Stefanie Carlan da Silveira
Correspondencia: stefanie.silveira@ufsc.br
https://orcid.org/0000-0001-6767-6839
Universidade
Federal de Santa Catarina, Brasil
Douglas Barbosa
Gomes
https://orcid.org/0009-0006-5325-4217
Universidade
Federal de Santa Catarina, Brasil
DOI: https://doi.org/10.24265/cian.2024.n20.01
Recibido:
14/06/2024
Aceptado:
09/09/2024
Para citar este
artículo:
Silveira,
S. C. da, & Barbosa, D. (2024). Las repercusiones de la plataformización en
medios alternativos brasileños vistos a través del contenido generado por los
usuarios. Correspondencias & Análisis, (20), 13-52. https://doi.org/10.24265/cian.2024.n20.01
Resumen
El estudio aborda las repercusiones
de la plataformización en la producción y difusión de Contenido Generado por el
Usuario (CGU) en medios alternativos brasileños, así como su influencia en la
capacidad de alcanzar audiencias en este país. Se buscó comprender la presencia
creciente de CGU en plataformas de redes sociales que refleja oportunidades
expandidas de participación en línea, atrayendo a grupos históricamente
marginados y permite que los medios alternativos movilicen individuos y
compartan sus producciones. Se empleó la observación de múltiples casos y el
análisis de contenido centrado en las publicaciones de videos de CGU en las
cuentas de Instagram de dos medios alternativos brasileños, Jornalistas
Livres y Mídia NINJA. El
análisis se llevó a cabo en octubre de 2022, previo a la elección presidencial
brasileña. Los resultados revelaron una dependencia significativa de los medios
alternativos en el CGU, representando alrededor del 40 % de las publicaciones
analizadas. La intersección entre la plataforma y los medios alternativos
presenta desafíos y oportunidades; mientras amplía la visibilidad y el alcance,
también puede restringir la autonomía. En última instancia, este estudio
destaca cómo los medios periodísticos y alternativos reaccionan ante los
desafíos y las oportunidades asociadas con estas infraestructuras digitales.
Palabras
clave: participación; medios sociales; plataformización; Brasil; periodismo
Abstract
This study addresses the platform’s impact
on the production and dissemination
of User Generated Content
(UGC) in Brazilian alternative
media and its influence on
the ability to reach audiences in this country. It seeks to understand
the growing presence of UGC
on social media platforms that
reflects expanded opportunities for online participation,
attracting historically marginalised groups and allowing alternative media to mobilise individuals
and share their productions.
The observation of multiple
cases and content analysis is used, focusing
on the publications of UGC videos on the Instagram accounts of two Brazilian alternative media, Jornalistas Livres and Mídia NINJA. The study was conducted in October 2022, before the Brazilian presidential election. The results revealed a significant dependence on alternative media
in the UGC, representing around
40 % of the publications analysed.
The intersection between platforms and alternative media presents challenges and opportunities; while it expands visibility
and range, it can also restrict autonomy.
Ultimately, this study highlights how alternative journalism outlets react to the challenges and opportunities associated with these digital infrastructures.
Keywords:
participation; social media; platformization;
Brazil; journalism
Introducción
La popularización de los
dispositivos móviles e Internet, desde la década de 2010, junto con la
aparición de plataformas de medios sociales, ha proporcionado a los contenidos
producidos por los usuarios una visibilidad y una difusión hasta entonces
inéditas. La posibilidad de acceso masivo a los medios digitales ha afectado a
los soportes tecnológicos, ya que «cuando las herramientas de comunicación
están en nuevas manos, adquieren nuevas características» (Shirky,
2011, p. 37). El aumento de las capacidades participativas y productivas del
público en los medios de comunicación se produjo junto con los avances
tecnológicos que, a partir de flujos de información más dinámicos, brindaron
apoyo para tensar la centralización del poder de sujetos tradicionalmente
establecidos. Cremades (2009) señala que, mediante el subsidio tecnológico, los
individuos recuperaron partes de la cuota de autonomía e influencia que el
Estado y sus instituciones les habían arrebatado, expandiendo lo que el autor
destaca como micropoder.
Aunque no garantiza la voluntad de
participar ni la participación efectiva, la tecnología ofrece cada vez más
soportes complejos que, al ser apropiados, crean nuevas posibilidades para
satisfacer los deseos y las necesidades de los usuarios. La capacidad de las
personas para redefinir e implementar significados durante el uso de las
tecnologías genera impactos en la esfera social en la que están inmersos los
sujetos (Mackay & Gillespie, 1992). La creciente
presencia de tecnologías en la sociedad, en los últimos años, ha abarcado
diversas áreas, desde la comunicación, la educación, el trabajo, el
entretenimiento hasta las interacciones sociales. En este contexto, se observa
que el uso de dichos recursos tiene impacto en las relaciones, la participación
cívica, la formación de identidades y la dinámica social de manera amplia.
El uso social de las tecnologías
digitales tiene un efecto significativo en los flujos de intercambio de datos y
puede promover una cultura más participativa (Shirky,
2011). Con la disponibilidad generalizada de herramientas de comunicación y
compartición de información, las personas tienen la capacidad de interactuar y
colaborar de formas que eran impensables antes de las plataformas. Las
repercusiones de la cultura de la participación «fueron creados por ciudadanos
que querían cambiar la forma con que se desarrollaba el diálogo público y
descubrieron que tenían la oportunidad de hacerlo» (p. 50). Con estos cambios
en los flujos de intercambio de datos, se produjeron impactos en la forma de
producir y consumir información que, como consecuencia, afectaron a los medios.
Los métodos de producción de
contenido basados en la cooperación y la participación han adquirido
proporciones y posibilidades nuevas cuando se alinean con el mundo digital de
las plataformas de redes sociales, expandiendo el alcance y aumentando el
número de personas involucradas en este proceso. Como observa Bender (2003),
hubo un cambio en las expectativas de los consumidores, llevándolos a
convertirse en participantes activos en el discurso que, anteriormente, se desarrollaba
en esferas alejadas de su influencia. Surgen nuevas perspectivas sobre las
interactividades mantenidas entre el público y el periodista en Internet. La
función del periodismo como foro público unida a características de
movilización, por ejemplo, se ha expandido al aprovechar las nuevas
oportunidades para involucrar a los individuos como productores de contenido (Schudson, 2008).
El advenimiento y el uso de los
recursos de las plataformas de redes sociales digitales han generado
oportunidades productivas que impactan significativamente tanto en los procesos
periodísticos tradicionales como en el ecosistema de los medios alternativos.
Estas transformaciones ocurren en medio de una participación creciente de los
usuarios, redefiniendo la dinámica de producción y difusión de contenido. Al circular y recircular información (Recuero, 2009), las
redes sociales en estas plataformas permiten programar noticias e influir en la
agenda periodística potenciando el filtrado, la recopilación, el intercambio y
la discusión sobre la información (Atton, 2001; Peters & Witschge, 2014).
Al multiplicar las oportunidades de
participación de los usuarios en la construcción de los productos
periodísticos, el uso de la tecnología «plantea nuevas preguntas no solo sobre
el periodismo en línea, sino también exige una actualización sobre los debates
en torno al sistema productivo y a los propios ideales periodísticos» (Primo
& Träsel, 2006, p. 38). Las plataformas se han
vuelto importantes para el ejercicio del periodismo, ya que han proporcionado
recursos para ampliar los canales con las fuentes de información, incluir a una
mayor cantidad de actores en la producción y compartición de contenido, además
de establecer nuevos filtros de verificación y espacios para la difusión de contenidos
de interés noticioso (Langlois et al., 2009; Lawrence
et al., 2018; Lupton, 2016).
La posibilidad de generar
movilización y coordinación de acciones colectivas a través de las plataformas
de medios sociales despierta interés en el periodismo, especialmente en el
alternativo e independiente. La comunicación facilitada por estas
infraestructuras puede ser apropiada por movimientos populares y por los medios
alternativos para extender la movilización y coordinación más allá de las
pantallas. Esto se debe a que la principal diferencia entre los sitios de redes
sociales y otros entornos en línea está relacionada con la forma en que las
redes constituidas en estos entornos permiten «el mantenimiento de los lazos
sociales establecidos en el espacio fuera de línea» (Recuero, 2009, p. 121).
Para los colectivos de medios
alternativos, los cambios que ocurrieron con la adhesión de los usuarios a los
sitios de redes digitales generaron oportunidades para reforzar la asociación
con el público que produce actos de periodismo en la disputa de narrativas (Stearns, 2013). Este medio, junto con el uso de la
tecnología digital, ha ganado visibilidad, se ha acercado a los actores
sociales dispersos en la red (que muchas veces estaban fuera del alcance
físico) y ha potenciado la transmisión y producción de contenido sin alto gasto
de recursos financieros.
Las estrechas asociaciones entre
los medios alternativos y las plataformas de redes sociales han creado otros
niveles de narrativas y movilizaciones, ya que «el valor periodístico de las
redes sociales ocupa un espectro que va desde el individuo armado con
información importante –el testigo de primera mano, el ‘insider’–
hasta el colectivo» (Anderson et al., 2013, p. 42). Las plataformas albergan
comunidades virtuales y brindan herramientas que afectan directamente las
oportunidades de participación e involucramiento, tanto para los periodistas
como para otros actores sociales, en el proceso periodístico y político. Dado
que «las capacidades de los ciudadanos y su relación con los medios
tradicionales han cambiado» (Duffy & Ang, 2019, p. 381) es importante
comprobar si, y cómo, se han producido cambios en los medios alternativos con
respecto a los contenidos generados por los usuarios con el fin de brindar una
visión crítica de la lógica contemporánea de los medios alternativos
brasileños.
Desde este escenario, resulta de
interés para esta investigación avanzar en la comprensión de las
características de los videos producidos por los usuarios en el contexto de
medios alternativos, reconociendo su amplia difusión a través de diversas
plataformas de redes sociales. El análisis de las particularidades y desafíos
en la producción y difusión de este tipo de contenidos, en particular en medios
alternativos, es crucial para una comprensión más amplia de su papel en la
sociedad contemporánea y cómo se están adaptando a los cambios tecnológicos.
Según Fuchs (2010), «La
investigación en medios alternativos es un campo con pocos recursos, poco
representado e investigado: el punto descuidado en los estudios de comunicación
y medios» (p. 189). En este contexto, la relación entre los medios alternativos
y la participación en los ecosistemas digitales plantea cuestiones que aún son
poco exploradas en la investigación académica. Por ejemplo, es necesario
investigar con qué frecuencia los medios de comunicación alternativos utilizan
contenidos generados por los usuarios para construir sus narrativas y cuáles
son las características de estos contenidos. La presente investigación se
centra en analizar estos aspectos, con el objetivo de verificar el uso de
contenidos audiovisuales generados por usuarios en asociación con medios
alternativos en plataformas de redes sociales.
En ese sentido, esta investigación
siguió la metodología exploratoria (Gil, 1999) con el fin de proporcionar una
visión actualizada sobre aspectos del uso de contenidos de video generados por
los usuarios y empleados por medios alternativos en las plataformas de redes
sociales, buscando cuáles son las características y frecuencia de uso de estos
contenidos. Se utilizaron estrategias metodológicas que involucran revisión
bibliográfica, observación de múltiples casos y análisis de contenido (Bardin, 2011), con el fin de examinar aspectos de la
participación de los usuarios a través de la producción de videos. Se manejaron
estos enfoques de manera complementaria, para establecer un repertorio cohesivo
y un procedimiento eficaz, teniendo en cuenta las particularidades de los
objetos estudiados.
El foco del análisis se centró
específicamente en los videos producidos por usuarios de plataformas de redes
sociales y usados por las cuentas de Instagram de los colectivos Jornalistas Livres y Mídia NINJA durante octubre de 2022. El objetivo general
fue identificar la presencia y características del contenido de video, generado
por los usuarios y publicado en el feed de Instagram
de Jornalistas Livres y Mídia NINJA, además de reflexionar sobre el fenómeno de la
plataformización y cómo las estructuras de las plataformas pueden impactar en
la participación y producción de contenidos generados por los usuarios en
medios alternativos.
El análisis que desarrolló esta
investigación se dio sobre los contenidos audiovisuales, específicamente los
videos, debido a la centralidad que representa la producción y la distribución
de estos contenidos para la acción de los colectivos que conforman los medios
alternativos. A través de cámaras y teléfonos inteligentes repartidos entre
individuos, se puede capturar narrativas disidentes de los medios tradicionales
y conmover a la audiencia a través del material producido. Además de este
revuelo, el audiovisual también ayuda a verificar y monitorizar las prácticas
deshonestas de personas o instituciones poderosas, como la policía. En este
sentido, los dispositivos que capturan imágenes y videos se han convertido en
herramientas de combate político, como se vio durante la Revolución Egipcia de
2011, Occupy Wall Street en Estados Unidos, el
Movimiento 15-M en España y las manifestaciones de las Jornadas de Junio de 2013, en Brasil. En muchos de los contenidos
audiovisuales generados por los usuarios, existe la perspectiva de que estos
materiales están «olvidando casi siempre la estandarización estética» (Gruszynski & De Lima, 2021, p. 226). Existe la
posibilidad de que este problema pueda justificarse por las condiciones
caóticas de la guerra de guerrillas y los disturbios durante la captura de
contenido, ya que esta producción puede ocurrir durante los enfrentamientos; o
se deja conscientemente a los medios de comunicación la función de estandarizar
y editar videos, como sugieren Gruszynski y De Lima
(2021); o el aparente «desinterés» estético es una elección limitada para
transmitir conscientemente un mensaje. Esta perspectiva estética está vinculada
a la lógica heterodoxa-creativa del funcionamiento de los medios alternativos
según Mowbray (2015).
Medios Alternativos
El concepto de medios alternativos
abarca una amplia gama de taxonomías y características. Cuando se habla de
experiencias alternativas de comunicación es inevitable encontrarse con un
escenario aún nebuloso sobre los límites relacionados con los medios
alternativos. Establecer un reduccionismo conceptual tampoco es el mejor camino
para entender los medios alternativos y la comunicación ejercida por ellos. Campbell
(2004) destaca la importancia de tratar los «periodismos alternativos» debido a
la complejidad de las experiencias y los aspectos particulares que las
prácticas alternativas pueden asumir según el contexto social, temporal y
cultural en el que están insertos.
Las designaciones asociadas a las
experiencias de comunicación alternativa son múltiples, como medios radicales (Downing, 2002), medios alternativos (Atton & Hamilton,
2008) y, dentro del contexto brasileño, prensa «nanica»
(Barros, 2003), por ejemplo. Sin embargo, hay cierta concordancia entre los
autores al asociar la comunicación practicada por los medios alternativos a un
discurso contrahegemónico orientado al protagonismo de la población marginada,
ya sea a partir de movimientos sociales o manifestaciones más específicas.
Los fundamentos de los medios
alternativos están arraigados en la crítica al desarrollo y la expansión de los
medios de comunicación de masas comerciales, así como en su supuesta estructura
de organización jerárquica y en el poder hegemónico ejercido por dichos medios
(Atton, 2002; Atton & Hamilton, 2008; Fuchs, 2010). Es importante recordar
que, a pesar de estos puntos en común, los medios alternativos no son un
fenómeno único e inmutable, sino todo lo contrario: las prácticas alternativas
son múltiples debido a las diversas inteligencias fundamentadas en el cuerpo en
constante actualización que hacen de estos medios verdaderamente alternativos.
Peruzzo (2009) explica que «En las
prácticas sociales, los procesos de comunicación son holísticos. No se disocian
de movilizaciones más amplias y pueden asumir un hibridismo de lenguaje,
objetivos, formatos, contenidos y prácticas de producción» (p. 140), y, por lo
tanto, las delimitaciones estrechas sobre el concepto de prensa alternativa,
término utilizado por la autora, pueden no resistir a la realidad.
Mowbray (2015) enumera cuatro
lógicas de funcionamiento que orientan los impulsos de los medios alternativos:
«lógicas participativas, lógicas de formación y facilitación de (contra)
públicos, lógicas crítico-emancipatorias y lógicas heterodoxo- creativas» (p.
23). Según el autor, las lógicas participativas estarían vinculadas a la
accesibilidad de los públicos invisibilizados por los grandes medios de
comunicación a través de las posibilidades dialógicas de una comunicación
horizontal ofrecida por los medios alternativos.
Para Mowbray (2015), las lógicas de
formación y facilitación de (contra) públicos serían asociadas a las
posibilidades de que los medios alternativos promuevan una diversidad
polisémica de representación de los «contrapúblicos»
en los medios. Sobre las lógicas crítico-emancipatorias, el autor afirma que se
refieren a la forma en la que se trabaja el contenido a través de una ideología
crítica y radical dedicada a la lucha contra los proyectos de la hegemonía. Por
último, Mowbray (2015) describe las lógicas heterodoxo-creativas de los medios
alternativos como una inclinación hacia prácticas innovadoras y progresistas
realizada mediante la experimentación de diferentes artefactos mediáticos y
modos de comunicación.
Siguiendo una perspectiva
complementaria a la de Mowbray, para Downing (2015), «la
estructura organizativa, el contenido, la estética, el lenguaje, la entrada en
la comunidad, los modos de financiación, todos son partes de lo ‘alternativo’»
(p. 99). En otras palabras, la noción de «alternativo» en los medios
alternativos no se limita solo a la cuestión de la oposición, ya que involucra
otros elementos que constituyen y caracterizan esa «alternatividad». Para
Mowbray (2015), las lógicas mencionadas se expresan a través de la
configuración y organización de las relaciones comunicativas que se establecen
mediante prácticas de producción y/o circulación de medios, así como de
compromiso con textos.
interés de los actores sociales aliado a la
tecnología digital ha posibilitado el surgimiento de ecologías complejas
marcadas por una inserción masiva de los usuarios en los medios y por el
aumento de las oportunidades de participación. El cambio de escenario ocasionado
por la descentralización de los medios de producción ha multiplicado las
oportunidades para que grupos invisibilizados utilicen las tecnologías
digitales para desafiar la cultura hegemónica y extender la esfera pública
alternativa.
Contenido Generado
por el Usuario (CGU)
La expresión contenido generado por
el usuario (CGU) se ha vuelto popular para describir, de manera general, el
material creado por la audiencia dentro y fuera del contexto de las noticias. Vickery et al. (2007) definen el CGU a partir de tres
características fundamentales: 1) es un contenido publicado y disponible en
Internet; 2) refleja cierta cantidad de esfuerzo creativo; y 3) es creado fuera
de las rutinas y prácticas profesionales. Por lo tanto, «el contenido
contribuido por una empresa en una plataforma de medios sociales no se
consideraría contenido generado por el usuario» (Wyrwoll,
2014, pp. 15-16, traducción nuestra). Confirmándose la relevancia de este
aspecto, pero asociado a la producción periodística, Wardle
et al. (2014,) definen el CGU como «fotografías y videos capturados por
personas que no son periodistas profesionales y que no están relacionadas con
las organizaciones de noticias» (p. 10).
Wardle et al. (2014) indican que el uso
de CGU por parte de los medios periodísticos está en aumento. Sin embargo, su
estudio señaló que la aplicación de este tipo de material ocurre principalmente
cuando no se puede utilizar contenido producido por profesionales. Además de
estos hallazgos, los autores concluyeron que las organizaciones de noticias no
reconocen cuándo están utilizando CGU y tampoco otorgan créditos a los
individuos responsables de esta producción. Esto sucede especialmente cuando el
material utilizado por las organizaciones periodísticas es enviado por agencias
de noticias, de modo que estos medios reproducen el contenido sin saber quién
lo creó originalmente.
Los medios alternativos, al igual
que cualquier otra forma de producción cultural, están sujetos a
transformaciones causadas por cambios en las relaciones sociales, en las
tecnologías y en las formas de discurso (Atton, 2001). La popularización de
Internet, la tecnología móvil y los sitios de redes sociales han posibilitado
el desarrollo de nuevas formas de socialización más allá de las estructuras
institucionalizadas y establecidas por mediadores tradicionales. Para los
medios alternativos, estas herramientas representan oportunidades para
comunicar, coordinar acciones, agregar nuevas voces y ampliar su influencia sin
depender de estructuras más costosas, burocráticas, restringidas y asociadas a
los medios hegemónicos.
Según Peruzzo (2018), «la
tecnología es un vector impulsor de las acciones humanas, industriales,
institucionales y de marketing y, por lo tanto, juega un papel importante en
los procesos de cambio de las sociedades» (p. 45). A partir de la estructura
comunicacional establecida por Internet, difundida a través de dispositivos de
tecnología móvil y plataformas de medios sociales, se ha vuelto más sencillo
acceder a la información, producir contenido y establecer conexiones con
personas en diferentes regiones del mundo.
Sin embargo, el aumento de la
participación no ha llevado a una equidad de visibilidad y poder entre los
discursos alternativos y hegemónicos que tienen lugar en el ámbito virtual. A
pesar de que Internet tiene un carácter descentralizador marcado por la
arquitectura P2P que permite una mayor autonomía sobre la producción y
circulación de contenido, esta infraestructura no ha impedido la existencia y
la fuerza de la hegemonía que va más allá de las pantallas.
En los entornos digitales no ha
habido una ruptura estructural sobre la dominación ideológica, ya que «A pesar
de que todos los participantes en línea tienen el mismo acceso a la información
y a la expresión de opiniones, el discurso aún está dominado por algunos» (Papacharissi, 2002, p. 14). Es precisamente por este
mantenimiento de la hegemonía, ahora extendida a Internet que el papel de los contrapúblicos y de los medios alternativos no se extingue,
sino que se integra en lo virtual. Es importante destacar que, a pesar de las
ventajas relacionadas con la comunicación en línea para el establecimiento de
conexiones y la organización de movimientos disidentes, aún no existe un acceso
igualitario y representativo para todos los individuos en lo que respecta a las
herramientas digitales, ya que hay sectores de la población sin acceso a la red
y a la educación tecnológica.
Aunque los medios alternativos se
oponen y/o establecen alternativas radicales al discurso dominante vigente en
los medios hegemónicos, esta característica es solamente uno de los aspectos
conectados con la idea de alternatividad, por lo tanto, no la delimita
completamente. Además, los cambios sociales estimulados por los medios
alternativos no ocurren únicamente a través de la producción de una cobertura
crítica y disidente, sino también por las formas en que se utilizan y
reinterpretan los medios de producción mediante prácticas, lenguajes y la
relación con la población.
La estructura de los entornos
digitales, a pesar de no garantizar una igualdad de poder, ha establecido
espacios para la discusión política. A través de este ecosistema y de las
posibilidades de participación en línea, los ciudadanos han establecido foros
para debatir lo que sucede tanto en la esfera pública hegemónica como en la
alternativa. Por lo tanto, aunque no asegure un espacio equitativo en el cual
todos tengan las mismas oportunidades de expresión y visibilidad en la
práctica, la popularización de Internet ha contribuido a reducir la disparidad
de influencia entre el polo hegemónico y el alternativo.
Maia (2008) destaca cómo Internet
puede ser utilizada por actores colectivos para generar efectos potencialmente
democráticos. Según la autora, estos son: (a) interpretación de intereses y
construcción de identidad colectiva, centrado en cómo el uso de Internet
permite la expresión y actualización de identidades, valores e intereses de
grupos que, por ejemplo, sufren exclusión simbólica; (b) constitución de esfera
pública, asociada a las oportunidades para la deliberación pública y el
intercambio argumentativo a partir del debate virtual; (c) activismo político,
conflictos institucionales y reparto de poder, relacionado con los procesos de
discusión, activismo, lucha y movilización mediante la participación popular en
línea; (d) supervisión y procesos de rendición de cuentas, orientados a la
posibilidad de que las autoridades constituidas sean más receptivas a partir de
canales de comunicación directa con la población, de modo que el poder público
tenga la oportunidad de rendir cuentas a la sociedad civil de manera
facilitada. La oportunidad de generar este impacto mediante la apropiación
tecnológica es un aspecto que influye en cómo ocurren los conflictos
institucionales y la distribución de poder, y, por lo tanto, son valiosos para
los medios alternativos.
Uno de los puntos esenciales que
distinguen, por lo tanto, a los medios alternativos y a los medios hegemónicos
es la participación: la fuerza productiva y operativa de los contrapúblicos y activistas sirve a los fundamentos de los
medios alternativos basados en un ethos participativo. Fuchs (2010) explica que
el aspecto central de la contraesfera pública, de la
cual forma parte la prensa alternativa, debe «ser unidad en la diversidad para
luchar por la democracia participativa y mantener esa condición una vez
alcanzada» (p. 186). La fuerza de esta producción integra a mediadores y
productores de cultura en una producción moldeada por un carácter organizador
más descentralizado y horizontal, de modo que los actores sociales gestionen su
propia cultura e integren los medios de producción basados en una mayor
libertad. Por lo tanto, la utilización y aplicación del contenido generado por
los usuarios tiene un valor asociado a los aspectos ideológicos que definen lo
que sería tal prensa alternativa.
El contenido generado por los
usuarios puede ser utilizado de diversas formas en el ámbito periodístico,
desde notas en la sección de comentarios hasta aspectos más operativos en la
construcción estructural de la noticia. A partir de las transformaciones
impulsadas por las posibilidades de la comunicación digital, se observa una reconfiguración
del impacto de la participación y las estrategias de acción política en los
medios de comunicación. Para los vehículos de medios alternativos, la
ampliación de los niveles de intercambio, conectividad e interactividad,
características de los entornos digitales, trae oportunidades de empoderamiento
compartido entre los usuarios de las redes. Estos usuarios, a su vez, desarrollan
un mayor sentido de autoría en relación con sus propias narrativas al
involucrarse como productores de información.
Plataformización
La idea de participación, tanto en
el ecosistema digital como fuera de él, está vinculada a un ejercicio de poder.
A medida que Internet ha reducido los requisitos epistémicos para la
participación en gran escala, se han ampliado las oportunidades de comunicar y
articular acciones en un nuevo ecosistema, el mundo de las plataformas de
medios sociales. Sin embargo, el potencial emancipador del uso de estas
arquitecturas está en el dominio de las grandes corporaciones tecnológicas que
utilizan algoritmos para orientar los negocios en la red. Así, al igual que las
plataformas condicionan el contenido, también condicionan la participación de
los usuarios.
Las plataformas han integrado bases
de prestación de servicios, producción y distribución de información en línea,
estableciendo un locus para la construcción de un discurso público. Langlois et al. (2013) argumenta que «la ascensión del
modelo de plataforma para apoyar la producción de contenido generado por los
usuarios ha cambiado fundamentalmente la naturaleza de la web y, por lo tanto,
los parámetros a través de los cuales se pueden analizar las condiciones de las
prácticas comunicativas» (p. 98). Estos arreglos infraestructurales han
afectado las posibilidades de intercambios entre individuos, máquinas y
organizaciones. No obstante, las plataformas, más que simples proveedoras de
este espacio son gestoras que controlan y se apropian de los datos que circulan
en tales estructuras. Aunque las herramientas digitales hayan contribuido a
hacer que la información esté disponible para el público sin necesidad de un
editor, por ejemplo, este contenido aún está sujeto a otras formas de control.
Por lo tanto, aunque existan discursos que afirmen que la comunicación a través
de Internet lleva a un proceso de «desintermediación», la realidad presenta una
configuración permeada por nuevos intermediarios (Bohman,
2004).
Las dinámicas sociales en el mundo
offline se han visto profundamente atravesadas por esta arquitectura
computacional de tal manera que «los modos de establecer vínculos en la web no
pueden ser vistos fuera de una lógica de sociabilidad programada propuesta por las
plataformas» (D’Andréa, 2020, p. 17). Sin embargo, la
ausencia de neutralidad en las decisiones y lógicas de quienes establecen estas
estructuras es un aspecto restrictivo sobre cómo puede emerger lo offline en
las plataformas. A medida que los usuarios han ganado acceso a herramientas y
nuevas estructuras para el intercambio comunicativo y la afirmación de
identidades, el ecosistema de las plataformas no se ha mostrado totalmente
permisivo e imparcial como se autoproclamaba. Gillespie (2018a) argumenta que
las plataformas de medios sociales «están diseñadas para invitar y dar forma a
la participación, para fines específicos» (p. 257).
La integración y la centralidad del
modelo de plataforma en el mundo en línea, además de impactar las dinámicas de
los flujos informativos y financieros, afectan las prácticas socioculturales.
Van Dijck et al. (2018) utilizan la expresión
«sociedad de plataforma» para enfatizar cómo estas estructuras impregnan lo
social, incluso fuera de las pantallas, convirtiéndose en verdaderos guardianes
de la circulación de contenidos y servicios.
Las consecuencias del
fortalecimiento del poder de las plataformas como modelo infraestructural y
económico en la web son denominadas por Helmond
(2015) como plataformización. Posteriormente, Poell y
Nieborg (2018) contribuyeron a la definición de este
fenómeno, caracterizándolo como «la penetración de recursos económicos,
gubernamentales y extensiones de infraestructura de las plataformas digitales
en los ecosistemas de la web y de las aplicaciones, afectando fundamentalmente
el funcionamiento de las industrias culturales» (p. 2). La lógica de las
plataformas de medios sociales se ha consolidado como la arquitectura
centralizadora de los flujos informativos, financieros y de socialización,
hasta el punto de provocar un proceso interpenetrante
de realidades, conectando y creando dependencias profundas entre el entorno en
línea y fuera de línea.
Poell et al. (2020) destacan que la
plataformización involucra tres dimensiones principales. La primera dimensión es
el desarrollo de infraestructuras de datos que se relaciona con la manera en
que las plataformas digitales recopilan y transforman datos en procesos que
antes no eran cuantificables. Este proceso es conocido como datificación
y no se limita solo a datos demográficos ni perfiles, sino que incluye
metadatos conductuales recopilados a través de varias infraestructuras, como
aplicaciones y sensores. Poell et al. (2020) destacan
que estas infraestructuras permiten que prácticamente todas las instancias de
interacción humana se conviertan en datos que pueden ser procesados y
utilizados por diversos actores externos.
La segunda dimensión trata de la
reorganización de los mercados en torno a mercados multilaterales. En contextos
predigitales, las relaciones de mercado tendían a ser unilaterales, mientras
que las plataformas crean mercados más complejos, conectando a los usuarios
finales con una diversidad de terceros, como anunciantes y empresas de
contenido. Poell et al. (2020) argumentan que estos
cambios son «impulsados por las prácticas de los usuarios finales, productores
de contenido y otros ‘lados’ del mercado, como anunciantes e intermediarios de
datos» (p. 7).
La tercera dimensión es la
gobernanza de las plataformas que se refiere al modo en que las plataformas
controlan las interacciones de los usuarios y las transacciones económicas.
Según Poell et al. (2020), las plataformas moldean
las interacciones mediante interfaces de usuario y clasificaciones algorítmicas
que favorecen ciertos tipos de contenido y servicios. Este control se ejerce a
través de Interfaces de Programación de Aplicaciones (API) que permiten a los complementadores rastrear y dirigir a los usuarios finales,
creando un entorno donde las plataformas tienen gran influencia sobre lo que se
vuelve visible y accesible.
Las plataformas funcionan a partir
de API: sistemas que permiten a los usuarios acceder de manera estructurada a
los datos, las solicitudes de servicio y las funcionalidades de otros
programas, aplicaciones o sitios, posibilitando interconexiones entre usuarios
y determinadas estructuras digitales (Murugesan,
2007). Establecidas por las plataformas digitales como parte integrante del sistema
que las compone, esas interfaces permiten acceso controlado a terceros para que
construyan, (re)programen y alteren aspectos de estos sistemas. Así, las
plataformas utilizan los datos producidos a partir de esta oportunidad de
edición e interacción ofrecida a los usuarios para recopilar información y
aprender más sobre las dinámicas de uso, estableciendo criterios de conexión
entre los servicios, las personas y las estructuras en línea.
Una de las características
diferenciadoras de las plataformas de medios sociales, por lo tanto, sería la
programabilidad facilitada por las API, las cuales «permitieron que una gama
mucho mayor de actores utilizara y redirigiera los datos y las funcionalidades
de un servicio existente» (Bucher, 2013, p. 10). Esta
oportunidad de programación ocurre a partir de la disponibilidad de recursos
que integran las plataformas para la modificación o implementación de nuevas
funcionalidades por parte de desarrolladores o terceros, que tendrían acceso
limitado a métodos para interactuar con mensajes, instalar buscadores, refinar
determinados usuarios o datos, reimaginar servicios
preexistentes sobre esta estructura ya constituida, por ejemplo.
Las API también son cruciales para
el desarrollo y la gestión de software, especialmente por las conexiones
posibilitadas mediante el uso de esta interfaz.
La importancia de este mecanismo
para las estructuras plataformizadas es tal que Helmond (2015) ubica a las API como «el núcleo del cambio
de sitios de redes sociales a plataformas de medios sociales. El momento en el
que los sitios de redes sociales ofrecen API, se transforman en plataformas de
medios sociales decretando su programabilidad» (p. 4).
Helmond (2015) explica que las interfaces
de programación fueron esenciales para el desarrollo de dos procesos que
permitieron la centralidad de las plataformas de medios sociales como
arquitectura dominante en el ecosistema en línea: (a) el suministro de una
estructura para la construcción o programación de terceros; (b) la gestión de
los datos externos producidos a través de la interacción. La autora denomina
este proceso como la «lógica dual de la plataforma», pues consiste en
posibilitar una descentralización de recursos de esta infraestructura para la
programación externa, seguida de una centralización del poder a partir del
control sobre los datos producidos a través de la actividad humana. Reducir la
barrera de las plataformas para la acción de desarrolladores externos mediante
las API, por lo tanto, sería una estrategia orientada a la captación de datos y
el mejoramiento del propio sistema.
La reducción de estas barreras y el
aumento en el control de los datos reflejan una estrategia deliberada para
fortalecer el dominio de las plataformas. Sin embargo, mientras esa lógica dual
centraliza el poder, es crucial reconocer que el crecimiento de esas
infraestructuras no está exento de implicaciones. De hecho, Internet y las
estructuras de las plataformas de medios sociales han traído beneficios
significativos y han permitido una mayor participación de diversos actores
sociales en la producción y compartición de contenido, aumentando la velocidad,
el volumen y la variedad de este proceso. Sin embargo, es importante señalar
que estas estructuras no han otorgado un control absoluto sobre esta producción,
ni han proporcionado herramientas para optimizar los procesos de comunicación
en red sin obtener algo a cambio. La perspectiva del colonialismo ayuda a
reconocer que no siempre más tecnología significa más progreso, particularmente
cuando el poder sobre esa tecnología está concentrado en grandes corporaciones
cuyo principal interés es el lucro.
Por un lado, las plataformas pueden
ofrecer oportunidades para conectarse con audiencias más amplias y
diversificadas, para difundir contenido de manera ágil y para experimentar con
formatos y lenguajes diferenciados. Por otro lado, también pueden ser
utilizadas para ejercer control y poder sobre la información, los datos y las
interacciones que ocurren entre las personas. Así, el uso de estas tecnologías
de comunicación puede contribuir al proceso de centralización y privatización
de información y contenido mediático en plataformas internacionales que dominan
Internet y cuyos intereses responden principalmente al capital.
Dado este panorama, comprender las
dinámicas de actuación de las plataformas contribuye a visualizar las fuerzas
que afectan las acciones sociales realizadas a partir de estas estructuras.
Como argumentan Sandoval y Fuchs (2010), los medios alternativos que no
utilizan formas efectivas de producción y circulación no generan ningún impacto
social significativo. En una sociedad plenamente plataformizada,
conocer las reglas que mueven los «engranajes» de las plataformas facilita que
los mensajes propagados lleguen a más usuarios. Al mismo tiempo, siempre será
posible hackear, atribuir diferentes significados e imaginar nuevas formas de
aprovechar las potencialidades en beneficio propio, incluso de formas no
previstas.
Metodología
La construcción metodológica de
esta investigación siguió el diseño del estudio de caso debido a la
compatibilidad entre la pregunta conductora que orienta los objetivos (observar
qué características de los contenidos generados por los usuarios son utilizados
por los medios alternativos), la localización temporal del fenómeno observado
(la actualidad) y el método utilizado en cuestión (análisis de contenido). Los
estudios de caso, como señalan Machado y Palacios (2007), «son una etapa en un
proceso de combinación de metodologías que apunta a la máxima amplitud en la
descripción, explicación y comprensión» (p. 205). Los resultados de esta etapa
son fundamentales para permitir una mayor seguridad sobre la confiabilidad en
el análisis del material recolectado. Dado que los estudios de caso se
recomiendan para investigaciones basadas en preguntas de «cómo» y «por qué»
sobre fenómenos contemporáneos cuyos límites contextuales no están claramente
definidos (Yin, 2001), esto permite responder las preguntas planteadas por la
investigación a partir de los objetos observados.
El análisis de contenido encaja en
la aplicación del estudio de caso, ya que a partir de él se observaron las
características del contenido delimitado. En concreto, el análisis de contenido
desarrollado en esta investigación fue de carácter exploratorio y categórico.
Exploratorio, ya que establecio una visión general y
aproximada de un observable aún poco estudiado (Gil, 2010) como se señala en
los resultados del estado del arte. Se define como categórico, pues la
investigación se guió por una técnica taxonómica con
el fin de clasificar los elementos constitutivos del mensaje, los cuales fueron
analizados utilizando los principios de objetividad y racionalización a través
de métodos cuantitativos para su interpretación. Además del enfoque basado en
la cuantificación de elementos, el análisis también se realizó, de forma
complementaria, desde el aspecto cualitativo, de acuerdo con Bardin (2011).
La investigación fue de tipo mixto,
orientada a analizar datos sobre el volumen de material producido, frecuencia,
duración y naturaleza de los contenidos investigados en relación con los
procesos y transformaciones ocurridas respecto del rol del usuario en la
producción de contenidos audiovisuales en línea con los medios alternativos.
Para Machado y Palacios (2007), el método híbrido es eficiente, pues permite al
investigador visualizar de manera más amplia las posibilidades en cuanto a la
organización y la orientación de las categorías de análisis de la investigación
cualitativa. Se utilizó el aspecto cuantitativo de la investigación con el fin
de observar el volumen de material producido, la frecuencia, el ritmo, la
duración y la naturaleza del contenido analizado; con la parte cualitativa se
analizaron datos no generalizables, además de su utilización para evaluar la
dinámica en los procesos de participación, así como sus matices.
El período de recopilación de datos
comprendió todo octubre de 2022. Esta delimitación se realizó teniendo en
cuenta la coincidencia del período electoral de 2022 con la etapa de análisis,
con el objetivo de aprovechar la efervescencia política durante ese mes, lo que
posiblemente intensificaría el número de publicaciones y actualizaciones de las
cuentas de Instagram de los medios objeto de investigación.
La pesquisa se llevó a cabo en las
plataformas de redes sociales porque, además de haber una frecuencia de
actualización de contenido más recurrente en estos espacios en comparación con
los portales oficiales como los sitios web, las plataformas también funcionan
como vías para que los medios se conecten y estimulen la participación de los
usuarios. Según un estudio realizado por Wardle et
al. (2014), el uso de contenido generado por el usuario ocurre mejor en el
ecosistema en línea que en la producción televisiva, principalmente porque la
web proporciona más oportunidades para integrar este contenido en múltiples
formatos. Además, según Newman et al. (2012), la difusión de la información y
las noticias producidas por ciudadanos ocurre principalmente a través de las
plataformas de redes sociales.
Sin embargo, vale la pena señalar
que la pandemia de la COVID-19 y la necesidad de distanciamiento social
resultante afectaron significativamente a las emisoras de televisión que
tuvieron que adaptarse a esta nueva realidad marcada por entrevistas a
distancia. Como resultado, el uso de contenido grabado por los propios usuarios
a pedido de los periodistas, se volvió más frecuente en el contenido televisivo
durante el período.
Además, al analizar los medios
alternativos y, específicamente, las prácticas mediactivistas,
es notable que una de las características distintivas fuera el uso permanente
de las redes sociales, como lo señalan Ramalho et al.
(2021). También hay otros estudios, como los de Gruszynski
y De Lima (2021); De Lima y Mesquita (2021) que
indican el uso de plataformas de redes sociales por parte de medios
periodísticos de América Latina para recopilar y difundir CGU, como se destacó
en capítulos anteriores.
Sheldon y Bryant (2016) afirman que los usuarios se unen a las plataformas como Instagram, por motivos que incluyen la expresión de la creatividad, la autopromoción, la documentación social y la vigilancia para actualizaciones y obtención de información sobre otros individuos. Al considerar el uso frecuente de Instagram por parte de los medios periodísticos para la gestión de contenido generado por los usuarios, así como su popularidad entre los usuarios en general, esta investigación se enfocó en Instagram debido a su énfasis en el compartimiento de contenido audiovisual.
Los casos de Jornalistas Livres y Mídia NINJA
Se realizó un estudio de caso
incorporado, cuyas unidades de análisis son los contenidos en video generados
por los usuarios y utilizados en las publicaciones a partir de los medios Jornalistas Livres[1] y Mídia
NINJA[2] en Instagram. La elección
de estos dos objetos se debió al alto flujo de publicaciones en las
plataformas, lo que proporcionaba una mayor cantidad de material a analizar, y
porque son medios ya establecidos dentro del contexto alternativo e
independiente. Además de este aspecto, el protagonismo y la longevidad
alcanzados por Jornalistas Livres[3] y Mídia
NINJA[4] también fueron aspectos
decisivos para su elección, ya que ambos han ganado proyección e influencia en
la forma de cubrir noticias en Brasil.
La red Jornalistas
Livres fue fundada el 12 de marzo de 2015 con el
objetivo de defender la colaboración entre todos los comunicadores en pro de la
democracia y los derechos conquistados por las capas más vulnerables de la
sociedad (Jornalistas Livres,
2015a). Jornalistas Livres
se posiciona como una red inclusiva que busca presentar la diversidad de voces
en los medios de comunicación, por lo que se consideran «muy diferentes de los
medios corporativos, para los cuales el ideal de Brasil cabe en un comercial de
margarina: blanco, heterosexual, cisgénero, urbano,
rico» (Jornalistas Livres,
2015a).
La primera gran cobertura de la
cadena se produjo durante las manifestaciones del 13 y 15 de marzo de 2015, en
las que varias ciudades de Brasil registraron actos contra la expresidenta Dilma
Rousseff, así como contra la corrupción, el gobierno federal y el Partido de
los Trabajadores. En medio del estallido de la nueva fase de la operación Lava
Jato hecha por la justicia, la población se movilizó a través de plataformas de
redes sociales en línea y encabezada por los líderes de los movimientos Movimento Brasil Livre (MBL) y Vem Pra Rua.
Según Caroline Trevisan[5] (Jornalistas
Livres, 2015b), Jornalistas
Livres surgió para cubrir las manifestaciones de
manera diferente a lo que informaban las principales televisoras. Así, el deseo
de resaltar una contranarrativa y ofrecer a la
población múltiples perspectivas sobre los hechos, diferentes a los contenidos
transmitidos por los principales medios de comunicación durante la cobertura de
los hechos, dio lugar a la creación de la red. Victor
Amatucci[6] tiene una visión
complementaria y afirma que Jornalistas Livres pretende «contar la historia de una manera diferente
a la que cuentan todos los días los grandes periódicos, el gran cártel de
empresas que controlan el periodismo en el país» (Jornalistas
Livres, 2015b).
Fundada en 2013, la red de
comunicación Mídia NINJA (Narrativas Independientes,
Periodismo y Acción) nació en medio de un año de intensa polarización política
y despidos masivos de periodistas en São Paulo. Fue durante las Jornadas de
junio de 2013 que el grupo ganó notoriedad al realizar «coberturas en vivo
desde dentro de las protestas, con múltiples puntos de vista invisibles en los
medios de comunicación tradicionales» (Mídia Ninja,
2022b). Durante las Jornadas de junio de 2013, nombre dado a una serie de
protestas que tuvieron lugar en Brasil en ese momento, Mídia
NINJA, comprometida con la construcción de un relato alternativo de las
manifestaciones, realizó una cobertura con imágenes y videos obtenidos en el
centro de los movimientos de varios reporteros y activistas. Estos contenidos,
que fueron difundidos mayoritariamente en plataformas como Facebook y Twitter,
presentaban perspectivas diferentes a las difundidas por los principales medios
de comunicación (Castells, 2013; Gohn, 2014).
Además de construir una narrativa
alternativa radical, la red tiene otras características llamativas, entre ellas,
hay una que destaca por ser inédita entre otros colectivos de comunicación
brasileños alternativos e independientes: la creación de casas colectivas donde
los participantes viven y trabajan (Andrade, 2020). Las Casas NINJAS, como se
denominan, son «una de las principales tecnologías de la red, ya que fomenta
una forma de organización y vida basada en la colaboración, la convivencia y la
práctica diaria y permanente del trabajo colectivo» (Casa Ninja Lisboa, 2022).
Así, el modelo de Casas NINJA integra una constelación de redes y profesionales
basados en las experiencias desarrolladas por NINJA Media, ayudando a
reverberar el activismo NINJA a través de acciones desarrolladas por cada Casa.
Fases del análisis de
contenido
La aplicación del análisis de contenido
fue delimitada con el objetivo de realizar una «inferencia de conocimiento
relativa a las condiciones de producción (o, posiblemente, de recepción),
inferencia que utiliza indicadores (cuantitativos o no)» (Bardin,
2011, p. 44). Desde el análisis de contenido, conectamos aspectos estadísticos
con el análisis cualitativo a través de procedimientos sistematizados que
contribuyeron a reducir grandes cantidades de texto a descripciones breves. Bardin (2011) divide el análisis de contenido en tres
etapas: 1) preanálisis; 2) la explotación del material o codificación y; 3)
tratamiento de resultados, inferencia e interpretación.
Durante la fase de preanálisis, de
forma simplificada, se formularon los objetivos de la investigación; materiales
seleccionados a través de la lectura; y se crearon las unidades de registro que
ayudaron en la interpretación de los resultados. Durante esta fase se
observaron los tipos de publicaciones y el flujo de mensajes para definir los
criterios logísticos y operativos para el análisis. A continuación, se llevó a
cabo la etapa de delimitar la naturaleza del documento que de la investigación.
En esta investigación se observaron videos producidos por los usuarios y
publicados en las cuentas de Instagram de los objetos analizados. Luego de
delimitar los tipos de documentos, se estableció el corpus de investigación
considerando futuras pruebas de reglas de homogeneidad; agotamiento;
representatividad y relevancia definida por Bardin
(2011).
Siguiendo la regla de homogeneidad,
los documentos y empresas elegidas mostraron gran unidad y adherencia entre sus
elementos. El objetivo de esta regla era obtener muestras comparables entre sí,
para poder obtener resultados globales. Para la regla de exhaustividad, todos
los videos fueron recopilados durante el período de análisis estipulado. Se
aplicó la regla de representatividad para componer una muestra representativa
del universo inicial, con el fin de obtener una muestra que pueda generalizarse
al todo. La regla de relevancia está alineada con cómo se desarrolló la
investigación para responder a lo que proponen el objetivo y el análisis.
A su vez, se aplicó la regla de
relevancia con el fin de delimitar una muestra significativa compatible con el
objetivo del análisis. Durante esta etapa de la investigación se estableció la
referenciación de índices, la elaboración de indicadores y las reglas de corte,
categorización y codificación. En el análisis se determinaron las unidades de
grabación que corresponden a «el segmento de contenido considerado la unidad
base» (Bardin, 2011, p. 134) que trabaja con una
regla de corte para lo que será analizado. Las unidades de grabación son los
videos publicados en el feed de Instagram. Estas
unidades comprenden las partes de los elementos del texto.
La definición conceptual adoptada
en esta investigación para delimitar el contenido generado por el usuario
siguió el enfoque de Vickery et al. (2007). Según
esta perspectiva, el contenido generado por los usuarios se considera creativo,
disponible en Internet y producido por usuarios fuera de las rutinas y
prácticas profesionales. Por lo tanto, no se consideraron contenidos producidos
por periodistas que actúan en nombre de Jornalistas Livres o Mídia NINJA. Esta
definición implica una distinción clara entre contenido generado por el usuario
y contenido generado profesionalmente. Por lo tanto, «el contenido aportado por
una empresa en una plataforma de redes sociales no se consideraría contenido
generado por el usuario» (Wyrwoll, 2014, pp. 15-16).
Confirmando la relevancia de este aspecto, pero asociado a la producción
periodística, Wardle et al. (2014) definen CGU como
«fotografías y videos capturados por personas que no son periodistas
profesionales y que no están relacionados con organizaciones de noticias»
(p.10).
Las unidades de registro se centran
en el contenido audiovisual generado por los usuarios. Los parámetros
utilizados incluyen: número de publicaciones, orientación, uso de filtros y
música, período de publicación, planos y encuadres, perspectiva, tipo de CGU,
edición, duración y origen. Como se puede observar en la Tabla 1.
Tabla 1
Unidades de registro
de publicaciones de contenidos audiovisuales generadas por los usuarios
Luego, fueron observadas las
unidades de contexto que organizan los elementos del material analizado según
criterios como la temporalidad, el tema abordado, la referencia de origen, el
formato, el enfoque y las personas, y la ambientación. Como se puede observar
en la Tabla 2.
Tabla 2
Unidades de contexto
La temporalidad permite observar los
momentos del día en que se realizan las publicaciones, mientras que el tema
identifica los principales temas tratados en los videos. La referencia de
origen investiga quién produjo el contenido y cómo se evidencia esa
información. Las unidades de formato examinan aspectos técnicos y estructurales
de los videos, como el encuadre, la duración y el número de cortes. Además, las
unidades de enfoque y personas revelan quién o qué está destacado en la escena,
y la ambientación indica dónde se grabó el video. Estas unidades proporcionan
perspectivas sobre los patrones de producción y difusión de contenido por parte
de los usuarios en plataformas de medios sociales.
Tabla 3
Porcentaje de CGU y
otros contenidos de video publicados por Jornalistas Livres y Mídia NINJA en octubre
de 2022
Como se puede observar en la Tabla
3, durante el mes de octubre de 2022 se verificó que la cuenta de Instagram de Jornalistas Livres publicó 153
posts con videos. De este total, 65 publicaciones incluyeron contenido
audiovisual generado por los usuarios, lo que representa aproximadamente el
42.48 % de las publicaciones con videos. La proporción de CGU utilizada en las
publicaciones de Jornalistas Livres
muestra que, al menos en el contexto de los medios alternativos, existe una
integración significativa del contenido generado por los usuarios en la
producción de contenidos audiovisuales.
También en octubre de 2022, se
encontró que la cuenta de Instagram de Mídia NINJA
hizo 399 publicaciones con videos, de los cuales 156 fueron contenidos
audiovisuales generados por los usuarios, correspondientes al 39.10 % del total
de videos. Los resultados mostraron que ambas cuentas han utilizado contenido
generado por usuarios en sus publicaciones, con porcentajes cercanos al 40 %
del total de videos publicados. Esto muestra una tendencia creciente a valorar
contenidos producidos por personas ajenas al ámbito profesional del periodismo,
además de resaltar la importancia de incluir este tipo de material en la rutina
periodística.
Resultados
En el análisis realizado, se
constató que Jornalistas Livres
y Mídia NINJA utilizaron contenido en video generado
por los usuarios en alrededor del 40 % de los videos publicados en octubre de
2022. Este valor es significativo, ya que casi la mitad del contenido no fue
capturada ni producida por periodistas profesionales, lo que resalta la
importancia del contenido del usuario en las rutinas periodísticas, especialmente
en los medios alternativos.
Está claro que los contenidos
producidos por los usuarios están ganando cada vez más protagonismo en las
plataformas sociales y atrayendo la atención de los medios de comunicación
alternativos. Este tipo de contenido tiene una presencia notable en el
audiovisual publicado por Mídia NINJA y esta
tendencia puede aumentar con la implementación de la quinta generación de redes
de conexión móvil, el Internet 5G, que debería permitir una transmisión de
datos más rápida y con menores limitaciones de acceso a los dispositivos y las
aplicaciones conectadas.
El acceso a Internet móvil es
fundamental para la producción de los usuarios, ya que les permite mayor
libertad y flexibilidad para crear, publicar y compartir contenidos en
diferentes plataformas y en diferentes momentos. Con Internet móvil, se puede
producir contenido en cualquier momento y en cualquier lugar, sea en la casa,
en el trabajo o en un viaje, utilizando dispositivos móviles como teléfonos
inteligentes y tabletas.
Sin embargo, se necesita resaltar
que incluso con la futura implementación del 5G en Brasil, la generación
anterior, el 4G, aún no ha llegado a toda la población. Datos de Anatel (Agencia Nacional de Telecomunicaciones) muestran
que 22 millones de personas pueden seguir sin acceso a 4G (Arcanjo,
2022). Esto significa que, si bien existe potencial de producción e interés
entre la población, la falta de Internet restringe la producción de contenidos
generados por los usuarios, lo que puede limitar la cantidad y diversidad de
información disponible en la red.
Una ventaja de utilizar CGU es la
agilidad en la cobertura de eventos, ya que los usuarios pueden obtener y
compartir información simultáneamente, eliminando la necesidad de que los
periodistas produzcan investigaciones locales. Esto permite que los medios
alternativos utilicen información de productores de contenidos capaces de
proporcionar detalles y diferentes ángulos de forma inmediata. Además, el uso de
CGU puede permitir una mayor diversidad de voces y perspectivas en la
producción de noticias e información, aumentando la pluralidad y la
democratización de la comunicación.
Al incorporar contenido generado
por los usuarios, los medios alternativos también pueden abordar temas que no
recibirían atención en los medios tradicionales y retratar la realidad de
manera más fiel a las experiencias cotidianas de la población. Finalmente,
utilizar contenido generado por el usuario también es una táctica más
económica, ya que reduce los costos de producción y permite un mayor alcance al
compartirlo entre plataformas.
La observación de las cuentas de
Instagram de Jornalistas Livres
y Mídia NINJA también indicó que ambas utilizaron más
videos en formato vertical, con más del 90 % del contenido analizado
presentando esta orientación. Se observó una pequeña cantidad de videos en
formato horizontal en ambas cuentas que representan menos del 6 % del total
analizado. Además de esta tendencia, se constató la aplicación de barras negras
en los lados de los videos verticales tanto en las publicaciones de Jornalistas Livres (24.19 % del
contenido vertical) como en las de Mídia NINJA (16.33
% del contenido vertical).
De los hallazgos se desprende cómo
la orientación vertical marca el contenido audiovisual generado por el usuario.
Es posible que este formato sea tan popular porque encaja en varias
plataformas, como Instagram Stories, Kwai y TikTok, además de que el acceso a plataformas sociales,
producción y consumo de contenidos están asociados a dispositivos móviles, cuya
interfaz tiene una orientación vertical. El análisis muestra el intento de
adaptar el contenido captado en horizontal a la orientación vertical que
predomina en el consumo desde smartphones. Los contenidos utilizados para
ilustrar los acontecimientos se insertan, en definitiva, horizontalmente en un
espacio vertical. Esta falta de atención al lenguaje visual a la hora de
capturar escenas puede deberse a la inmediatez o a la falta de comprensión por
parte de los usuarios sobre qué orientación es la más adecuada para la plataforma
en cuestión.
Los resultados también indican que
ambas cuentas priorizaron contenidos que no presentaron la aplicación de
filtros y efectos sonoros. Así, más del 70 % de los videos observados no
utilizan estos recursos, lo que puede estar relacionado con la intención de
mantener la autenticidad y preservar los aspectos visuales y sonoros
«naturales». La baja frecuencia de uso de filtros y efectos de sonido también
puede estar relacionada con la falta de recursos y/o conocimientos técnicos
para la edición de video por parte de los productores, o incluso como una
opción estética.
En cuanto al período de
publicación, tanto Jornalistas Livres
como Mídia NINJA muestran una mayor actividad durante
la tarde, con alrededor del 40 % de las publicaciones asociadas a este momento
del día. Sin embargo, hay diferencias en la distribución temporal del contenido
entre los dos medios, con Jornalistas Livres teniendo una mayor concentración de publicaciones
por la tarde y Mídia NINJA presentando una
distribución más equilibrada entre la tarde y la mañana.
La investigación sobre el uso de
encuadres en los contenidos en video generados por los usuarios y utilizados
por Jornalistas Livres y Mídia NINJA indica que ambas cuentas utilizan
principalmente el primer plano, seguido por el plano general o conjunto. Aunque
hay diferencias en la frecuencia de uso de los diferentes tipos de planos entre
los dos medios, los dos tipos de encuadres más frecuentes se utilizaron en
proporciones similares. Ambos colectivos utilizaron predominantemente el modo
de tercera persona en sus videos, con poco uso de contenido audiovisual
gráfico. La perspectiva predominante fue la cámara subjetiva, seguida por el
modo selfie.
Figura 1
Perspectivas
adoptadas por Jornalistas Livres
y Mídia NINJA
La elección de los planos de rodaje
tiene importantes implicaciones para la percepción del espectador. Es
importante resaltar que los dos planos más utilizados, el primer plano y el
plano general, tienen una distribución relativamente equilibrada, pero se utilizan
para representar imágenes diferentes, debido a la variación a la distancia de
la cámara con relación al objeto de enfoque. El primer plano se considera cada
vez más cercano, a menudo utilizado para capturar emociones, mientras que el
plano general es más abierto, lo que permite un escenario más amplio y sitúa al
espectador en la historia (Gaffuri & Gomes,
2016). Además, el tercer y cuarto lugar lo ocupan el medio primer plano y el
plano americano, ambos considerados planos cerrados, mostrando la tendencia a
utilizar planos más cercanos en general. Esto sugiere la intención de crear una
sensación de intimidad con la audiencia y el objeto en la pantalla, destacando
menos personajes por escena.
El término selfie
se refiere a una autorrepresentación fotográfica o
cinematográfica, generalmente tomada con teléfonos móviles. El selfie es una forma de producirse, crear una identidad
digital y construir una presencia social. Según Manovich
(2014), el selfie es un fenómeno típico de la cultura
actual y global que fue posible gracias a los avances tecnológicos en lo que
respecta a la producción de imágenes, especialmente con los teléfonos
inteligentes que cuentan con cámaras, así como en el intercambio de imágenes
por medio de las plataformas, como Instagram, por ejemplo. Para el autor, el selfie se considera un nuevo subgénero de la fotografía
vernácula (caracterizada por ser de carácter amateur y privado, similares a las
fotografías de álbumes familiares). El uso del selfie
se asocia con la performatividad, la representación y
el poder de los medios en la construcción de narrativas. En definitiva, el selfie es una modalidad de producción audiovisual que ha
sido objeto de investigación en torno a cuestiones relevantes sobre la
producción de uno mismo, la construcción de la identidad y la relación con el
mundo.
La cámara subjetiva, o POV (Point
of view), es una técnica cinematográfica en la que la
cámara se sitúa en el lugar del personaje para mostrar la acción desde su punto
de vista. Es como si el espectador estuviera viendo la escena a través de los
ojos del personaje, lo que puede crear una sensación de inmersión y
participación más profunda en la historia. Es habitual en películas de acción,
terror y videojuegos, por ejemplo. El predominio del uso de la cámara subjetiva
puede interpretarse como una estrategia de los productores para emular una
visión en primera persona, con el fin de brindar al espectador una inmersión en
el contenido presentado.
En cuanto a la indicación de
autoría en el contenido compartido, se observó que ambas cuentas analizadas
tienen publicaciones sin créditos de autoría del contenido. Mídia
NINJA tiene una tasa menor de publicaciones sin crédito (16.03 %) en
comparación con Jornalistas Livres
(36.92 %). En ambos casos, la atribución de créditos tanto en el video como en
la leyenda (concomitantemente) es poco frecuente, con solo el 6.15 % de las
publicaciones en Jornalistas Livres
y el 7.69 % en Mídia NINJA. En ambos medios, la forma
más frecuente de dar crédito a los productores de CGU fue solo en las leyendas,
con un 36.92 % en Jornalistas Livres
y un 71.79 % en Mídia NINJA (ver Figura 2).
En relación con el tipo de usuario,
el análisis mostró que ambos colectivos están asociados con una mayor
proporción de uso de CGU producidos por usuarios comunes en comparación con los
producidos por celebridades o políticos. Se puede observar que Jornalistas Livres y Mídia NINJA buscan dar visibilidad a los discursos
políticos y progresistas y a personas pertenecientes a grupos oprimidos. Una
diferencia notable entre los medios es el grado de apertura para compartir
contenido producido por celebridades, con Mídia NINJA
presentando una proporción mayor de videos producidos por celebridades y
personas conocidas por el público en general. Los contenidos producidos por
usuarios prominentes, como se observó en el estudio, pueden estar asociados a
la movilización de la audiencia a favor de campañas activistas, causas sociales
y la promoción de políticos progresistas. Las lógicas crítico-emancipadoras
pueden funcionar en conjunto con celebridades, políticos y personalidades
famosas que buscan desafiar y subvertir los discursos opresivos y dominantes en
la sociedad. Sin embargo, a los medios alternativos también les interesa dar
visibilidad a los grupos marginados, permitiéndoles ser protagonistas en el
proceso de comunicación.
Es posible que la estrategia de
utilizar CGU producido por personajes famosos sea atraer la atención de
audiencias más amplias en función del protagonismo ya alcanzado por dichos
usuarios. Utilizar voces conocidas y cautivadas del público en general puede
resultar útil para llamar la atención sobre los objetivos de Mídia NINJA. Así, estas celebridades, que operan como
intermediarias culturales, «pueden utilizar su autenticidad para generar
capital económico y simbólico para sí mismas y promover la causa activista»
(Farrell, 2019, p. 7).
Para Downing
y Husband (2005), los medios de comunicación de
minorías étnicas y los medios alternativos y progresistas son importantes
porque devuelven a las personas excluidas del panorama mediático y aquellas que
son retratadas desde narrativas estereotipadas a un enfoque que permita la
representatividad. Debido a esta perspectiva, la recurrencia en la utilización
de contenido de usuarios famosos, como se observó entre las publicaciones de Mídia NINJA, puede ser un punto que tensione esta
concepción. Al mismo tiempo, se observa que dichos usuarios tienen posturas
liberales y a favor de minorías, siendo muchos de ellos integrantes de grupos
históricamente marginados, como personas negras y pueblos originarios.
En general, es importante reconocer
que las plataformas de redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para
amplificar las voces de las minorías étnicas y promover la diversidad y la
representación. Sin embargo, se necesita ser consciente de los riesgos y
desafíos que implica este proceso, y garantizar que las personas que
históricamente han sido excluidas del panorama mediático tengan un espacio y
una voz en este entorno digital cada vez más influyente.
Se observaron similitudes en la
distribución de categorías relacionadas con el tema «reportaje» en ambos
objetos analizados. La mayoría de los videos, correspondientes al 61.54 % de Jornalistas Livres y al 76.28 %
de Mídia NINJA, no abordan específicamente denuncias.
Cuando el contenido trata este tema, en general, los productores son los
denunciantes.
En Jornalistas
Livres, la combinación de varios CGU en forma de
collages era rara, apareciendo sólo en dos publicaciones (3.08 %) de los videos
analizados. En Mídia NINJA, 15 videos (9.62 %)
presentaron esta técnica de agregación de contenidos generados por los usuarios
en forma de collages. Sin embargo, en ambas plataformas, la mayoría de los
vídeos no pasaron por esta edición, con el 97 % de los videos de Jornalistas Livres y el 90.38 %
de los videos de Mídia NINJA sin esta práctica (ver
Figura 3).
En ambos objetos analizados
predominan los videos de corta duración, siendo la mayoría del contenido
compartido de hasta un minuto de duración. Los resultados también muestran una
incidencia baja de videos de más de tres minutos en ambos medios. En cuanto a
las tomas más recurrentes, tanto en Jornalistas Livres como en Mídia NINJA, los
videos más habituales son aquellos grabados en secuencia, representando más del
60 % del total de videos analizados. Los videos con cinco o más cortes son
menos frecuentes y suman entre el 15 % y el 23 %. Esto sugiere que el
predominio del plano secuencia puede atribuirse a la facilidad de creación y
montaje, y a la continuidad de la acción en escena, sin interrupciones
provocadas por cortes.
Figura 2
Autoría de los videos
publicados por Jornalistas Livres
y Mídia NINJA
Enfoque de los videos
publicados por Jornalistas Livres
y Mídia NINJA
Discusión y
conclusiones
A medida que el contenido de video
generado por los usuarios en las plataformas se ha vuelto cada vez más
importante en la producción y difusión de información, se necesita considerar
la fortaleza de estos productores. Los medios alternativos, en particular, han
utilizado el CGU como una forma de ampliar su audiencia y dar voz a grupos
sociales poco destacados por los medios tradicionales. Por tanto, investigar
cómo estos contenidos se integran en los medios alternativos, observando las
características asociadas a ellos, es fundamental para comprender el papel de
los usuarios y de estos medios en la sociedad contemporánea, en particular, en
relación con el periodismo.
La participación política y la
producción de contenidos por parte de grupos marginados a menudo encuentran
barreras para su integración en la esfera pública general. En respuesta, estos
grupos crean sus propios espacios discursivos que se entrelazan con medios
alternativos. Este medio busca promover la participación política y ayudar a
producir contenido que refleje las necesidades y perspectivas de estos grupos.
Al hacerse eco de los discursos de contestación sobre la producción simbólica
difundida por la esfera pública dominante, los medios alternativos buscan
defender los intereses de grupos invisibles y fomentar una discusión más amplia
sobre temas marginados. Por lo tanto, los medios alternativos son un punto importante
de comunicación, movilización y coordinación para activistas y grupos
excluidos.
Además, los medios alternativos
cuestionan la falta de diversidad en los medios tradicionales y promueven
discursos que a menudo están ausentes en ellos. Al ampliar el espectro de voces
y perspectivas en la sociedad, los medios alternativos democratizan el acceso a
la producción de contenidos periodísticos. Esto permite que las voces y
perspectivas de los grupos marginados sean escuchadas y representadas en los
medios. Además, la producción de contenido generado por el usuario integra las
agendas y dispositivos de los medios alternativos, permitiendo a los propios
usuarios crear autorrepresentaciones y reflexiones
sobre cuestiones de experiencia.
El uso de este tipo de contenidos
también resulta ventajoso para los medios alternativos, ya que permite cubrir
eventos y acontecimientos sin necesidad de mover un equipo para ello, sobre
todo teniendo en cuenta las limitaciones financieras en comparación con los
grandes medios hegemónicos, que suelen tener más recursos para invertir en
investigaciones locales.
Si bien la utilización de contenido
generado por el usuario puede aportar beneficios, también existen desafíos que
enfrentar. Verificar este contenido es crucial, ya que la información errónea
es común en Internet. La dificultad para rastrear el origen y la autenticidad
del contenido puede agravar aún más este problema. Es fundamental que los
medios de comunicación adopten medidas éticas para afrontar el uso de este material,
atribuyendo claramente el crédito a sus autores y verificando los datos.
La llegada de la plataformización
también tiene repercusiones en la forma en la que se produce y difunde el CGU,
afectando la capacidad de los medios alternativos para llegar a sus audiencias.
La investigación del uso de contenido generado por usuarios por parte de medios
alternativos en plataformas de redes sociales, también, fortalece la
comprensión de cómo reaccionan los medios periodísticos y alternativos a los
desafíos y el potencial asociados con estas infraestructuras digitales.
La intersección entre plataformas y
medios alternativos presenta desafíos y potenciales. Por un lado, la
posibilidad de ampliar la visibilidad y el alcance a través de plataformas
digitales puede contribuir a la diversificación de las fuentes de ingresos y la
ampliación del público objetivo. Por otro lado, la dependencia de estas
plataformas puede restringir la autonomía. Así, la circulación de datos en
estos espacios es capaz de generar tanto control social por parte de empresas
privadas como producción de inteligencia colectiva, resaltando la importancia
de la comunicación y la información como fuentes de poder y cambio social.
Si bien estas plataformas implican
un entorno democrático y libre, pueden ser espacios para la afirmación de una
nueva autoridad y hegemonía, controlada y construida por los accionistas de
estas grandes empresas. En estos espacios puede darse el mantenimiento de la
desinformación, la violencia y el fomento de la discriminación contra grupos
minoritarios; y el contenido puede ser protegido por plataformas a favor de la
«privacidad del usuario». Además, estas plataformas pueden ampliar o reducir el
alcance de páginas con contenidos acordes a los intereses de estos poderosos.
La posibilidad de realizar
intercambios comunicativos en redes ubicuas conlleva una mayor libertad de
información, pero también expone a las personas a formas de control, monitoreo
y vigilancia. Este escenario se ve agravado por el crecimiento exponencial en el
valor de mercado de estas empresas y el creciente potencial económico de los
datos recopilados, además de las prácticas intensificadas de vigilancia. Es
importante que los medios alternativos consideren el poder de estas grandes
empresas de tecnología y perciban su papel en el mantenimiento del poder en
manos de unos pocos que se apropian y utilizan los datos generados por las
oportunidades de participación en el ecosistema digital.
Estas plataformas son también
agentes políticos y económicos que se insertan en relaciones sociales y
culturales, además de ser estructuras físicas y tecnológicas. La concentración
de poder de las plataformas de medios sociales ha sido un desafío constante
para las naciones y puede presentar problemas para los medios alternativos,
debido a la posibilidad de vigilancia, la difusión de desinformación, los
ataques a la democracia y los discursos de odio a través de estas plataformas.
Ante esto, es fundamental cuestionar el papel de estos medios y de los usuarios
en relación con este poder, así como considerar las consecuencias de esta
interacción en el mantenimiento del poder desigual que afecta directamente las
lógicas de los medios alternativos.
Para comprender la relación entre
los medios alternativos y los usuarios, es necesario analizar las
características del contenido generado por ellos. La investigación muestra que
una parte significativa de los videos difundidos por los medios alternativos
son producidos por los propios usuarios, lo que destaca la importancia de la
participación activa de estos grupos en estos medios. Esta relación puede
sugerir una dependencia de los medios alternativos de la producción de
contenido de los usuarios, que no estaría solamente limitada al aspecto técnico
u operativo, sino que también abarcaría implicaciones políticas e ideológicas.
Es importante considerar que esta conexión puede estar influenciada por
factores como la financiación, la estructura organizativa y las agendas
políticas. Por lo tanto, se vuelve fundamental analizar esos aspectos al evaluar
la producción de los usuarios en los medios alternativos, teniendo en cuenta su
potencial impacto en el funcionamiento y la continuidad de estos medios.
La discusión sobre las
características y el uso del contenido en video generado por los usuarios por
parte de los medios alternativos llena un vacío en la literatura existente.
Esta pesquisa buscó contribuir al mejor entendimiento de las asociaciones de
los medios alternativos con la participación de los usuarios, así como
reflexionar sobre la relación entre los aparatos tecnológicos y esta
interacción. A partir del análisis realizado, fue posible identificar la
presencia y las características de los CGU audiovisuales publicados por las
cuentas de Instagram de Jornalistas Livres y Mídia NINJA. Es relevante
mencionar que la investigación no tuvo como objetivo llevar a cabo entrevistas
y, por lo tanto, no fue posible acceder a los argumentos y motivaciones de los
integrantes de los colectivos para seleccionar tales contenidos. Además, no se
realizó un análisis del discurso asociado con esta utilización. Considerando
estas delimitaciones del tema y la problemática, es interesante destacar las
posibilidades para la extensión de esta investigación en proyectos futuros.
Dada la complejidad de la
organización de los medios de comunicación alternativos y los diferentes
vínculos establecidos con movimientos sociales, activistas y colectivos, es
fundamental comprender el contexto de estas actividades en diferentes escalas,
incluyendo el ámbito internacional.
La relación entre los medios de
comunicación alternativos y la participación de los usuarios en los aspectos
organizativos de los colectivos es compleja y multifacética. En algunos casos,
la participación activa de los usuarios es una característica que se hace
presente en todas las etapas del proceso de producción de contenido. En otros
casos, la participación de los usuarios es más limitada y se concentra en
actividades específicas, como la captación de recursos. En este sentido, se
necesita verificar la participación de los usuarios desde los diferentes
aspectos organizativos que los colectivos de otras realidades sociales puedan
adoptar, con el fin de tener un panorama más amplio sobre el funcionamiento,
los desafíos y las posibilidades de participación.
Se necesita analizar esta relación
para entender las dinámicas de poder y control dentro de los colectivos de
medios alternativos y cómo la producción del usuario afecta aspectos de
organización y producción periodística. Las investigaciones en esta área pueden
contribuir al fortalecimiento de los colectivos de medios alternativos y a la
promoción de una comunicación más democrática y plural.
Con el fin de profundizar, además
del análisis del CGU utilizado, se puede incluir la perspectiva de los usuarios
que produjeron el contenido y de los propios integrantes de estos vehículos de
medios alternativos. Además, investigar aspectos específicos de la actuación de
los colectivos, como su relación con las fuentes de información, la cobertura
de eventos específicos y los grados de actuación de los usuarios más allá de la
producción de contenido, puede contribuir a una comprensión más amplia de las
prácticas comunicativas de estos grupos. También es importante profundizar en
la relación de estos grupos con otras organizaciones de la sociedad civil,
movimientos sociales y partidos políticos, y cómo estas asociaciones afectan
las prácticas comunicativas de estos colectivos.
Conflicto de
intereses
Los autores declaran que no existe
ningún tipo de conflicto de interés
Responsabilidad ética
Los documentos utilizados en la
investigación son públicos y no hubo entrevistas.
Contribución de
autoría
SCS: revisión teórica y
establecimiento de categorías de análisis; participación en la discusión de los
resultados; revisión y aprobación de la versión final del trabajo.
DBG: revisión teórica y
establecimiento de las categorías de análisis; encuesta y selección de datos
recopilados; organización y presentación de datos recopilados; construcción de
resultados; discusión, revisión y aprobación de la versión final del trabajo.
Financiamiento
El estudio ha sido realizado con
apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación y la Innovación del Estado de
Santa Catarina, Brasil.
Declaración sobre el
uso de LLM (Large Language Model)
Este artículo no ha utilizado para
su redacción textos provenientes de LLM (como ChatGPT u otros).
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Universidade Federal
de Santa Catarina, Brasil.
Profesora asistente
del Departamento de Periodismo de la Universidad Federal de Santa Catarina
(UFSC) y el Programa Postgrado en Periodismo por la misma universidad
(PPGJOR-UFSC). Doctorado en Comunicación (USP), maestría en Comunicación e
Información (UFRGS) y Licenciatura en Comunicación Sociales - Hab. Periodismo
(UFSM). Investigadora del grupo COM+ de la USP/Brasil.
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6767-6839
Autor corresponsal: stefanie.silveira@ufsc.br
Douglas
Barbosa Gomes
Universidade Federal
de Santa Catarina, Brasil.
Maestro en Periodismo
por la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), graduado en Comunicación
Social con especialización en Periodismo por la Universidad Federal de Piauí
(UFPI). Su experiencia se centra en Comunicación, con énfasis en Internet y periodismo
digital. Investiga temas sobre cultura digital, política y democracia, así como
medios alternativos y participación en plataformas de redes sociales.
ORCID: https://orcid.org/0009-0006-5325-4217
©
Los autores. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0
Internacional (CC - BY 4.0).