Características narrativas y
técnicas de reporteo de la crónica del nuevo periodismo Latinoamericano entre
los años 2000 y 2012, a partir del trabajo de destacados maestros de la
Fundación Gabo
Narrative characteristics and
reporting techniques of the chronicle of New Latin American Journalism between
2000 and 2012, based on the work of prominent teachers from the Fundación Gabo
Recibido: 22/11/2020
Aceptado: 09/08/2021
Publicado: 06/12/2021
Daniel Alejandro Robles Chian
u201310555@upc.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-4764-5135
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, Perú
Doi: https://doi.org/10.24265/cian.2021.n14.04
Cómo citar
Chian, D. A. (2021).
Características narrativas y técnicas de reporteo de la crónica del Nuevo
Periodismo Latinoamericano entre los años 2000 y 2012, a partir del trabajo de
destacados maestros de la Fundación Gabo. Correspondencias & Análisis,
(14), 79-102. https://doi.org/10.24265/cian.2021.n14.04
Así
como la corriente periodística, denominada Nuevo periodismo, nacida
en los Estados Unidos, en América Latina distintos periodistas y escritores utilizaron herramientas de géneros literarios para escribir crónica,
manteniendo los principios y prácticas propias del periodismo, lo que se llama Nuevo periodismo latinoamericano. Este estudio
tiene como objetivo
identificar y describir
características narrativas y técnicas de reporteo de determinadas crónicas
del Nuevo periodismo latinoamericano entre los
años 2000 y 2012, a partir del trabajo de destacados
maestros de la Fundación Gabo. Es una investigación aplicada con enfoque cualitativo, de nivel descriptivo.
El diseño es no experimental. La
muestra no aleatoria está conformada
por 10 crónicas que cumplen con cuatro requisitos: tienen una extensión de 2500 palabras o más; describen una
persona, conjunto de personas o lugar; describen
un aspecto extraordinario de un personaje
ordinario o un aspecto
ordinario de un personaje famoso;
y describen una realidad particular que permite comprender una realidad universal.
Abstract
Similar to the journalism movement
called «New Journalism» that was born in the United States, different
journalists and writers in Latin America used literary genres tools to write non-fiction texts, maintaining the principles and practices of journalism.
This movement was called «New Latin American Journalism». This study aims to identify and describe the narrative-characteristics and reporting-techniques of certain chronicles of New Latin American journalism between 2000 and 2012, based on the work
of prominent writers from the Gabo Foundation. It is an applied research with a qualitative approach on a descriptive
level. This study is non-experimental. The non-random
sample is made up of 10 chronicles that meet four requirements: they have a length of 2500 words or more,
describe a person, group of people or place,
describe an extraordinary situation of an ordinary person or an ordinary
behavior of a famous person, and
describe a particular reality that allows us to understand a universal
reality.
Keywords: New Latin American Journalism, non-fiction texts, journalism, literary journalism, Gabo Foundation.
Entre finales de la década de 1990 e
inicios de la década del 2000, la crónica periodística latinoamericana cobró un nivel de relevancia y difusión que no había tenido antes en el ámbito periodístico. El
surgimiento de instituciones, revistas, premios y talleres acerca de este género
periodístico literario es la mejor
evidencia del creciente interés de periodistas, editores y lectores. Así como la
corriente periodística Nuevo periodismo en los Estados Unidos, en América Latina distintos periodistas y escritores utilizaron herramientas de géneros
literarios para escribir crónica, manteniendo los principios y prácticas
propias del periodismo, lo que se denomina Nuevo periodismo latinoamericano
Durante este tiempo se fundaron
distintas revistas dedicadas a la publicación de crónica periodística en América Latina, como Etiqueta Negra, Soho, Gatopardo, Emeequis, Letras Libres, entre otras. Además,
surgieron premios y reconocimientos para los mejores trabajos de crónica,
como el Premio Nuevo Periodismo CEMEX + FNPI,
impulsado por la Fundación Gabo, que adicionalmente realizó seminarios, talleres y conferencias con la
participación de alrededor de 50 000 alumnos entre 1995 y 2015 (Bastenier, 2015). Esto fue una contribución para
conectar con los distintos cronistas de la región ya que «al mejorar
la práctica de la profesión, al crear las redes, al usar su poder de difusión,
la FNPI [Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano] tuvo una responsabilidad importante en el auge actual de la crónica»
(Caparrós, 2015, p. 479).
Precisamente, como señala Puerta (2019), la Fundación Gabo o «Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano le ha dado un impulso a la crónica … Le ha
conferido un estatus a un género que
había sido visto como menor, ha consolidado la figura del cronista y del maestro de cronistas» (p. 324).
A diferencia de otros géneros periodísticos, la crónica
del Nuevo periodismo tiene desde sus inicios un rol adicional al de informar
sobre lo acontecido. Además de dar cuenta de los hechos,
los cronistas buscan
interpretar la realidad
y ser traductores de los síntomas de una sociedad.
Darrigrandi (2013) enfatiza este punto, destacando el trabajo realizado por Julio Villanueva Chang, cronista y maestro de la Fundación Gabo:
La relevancia del análisis de la crónica en la actualidad se relaciona con este propósito de ser ‘traductores’ de lo que nos rodea. En tiempos de saturación de información, inmediatez y fake news, la crónica busca, mediante sus historias, dar explicación sobre realidades que no comprendemos o que ignoramos. Agrega Caparros (2012): «la crónica, en principio, también sirve para descentrar el foco periodístico. El periodismo de actualidad mira al poder … La crónica se rebela contra eso cuando intenta mostrar en, sus historias, las vidas de todos, de cualquiera» (p. 610).
Es así que, reconociendo el rol fundamental de la crónica para la sociedad, esta investigación pretende identificar características literarias y de reporteo utilizadas en las crónicas del Nuevo periodismo latinoamericano. Si bien, existen diversas investigaciones sobre rasgos literarios en específico, se persigue complementar el análisis con rasgos periodísticos mediante el análisis y la comparación de características de las obras de maestros de la Fundación Gabo.
La crónica latinoamericana presenta
distintas etapas en su desarrollo y se han realizado
numerosos estudios para trazar una línea genealógica (Darrigrandi, 2013; Diz y Darrigrandi, 2019; Ramos, 2021;
Rotker, 2005). Pero, primero es necesario comprender qué es crónica
en el ámbito periodístico. Vivaldi
(1987) la define como
Existen tres etapas de desarrollo de la
crónica que han recibido mayor atención por parte de la investigación: la crónica de Indias, la crónica modernista y la crónica
del Nuevo periodismo (Darrigrandi, 2013).
El periodo de los cronistas de Indias o
de la conquista corresponde al siglo XVI. En este periodo la crónica no guardó relación
con el oficio periodístico, sino que fue utilizado como un medio de afirmación por parte de los conquistadores.
La segunda etapa, crónica modernista, se
desarrolla a finales del siglo XIX, con Rubén
Darío y José Martí como principales exponentes, producto de sus textos en el diario La Nación (Argentina) y La
Opinión Nacional (Venezuela). Al respecto,
Rotker (2005, p. 113) plantea
que en la crónica modernista «prevalece el arte verbal en la transmisión de un mensaje referencial», pero no se deja de lado el rol de informar sobre lo actual o noticioso; mientras que Darrigrandi agrega que «debido a su función periodística, el archivo
de lo ‘poetizable’ aumentó en gran medida,
enriqueciendo de esta manera, las temáticas de los escritores del fin de siglo» (2013, p. 130).
La crónica modernista está
estrechamente relacionada con los grandes cambios de la sociedad latinoamericana de fines del siglo XIX: la
formación de la sociedad burguesa,
la integración nacional y sobre todo el crecimiento de las ciudades y lo urbano. Para Ramos (2021) la crónica modernista «sistemáticamente intenta re-narrativizar (unir el pasado con el presente) aquello que a
la vez postula como fragmentario, como lo nuevo de la ciudad
y del periódico» (p. 194).
Entre la etapa modernista y la del
Nuevo periodismo (tercera etapa de la crónica
y la que ha recibido
mayor interés por parte de la crítica)
aparecen cronistas destacados como Roberto Artl, Alfonsina
Storni, Salvador Novo, en las décadas de 1920 y 1930. A diferencia de los cronistas
modernistas, que sentían cierta
vacilación por los cambios de la modernidad (por ejemplo, Martí
describía una Nueva York ‘monstruosa’, mientras
que Gutiérrez Nájera
hablaba de frivolidad parisina presente en la ciudad de México), los cronistas
de estas décadas se sentían más identificados
con estos cambios
y participaban de esta nueva vida urbana
(Mahieux, 2011, p. 5).
Entre 1930 y 1970 se ubican a otros
autores con una producción notable, como Tomas
Eloy Martínez, Rodolfo Walsh, Gabriel García Márquez, Carlos Monsiváis, que son antecesores del Nuevo periodismo latinoamericano, pues empezaron a utilizar recursos de la literatura para escribir textos de no ficción (Darrigrandi, 2013, p. 124). Se suman
a ellos Guillermo
Thorndike y Elena Poniatowska.
El Nuevo periodismo, tercera etapa de la cónica, se inicia en los Estados Unidos (década de 1960) con Tom Wolfe como principal representante y difusor. En esta etapa, los textos periodísticos utilizaron herramientas de la literatura para contar historias. Wolfe (1998) plantea cuatro procedimientos utilizados para la escritura de textos de no ficción o crónicas: la construcción escena por escena; el uso de diálogos; el punto de vista en tercera persona (desde la mirada de un personaje); y el retrato detallado de las atmósferas. En esta etapa, las técnicas de la literatura son igual de relevantes que la información periodística para la construcción del texto. Según propone Wolfe (1998), «la unidad fundamental del trabajo ya no es el dato, la pieza de información, sino la escena».
Los autores más destacados de la tercera
etapa son Gay Talese, Truman Capote, Joan Didion
y Hunter Thompson. Sin embargo, algunos autores discrepan en el tiempo de inicio de esta etapa,
por ejemplo, para Monsiváis (2006) es una etiqueta inexacta,
pues antes de esta etapa otros autores ya habían «combinado técnicas
narrativas y la información periodística, como Jack
London (The People of the Abyss),
John Hershey (Hiroshima, 1945)» (p. 94).
Luego del Nuevo periodismo
norteamericano, difundido por Tom Wolfe, se encuentra
otra etapa de desarrollo de la crónica, que se sitúa en la década de 1990, también en Estados Unidos, denominada como el ‘nuevo’ Nuevo periodismo. Mientras que los autores
del Nuevo periodismo norteamericano experimentan con las técnicas
narrativas y literarias, este nuevo grupo de autores le da mayor
prioridad a innovar con las formas de
reportear y «sus innovaciones más significativas han conllevado experimentos con el reporteo, más que con
el lenguaje» (Boynton, 2015). Algunos ejemplos de este tipo de reporteo
los registra Boynton
(2015): «Ted Conover
trabajó como guardia
carcelario para Novato y vivió como un vagabundo para Rolling Nowhere ... Leon Dash siguió a los
personajes de Rosa Lee durante cinco años; Adrian LeBlanc reporteó para Random Family durante casi una década» (p. 17).
En América Latina, el Nuevo periodismo
cobró relevancia a finales de la década de
1990 y se consolidó en la década del 2000. Los cronistas de este movimiento heredaron las técnicas literarias del
Nuevo periodismo norteamericano. Bajo esa premisa, el cronista mexicano
Villoro define a la crónica
como un ornitorrinco de la prosa, pues hereda de la novela la
capacidad de narrar desde el mundo de los personajes; del cuento, el sentido dramático en espacio corto;
del teatro moderno,
la forma de montar los
diálogos; del ensayo, la posibilidad de argumentar y conectar saberes
dispersos; y del reportaje, los datos inmodificables (2006, pp. 21-22).
Sin embargo, el campo en el que los cronistas
del Nuevo periodismo latinoamericano continúan innovando es el reporteo; vale decir, en la manera
en que acceden a la información. Se identifican dos técnicas de
reporteo principales: la primera es
la dilatación del tiempo del
reporteo, que consiste en dedicar el mayor tiempo posible
a la investigación del tema,
personaje o lugar
sobre el que se escribe.
Siguiendo esa línea,
Salcedo afirma que «hay que estar en el lugar
de nuestra historia
tanto tiempo como sea posible para conocer mejor la realidad que vamos a
narrar» (como se citó en Guerriero,
2010). La segunda, es la inmersión,
que consiste en ser parte de los ambientes
cotidianos y personales del tema o persona sobre la que se escribe. Por ello, «la inmersión
de los escritores en los mundos que van a croniquear es determinante para reconocer la
comprensión que tienen de su tema» (Jaramillo,
2012, p.19). Con relación a las temáticas
de las crónicas, Villanueva menciona que
Además, las crónicas cuentan
una historia particular que permite comprender una realidad
universal, que atañe a un conjunto de personajes o a toda una sociedad. Lo que tiene relación con el simbolismo del
texto, que consiste en transmitir «¿qué hay
más allá de los hechos, qué subyace, qué significa la historia que su
observación le narra?» (Jaramillo,
2012, p. 26). En otras palabras, cómo la historia narrada refleja una temática o conflicto universal, una de
la que toda una sociedad puede sentirse parte.
De esta forma, la crónica del Nuevo periodismo latinoamericano traspasa el rol
netamente informativo y cumple un rol
de transmisor de conocimientos. El objetivo ya no es informar sobre lo más actual o lo más reciente, como
sucedía en la crónica modernista.
Como bien lo señala Darrigrandi, «en este sentido, se lee una afinidad con el oficio del historiador, del antropólogo o del sociólogo» (2013, p. 139).
En la presente investigación se atiende un problema práctico, por ende, es aplicada con enfoque cualitativo; utilizando la lógica inductiva, de lo particular a lo general. El nivel es
descriptivo, se analiza cada crónica y se señalan las características de los textos periodísticos. El diseño es no experimental, donde las variables
independientes
El universo lo constituyen las crónicas
publicadas entre el 2000 y 2012, escritas por
cronistas de la red de maestros de la Fundación Gabo, institución
representativa del Nuevo periodismo latinoamericano.
La técnica de investigación es el análisis de contenido, y el instrumento de recolección de datos es la matriz de análisis, que reúne una muestra de las crónicas periodísticas. La selección de los maestros más representativos en este universo fueron antalogados de acuerdo a las dos antologías de crónica latinoamericana actual: Antología de crónica latinoamericana actual (Darío Jaramillo) y Mejor que Ficción (Jorge Carrión). En este contexto, las crónicas que forman parte del universo son las escritas por los siguientes autores: Julio Villanueva Chang, Leila Guerriero, Alberto Salcedo Ramos, Juan Villoro, Martín Caparrós y Cristian Alarcón. Adicionalmente, se considera para esta investigación, a Juan Pablo Meneses, pues si bien no forma parte de la red de maestros, sí ha participado como relator en talleres de la Fundación Gabo y cumple con el criterio de ser antalogado en las dos obras.
La muestra no aleatoria de esta investigación está conformada por 10 crónicas
de los autores mencionados que cumplen con cuatro requisitos: (1) tienen
una extensión de 2500 palabras o más;
(2) describen una persona, conjunto de personas o lugar; (3) describen un aspecto extraordinario de un personaje ordinario o un aspecto ordinario de un personaje famoso; y (4) describen una realidad particular que permite comprender una realidad universal.
Estas
10 crónicas seleccionadas son Retrato de un perdedor, La eterna
parranda de Diomedes Díaz (Alberto Salcedo Ramos); Una granada para River Plate (Juan Pablo Meneses); La voz de los huesos, El gigante
que quiso ser grande (Leila Guerriero); El alcalde ciego, Gabriel García
Márquez va al dentista (Julio Villanueva Chang); Cosas que escuché en La Habana
(Juan Villoro); Un día en la vida de Pepita la Pistolera (Cristian Alarcón); Paraná (Martín Caparrós).
En la matriz de análisis (Tabla 1) se
detallan las características narrativas y técnicas
de reporteo de cada crónica. Cada característica es definida y comprende variables
que son descritas. Las dos primeras características corresponden el ámbito
narrativo, y para desarrollarlas, se toma como referencia dos características señaladas
por Mario Vargas Llosa en su obra Cartas
a un joven novelista: el punto de vista temporal y el punto de vista espacial (Vargas
Llosa, 1997).
Las tres técnicas de reporteo analizadas son la dilatación del tiempo para el reporteo, la inmersión y el elemento usado para mostrar el simbolismo del texto. Seleccionadas por ser tres técnicas desarrolladas y explicadas por maestros de la Fundación Gabo, como se mencionó en el marco teórico.
En la Tabla 2 se muestran las variables:
punto de vista temporal, punto de vista espacial,
dilatación del tiempo de reporteo, inmersión para reportear la crónica y elemento para mostrar el simbolismo del
texto; así como el número de crónicas en las que se presentan
estas variables.
Análisis de textos
En las Tablas 3, 4 y 5 se resume el análisis de tres textos Retrato de un perdedor de Alberto Salcedo Ramos, Gabriel García Márquez va al dentista de Julio Villanueva Chang y El gigante que quiso ser grande, de Leila Guerriero.
Se determinan las características narrativas y de reporteo
utilizadas en las crónicas del Nuevo periodismo latinoamericano, a partir del análisis de determinados trabajos
de maestros de la Fundación Gabo, entre los años 2000 y 2012. Se
identifican y describen indicadores y características de referencia utilizadas por ellos,
sin pretender abarcar todos los rasgos literarios y de
reporteo utilizados ni tampoco generalizar estos indicadores a todas las crónicas de este movimiento.
En las 10 crónicas se utiliza el tiempo
del narrador en presente o futuro, y el tiempo
de lo narrado en pasado. En ocho, de las diez crónicas, este punto de vista temporal
es complementado por un punto de vista en el que el tiempo del narrador y el
tiempo de lo narrado está en presente. Es decir, los maestros destacados de la Fundación Gabo construyen sus crónicas a
partir del uso de estos dos puntos de vista temporal.
Mediante el uso del tiempo de lo narrado
en pasado y del tiempo del narrador en presente
o futuro, los autores narran hechos sucedidos en el pasado que ayudan a comprender y entender el comportamiento de
un sujeto, de un colectivo o de los ciudadanos de un lugar.
Por ejemplo, en la crónica
El rastro de los huesos, se conoce en qué circunstancias los personajes
hicieron sus primeros trabajos con el Equipo
Argentino de Antropología Forense, además permite comprender sus
motivaciones y miedos. Por otro lado,
con el tiempo del narrador y de lo narrado en presente, el lector percibe que lo narrado ocurre a
medida que se lo relatan. Esto permite dotar
de intensidad e inmediatez al relato, lo que se identifica en la crónica
Una granada para River Plate, cuando el narrador cuenta en presente los
hechos de violencia en el Monumental de River Plate.
Wolfe (1973, citado en Jaramillo, 2012, p. 17) planteaba que el Nuevo periodismo (norteamericano) se servía de cuatro
procedimientos para construir las crónicas. En
los textos analizados, se identifica la presencia de tres de estos
procedimientos: escenas, diálogos
y retrato detallado
de atmosferas y situaciones. Estos tres procedimientos están presentes, tanto cuando el tiempo de lo narrado
está en presente como en pasado.
Respecto al punto de vista espacial, se identifica que en siete de las diez crónicas se utiliza el narrador personaje, mientras que en tres crónicas se usa el narrador exterior. Ambos tipos de narradores tiene relevancia en la construcción de las crónicas. No se identifica la presencia del punto de vista en tercera persona detallado por Wolfe (1998), que según él, es uno de los cuatro procedimientos fundamentales del Nuevo periodismo. Este punto de vista consiste en narrar «a través de los ojos de un personaje particular, para dar al lector la sensación de estar metido en la piel del personaje» (Wolfe, 1998). Es decir, que la historia se cuente desde el punto de vista de uno de los personajes que no sea el reportero.
En el punto de vista del narrador
personaje, presente en siete de las crónicas, los reporteros cobran protagonismo en la historia y forman parte de
las acciones que ocurren en la
crónica. Este tipo de narrador les permite, a los cronistas del Nuevo periodismo latinoamericano, indicar explícitamente al lector que estuvieron presentes
en los hechos contados y que las reflexiones transmitidas son a partir
de hechos que presenciaron, ya que expresan
en primera persona
sus emociones, dudas y pensamientos sobre lo narrado,
y también ser causantes de hechos que ocurren en la crónica.
Por ejemplo, en la crónica Gabo va al dentista la confianza que el
narrador personaje (Julio Villanueva
Chang) llega a tener con el doctor Gazabón genera que este le muestre una muela de García Márquez. Por otro lado, en
el texto Retrato de un Perdedor, el
narrador personaje (Salcedo
Ramos) refuta ciertas
afirmaciones del expúgil
Regino, lo que genera que este le explique un hecho muy personal: el fallecimiento de su padre
producto de su analfabetismo.
Sobre la dilatación del tiempo para el
reporteo de la crónica, en cuatro de las diez
crónicas el periodo fue de días y en cuatro de ellas de meses o años. En las crónicas donde los reporteros buscan
focalizar la atención y la historia en un evento en específico en la vida del personaje o del colectivo, la
dilatación es de días. Esto ocurre en crónicas como Un día en la vida de Pepita la Pistolera, en el que Alarcón (2012)
se enfoca en contar cómo se desenvuelve Margarita Di Tullio en una noche y madrugada de fiesta en uno de sus cabarets.
En cambio, cuando los cronistas no
construyen el relato alrededor de un evento en
específico, la dilatación se extiende por meses o años. Con ello, logran dos aspectos: primero, acceder a cambios y
continuidades en el comportamiento y personalidad
de los personajes, colectivos o lugares. Esto se observa en la crónica El
alcalde ciego, en la que Villanueva Chang visita a Apolinar Salcedo durante
su mandato y luego de haber sido
destituido. Por otro lado, la dilatación del tiempo les permite a los reporteros estar en contacto
con mayor cantidad
de personas relacionadas al protagonista o colectivo
protagonista; y visitar una mayor cantidad de lugares
vinculados a este individuo.
Respecto del proceso de investigación y
luego de escritura Guerriero (citado en Jaramillo,
2012) menciona: «conozco a otros cronistas que trabajan como yo. Que después de meses de reporteo, bajan las
persianas, desconectan el teléfono y se entumecen
sobre el teclado de un computador» (p. 20). Aquí, se observa que siete de las diez crónicas cuentan con los tres
niveles de inmersión; dos crónicas cuentan con
el nivel dos y tres, mientras que una cuenta con el nivel uno y tres. El hecho
de que siete de las diez crónicas analizadas tengan presente los tres niveles de inmersión,
así como que las diez crónicas tengan por lo menos dos niveles de inmersión presentes, muestra que la investigación
para una crónica del Nuevo periodismo latinoamericano
se basa en acceder a la información con distintos procedimientos, como entrevistas con el protagonista, con familiares, amigos
y adversarios, así como la visita a lugares cotidianos y personales del personaje.
De esta manera, logran una comprensión mayor del personaje o lugar, con acceso a potenciales escenas, detalles y fenómenos relacionados al protagonista o lugar. Villanueva (2012) agrega que «los desafíos de los nuevos cronistas son los mismos de siempre, pero con un acento en buscar nuevas formas de sumergirse en la vida de una comunidad» (p. 602). Por ejemplo, en la crónica La eterna parranda de Diomedes Díaz, el periodista conversó con veintiún personas relacionadas al protagonista, que le brindaron versiones coincidentes como contradictorias acerca de las causas de determinados comportamientos del cantante Diomedes Díaz. A partir de esta polifonía de voces y recolección de información, el cronista está más cerca de dar una versión reveladora del personaje.
En cuanto al simbolismo del texto, en cinco de las diez crónicas el elemento utilizado para mostrar el simbolismo es una acción en específico del personaje. A diferencia de los anteriores indicadores, no se observa una predominancia notoria de un elemento en específico, pues dos crónicas utilizan una característica física del personaje y otras dos crónicas usan un objeto presente en el relato. A partir del reporteo e investigación, los cronistas determinan qué elemento utilizar para plasmar el tópico universal detrás de la historia particular que están relatando, por lo que el elemento no depende únicamente de su elección sino del material que encuentren en el reporteo de la crónica. El elemento debe ser lo suficientemente potente para que la crónica cumpla la función de revelar y ‘traducir’ comportamientos de una sociedad, función que es planteada por Darrigrandi (2013), y no sea solo una historia especifica de un personaje o lugar.
La crónica del Nuevo periodismo
latinoamericano, al ser un género literario y
periodístico, utiliza rasgos propios de la literatura y mantiene las
practicas naturales del periodismo, como la inmersión para la
investigación y la veracidad. A diferencia de la crónica de anteriores periodos, como el modernismo, la
crónica del Nuevo periodismo
latinoamericano no solo busca informar, sino traducir e interpretar esa realidad que describe. Los cronistas de
este movimiento buscan que el contenido perdure en el tiempo y no sea efímero
en el recuerdo de los lectores.
A partir del análisis se encuentran similitudes en las características literarias y de reporteo
usadas en las crónicas de este grupo de maestros de la Fundación Gabo. Por ejemplo, con respecto al punto de
vista temporal, construyen sus relatos a partir del tiempo del narrador y de lo narrado en presente; y el
tiempo del narrador en presente o
futuro y el tiempo de lo narrado en pasado. En cuanto al punto de vista espacial,
utilizan el narrador
personaje y el narrador exterior.
Por otro lado, en cuanto a la dilatación para el tiempo de reporteo, las crónicas tienen una dilatación de días cuando describen a un personaje en una situación específica, y de meses o años cuando buscan identificar cambios y continuidades en su forma de ser. En cuanto a la inmersión para el reporteo, la mayoría de las crónicas analizadas accede a los tres niveles de inmersión durante la investigación. De esta forma, encuentran distintas maneras de formar parte de la vida del sujeto o conjunto de sujetos que describen. Sobre el elemento para el simbolismo del texto, este varía de acuerdo a los datos y situaciones hallados y vividos en la investigación y, por ello, no se encuentra un elemento coincidente en todas las crónicas.
Finalmente, en investigaciones posteriores se pueden abordar temas relacionados que complementen el análisis presentado; por ejemplo, las características literarias y de reporteo identificadas en estas diez crónicas de maestros de la Fundación Gabo y su generalización con el resto de crónicas del Nuevo periodismo latinoamericano; o tal vez, encontrar rasgos narrativos y de reporteo que sean propios de un país latinoamericano. Es pertinente, también, explorar qué nuevos movimientos o corrientes de crónica periodística están surgiendo en la región y qué plataformas o formatos se utilizan. La profusión de investigaciones en temas como el presentado contribuyen al conocimiento de la crónica periodística en América Latina.
Conflicto de intereses
El autor de la presente investigación declara que no presenta conflicto de
intereses.
Responsabilidad ética y/o legal
En el desarrollo del artículo se ha tenido en cuenta las
directrices éticas y legales de la investigación científica, destacando la
originalidad y relevancia del tema publicado.
Contribución de autoría
Soy
el autor del artículo desarrollando cada etapa de la investigación.
Financiamiento
La
investigación se realizó con recursos propios del autor.
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