en tendencia) y LinkedIn Today, para
ofrecer noticias sobre temas más específicos (Aguado, 2015, pp. 13-16).
LinkedIn no tiene el mismo nivel de alcance que las otras plataformas (en cuanto
a la viralización de noticias). En todo caso, se ha convertido en un medio donde
la información (en este caso, de carácter más específico) es creada y difundida.
Figura 5
Perfil corporativo de ATV
Nota: Cuenta oficial de LinkedIn de ATV (13/IV/2019).
3.4. Twitter
Fundada en 2006 por Jack Dorsey, Evan Williams y Biz Stone, Twitter es
una aplicación de estilo microblogging, donde las publicaciones alcanzan,
en la actualidad, 280 caracteres. Un usuario puede seguir a otros sin necesidad de reciprocidad y las publicaciones pueden ser replicadas por otros.
Asimismo, pueden ser comentadas y etiquetadas con hashtags. Hernández
(2016) afirma que Twitter ha revolucionado la labor periodística debido a su
gran alcance y participación de usuarios: desde gente común hasta celebridades y políticos. De esta manera, se ha creado un ambiente donde prima el
compartir información, de manera breve, ubicua y selectiva. La opción de
retweet (replicación) hace la viralización del contenido un factor importante
en esta plataforma (Hernández, 2016, p. 1067).
Figura 6
Tweets del diario El Comercio
Nota: Cuenta oficial de Twitter del diario El Comercio (13/IV/2019).
Muchos medios comunicativos, como revistas, periódicos y programas televisivos, se han dado cuenta del potencial comunicador de Twitter y han creado sus propias cuentas (ver Figura 6). Dado lo anterior, se requiere contar con un equipo de redactores que publiquen y actualicen la información de manera continua, gestionándose así la conversación que toma lugar cuando los usuarios interactúan. Así se logra promocionar y fidelizar a la audiencia (Salazar, 2013, p. 49).
3.5. WhatsApp
Fundado por Jan Koum y Brian Acton, WhatsApp es una aplicación móvil de
mensajería instantánea que permite hacer llamadas y enviar mensajes usando smartphones en todo el mundo. En 2014, Facebook adquirió WhatsApp,
pero se sigue usando como una aplicación independiente, donde también se
pueden compartir fotos, videos, documentos, ubicación y mensajes de voz
de manera segura, gracias a la encriptación de sus mensajes. A la fecha, la
aplicación cuenta con más de un millón de usuarios en más de 180 países,
y existe también una versión para ordenadores personales (Khruana et al.,
2019, p. 948).
Figura 7
Anuncio web de ATV para recepción de reportes y denuncias
Nota: Portal electrónico de ATV (22/VII/2015).
La popularidad de WhatsApp se extiende también al ámbito periodístico, dado que muchos medios comunicativos hacen uso de esta aplicación para animar a que los ciudadanos informen sobre acontecimientos (ver Figura 7) que puedan tener valor informativo (Kelion, 2017).
4. Desplazamiento del GCU entre el sector formal e informal de los medios de comunicación
El CGU se desplaza entre la formalidad y la informalidad de los medios de
comunicación a través del tiempo y en diferentes plataformas: desde blogs de política hasta fansubbing (traducciones realizadas por los fans de un programa o comic). Lobato et al. (2011) definen los sistemas de comunicación
informal como aquellos que quedan total o parcialmente fuera de la esfera de
las políticas, normas y regulaciones estatales.
Figura 8
Fotografía familiar y formalidad a través del tiempo
Nota: Lobato et al. (2011).
Estos sistemas de comunicación constituyen una amplia gama de actividades de producción tales como piratería de CD, juegos, videos caseros, entre otros. Lobato et al. (2011) afirman que el GCU se puede evidenciar en
dichos sistemas informales, así como también en los sistemas formales de
comunicación (canales de televisión, periódicos, noticieros, entre otros).
Por ende, no se puede asociar al GCU tan solo con el sector informal, ya
que este se desplaza a lo largo de ambos sectores a lo largo del tiempo (p. 906).
En la Figura 8 podemos ver cómo la fotografía doméstica no ha permanecido
estática en un solo sector a lo largo del tiempo. Comenzó en el sector formal
para luego pasar al informal y posteriormente volver a la formalidad. Lo que
en un principio era una foto de estudio, ocasional y cara, se convirtió (gracias
a los avances tecnológicos) en una actividad diaria, común y global. Algunas
plataformas sociales, como Flickr y Picasa, hacen que las fotografías tengan
un valor de expresión más privado, donde el uso no autorizado de las fotos en dichas plataformas ha conllevado a disputas legales (Lobato et al., 2011, p. 907).
El mismo fenómeno se puede evidenciar con otras plataformas de redes sociales tales como Facebook, la cual comenzó como una herramienta para que
los estudiantes universitarios en los Estados Unidos se mantuviesen comunicados a ser usada por diversos tipos de negocios para ofrecer sus bienes y
servicios. El mismo efecto se puede observar en YouTube, que permitió inicialmente la publicación de videos caseros, para luego permitir la exhibición
de videos más elaborados y llegar al sector formal, donde muchos canales de
televisión tienen una cuenta en YouTube para la publicación de noticias, incluso muchas veces en vivo. Es así como el CGU se desplaza constantemente
entre los sectores formales e informales del ámbito comunicativo.
5. El rol la participación ciudadana como provisión de información a los medios actuales
5.1. Definición de red social
No existe una definición universalmente aceptada para el término “red social”. Bruns & Bahnisch (2009) lo definen como sitios web construidos en
base de tecnologías Web 2.0 que proveen espacio para interacción social, la
formación de una comunidad, y poder desarrollar proyectos colaborativos.
La definición anterior abarca los objetivos específicos que ofrecen las redes
sociales: desde la gestión del conocimiento (como es el caso de Wikipedia)
hasta el hecho de compartir diversos tipos de información (Flickr, YouTube,
TripAdvisor).
Es así que en las redes sociales se vuelven fundamentales en dos aspectos:
comunidad y colaboración (Bruns & Bahnisch, 2009, pp. 276-278). Estas dos
dimensiones cobran mayor relevancia en la Web 2.0, cuyas funcionalidades
y características facilitan la creación de contenido por parte de los usuarios,
algo que no sucedía con la Web 1.0, donde los usuarios tenían un papel más
pasivo y la creación de contenido era escasa (Moya, 2015, p. 3).
Cabe recordar que en la Web 1.0 se producía el contenido sólo para su consumo, con poca (o ninguna) oportunidad por parte del usuario para participar.
Es con la creación de la Web 2.0 que surgen las redes sociales y la participación del ciudadano en el periodismo se ha vuelto fundamental a principios del
siglo XXI. Las redes sociales han hecho que la comunicación entre usuarios
y medios no solo sea más rápida, sino también más horizontal y recíproca,
dejando los usuarios de ser simplemente receptores de información (Moya, 2015, p. 3).
5.2. El contenido generado por el usuario y las redes sociales
El contenido generado por el usuario (CGU) constituye todo material creado
y subido a la red por personas que no son profesionales de los medios comunicativos. El CGU es un aporte para la libertad de expresión cuyo contenido
forma parte de la agenda pública (Rubleski, 2009, pp.13-14).
A pesar de ser de calidad inferior (en la mayoría de las ocasiones) a lo producido por un profesional de comunicación, el contenido generado por el
usuario en las redes sociales representa un aporte importante en el trabajo
periodístico. Los primeros testigos de los acontecimientos (especialmente de
los que suceden sin previo aviso) son los ciudadanos, los cuales representan
una de las principales fuentes de información. Esta interacción entre los ciudadanos y periodistas siempre ha existido, pero con los avances actuales de
la tecnología y los dispositivos móviles, los usuarios proveen material visual
(fotografías y videos) de primera mano, siendo muy valiosos para los periodistas, aunque no tengan la calidad requerida en los medios de comunicación,
ya que a veces representan el único material disponible del acontecimiento.
Sin embargo, esta información proporcionada por el usuario presenta desafíos
a los periodistas, debido a que no es siempre confiable, lo que hace imprescindible que sea verificada antes de ser publicada. Muchas veces, por la presión
que existe en presentar los reportajes en el momento en que ocurren los hechos, los periodistas omiten esta etapa de corroboración, reportando información falsa que luego debe ser corregida, originando la falta de credibilidad de
los usuarios a los medios de comunicación (Tolmie et al., 2017, p. 3).
Los contenidos generados por el usuario se han incrementado y en nuestros
días podemos hablar de noticias de las redes sociales y de periodismo del
ciudadano. Todas estas nuevas modalidades han generado un cambio en la forma en que la información es obtenida, analizada, presentada y difundida
en línea o en los noticieros tradicionales. Por lo tanto, existe una convergencia
entre las redes sociales y los medios de difusión en las salas de redacciones.
Así, la integración de CGU al ámbito periodístico ha sido clave en la rutina de
la redacción, especialmente cuando los gobiernos imponen restricciones a la
información y también cuando los eventos surgen de una manera muy rápida
y el periodista no llega al lugar de los hechos a tiempo.
6. Propagación de información falsa a través de las plataformas virtuales
6.1. Información falsa o “fake news”
Este término parece utilizarse para hacer referencia a todo lo que no es cierto. Incluso aplica en contextos que no tienen relación con el ámbito de los
medios comunicativos. Para Egelhofer & Lecheler (2019), los “fake news”
contienen información falsa, que trasciende errores de comunicación o mala
praxis al reunir tres características esenciales: a) tiene poca factibilidad, b) es
fabricada con la intención de engañar y c) posee un formato periodístico. En
cuanto a este último tercer punto, se ha observado su propagación en sitios
web orientados especialmente para la diseminación de noticias falsas. Dichos
sitios web simulan el formato periodístico de un medio de comunicación confiable (p. 99).
Se recalca, entonces, que la creación de fake news debe ser deliberada e intencional. El resultado es que la falsedad se vuelva viral. Muchos usuarios de
las redes sociales no se toman el trabajo de verificar que las fuentes provengan de fuentes reputadas, conocidas o de confianza. Al creer que las noticias
son verdaderas, dichos usuarios simple e ingenuamente comparten los fake
news, contribuyendo a su viralización. Por ende, es importante distinguir dos
procesos muy diferentes: la creación de los fake news tiene intención, mientras que la propagación o viralización puede no tener intención (Egelhofer & Lecheler, 2019, p. 100).
Otra diferencia que se debe mencionar es que los fake news no se puede
confundir simplemente con “mal periodismo”. Los periodistas pueden cometer errores al momento de comunicar las noticias por distintos motivos
(factor tiempo, error editorial, falta de verificación, entre otros). Sin embargo, tiene que existir un factor de intencionalidad claro para construir
un bulo noticioso. En otras palabras, el periodista tendría que intencionalmente incluir información falsa con el objetivo de engañar (Egelhofer &
Lecheler, 2019, p. 101).
Figura 9
Información falsa acerca de medio pasaje
para los venezolanos
Nota: Cuenta oficial de Facebook de
“El Perú primero” (16/V/2019).
Los fake news son generalmente más cortos que el cuerpo textual de una noticia genuina: el lenguaje suele ser más sencillo, personal y subjetivo. Asimismo, los títulos suelen ser más largos y sensacionalistas. Los fake news han sido más prominentes en el ámbito político, donde se fabrican falsedades sobre partidos y figuras políticas con el objetivo de dañar la imagen de los rivales, así como de situaciones cotidianas, como el pago de medio pasaje en el transporte público en Lima otorgado aparentemente a los ciudadanos venezolanos (ver Figura 9). Las investigaciones sugieren que los fake news traen, como consecuencia, un decrecimiento de los niveles de confianza en los medios de comunicación y sesgos en la opinión pública (Egelhofer & Lecheler, 2019, p. 102).
6.2. El factor confianza
La interacción social que se da en una plataforma social facilita el flujo compartido de información y conocimiento (Chiu et al., 2006, p. 1872). De esta
manera, los usuarios intercambian fotos, conocimientos, sentimientos personales y reciben respuestas y comentarios. Toda esta interacción se da bajo
un contexto de confianza interpersonal en la plataforma donde los usuarios
participan (Hung et al., 2011, p. 79).
Para Chan (2014), la confianza (como concepto de investigación) se ha examinado en diversas disciplinas sociales, tales como la sociología, la psicología social, la antropología e incluso el e-commerce, el marketing y el
comportamiento organizacional. En este último sector, la confianza facilita la satisfacción del cliente, quienes desarrollan una lealtad por la marca
(Morgan & Hunt, 1994, p.20-24). La confianza también se expande al entorno a la Internet y, por consiguiente, a las plataformas sociales. Bajo este
contexto, la confianza se desarrolla dentro de una red, donde los actores
construyen una reputación que se vuelve importante para otros actores en la
red (Chan, 2014, pp. 80-81).
En la actualidad, podemos ver cómo las plataformas virtuales y el contenido
generado por los usuarios juegan un papel crucial en brindar información,
debido a que muchos usuarios confían en dichas plataformas. En ese sentido,
Chan (2014) demuestra que la confianza otorgada por los usuarios en una
plataforma social los impulsa a interactuar y a propagar la información en la
plataforma (p. 93). Este factor de confianza se extiende también a los periodistas, en cuanto se refiere al CGU. Los periodistas deben saber si determinados usuarios o situaciones pueden generar contenido informativo y útil en su
labor periodística.
6.3. La necesidad de la verificación por parte de los medios de comunicación.
Como se ha podido apreciar a lo largo de este artículo, el CGU en las plataformas de redes sociales posee ventajas y desventajas con respecto a la labor
periodística. Sin embargo, una de las labores periodísticas más importantes
no se deja de lado: la verificación de la información antes de ser publicada.
En tiempos de posverdad, se vuelve aún más indispensable que el periodista
constate que los hechos que pretende difundir sean verdaderos. Han surgido
iniciativas dentro de la propia web (ver Figura 10), creadas para identificar y
combatir la diseminación de fake news.
Figura 10
Página web dedicada a identificar bulos informativos
Nota: Portal electrónico de BULO (10/V/2019).
Para Tolmie et al. (2017), las plataformas sociales y el contenido generado
por los usuarios son características del trabajo periodístico que cada vez se
vuelven más importantes. Sin embargo, el reto que presenta dicho contenido
es paliar la carencia de confiabilidad, lo cual conlleva a tener que hacer las
verificaciones correspondientes antes de reportar las noticias. En su estudio,
Tolmie et al. (2017) mencionan el “proyecto Pheme”, un software que determina la veracidad de los contenidos en las plataformas sociales y ayuda al
periodista a medir el valor noticioso de un hecho que merezca ser publicado.
Por otro lado, “Vox Civitas” se diseñó para ayudar a los periodistas a ubicar
acontecimientos que constituyan noticias entre la amplia cantidad de contenido disponible en las plataformas virtuales. Estos programas son importantes
en la labor periodística dado que el UGC está evolucionando de manera rápida e involucra múltiples fuentes de reputación desconocida (p. 2).
Desde el lado de la informática, los periodistas utilizan diversas tecnologías.
Una de estas es el “Computer-assisted reporting” (CAR), utilizada desde la
década de 1950. Actualmente, el periodismo de datos (“Data journalism”)
analiza grandes volúmenes de información para presentarla en un formato comprensible al lector. Tolmie et al. (2017) subraya la eficacia de la herramienta “Signal”, que permite a los periodistas tener acceso a los eventos que
son tendencia en Facebook (pp. 2-3).
7. Conclusiones
El CGU no es un concepto nuevo, sino más bien ha ido evolucionando de la
mano con los medios de comunicación. El desarrollo de la tecnología informática, a través del Internet y las redes sociales, ha permitido que la interacción entre los medios comunicativos y sus usuarios sea mayor debido al bajo
costo, la rapidez y la facilidad para generar y compartir información en las
redes sociales.
En la actualidad, el CGU se constituye en un importante medio de obtención
de información para los programas periodísticos, debido principalmente a que
muchos acontecimientos no pueden ser inmediatamente cubiertos por los periodistas. Cuando los medios comunicativos utilizan la información brindada
por los usuarios, dicha información se desplaza del sector informal al sector
formal.
Al valorar el potencial comunicativo e informativo de las plataformas virtuales, los medios noticiosos tradicionales también hacen uso de dichas plataformas, tanto para difundir información como para obtener información por
parte de los usuarios. Sin embargo, existe el riesgo de que las noticias en las
plataformas virtuales sean intencionalmente falsas (fake news) con el propósito de desinformar e influir negativamente en la opinión pública. Aunque los
avances de la tecnología permiten a los periodistas obtener información de
diversas fuentes, es primordial que los profesionales verifiquen la veracidad
de los materiales que llegan a sus manos.
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